La Policía Nacional ha detenido esta tarde al 'sintecho' a quien buscaba intensamente desde primera hora del viernes por matar de varias cuchilladas al dueño de un bar del valenciano barrio de Tendetes, tal como adelantó Levante-EMV ayer en su edición digital. La víctima, Feng Wang, de 47 años y nacionalidad china, fue asaltado por el homicida minutos después de las siete de la mañana, cuando estaba agachado subiendo la persiana del bar La Rotonda de su propiedad, que llevaba más de cinco años en funcionamiento.

El presunto asesino, español y de unos 50 años de edad, ha sido localizado por el grupo de Homicidios en un parque a poco más de 200 metros del lugar donde acabó con la vida de su víctima y aún llevaba entre sus ropas el cuchillo que empleó como arma homicida, y que la Policía ya ha intervenido para que lo examine la Policía Científica. El supuesto homicida no ha opuesto resistencia y en este momento se encuentra ya en la Jefatura Superior de Policía de València, a la espera de que los investigadores le tomen declaración en presencia de un abogado del turno de oficio.

La Policía, que ha resuelto este homicidio en poco más de 24 horas, trata ahora de comprobar si lo conocía y si llegó a pedirle dinero antes de clavarle el cuchillo de cocina de grandes dimensiones que llevaba. En principio, y a partir del testimonio de al menos dos personas que presenciaron el ataque, los agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que se han hecho cargo de la investigación, sospechan que el asesino tenía planificado acabar con la vida de Feng, y que estaba esperándolo.

La Policía Nacional trata de averiguar si la víctima había tenido un encontronazo días antes con su asesino en el bar

De hecho, el autor del crimen cruzó a la carrera el paso de peatones e increpó a su víctima instantes antes de empezar a acuchillarlo. Feng Wang, muy apreciado por sus vecinos y por los clientes del bar, incluso trató de defenderse, como demuestran la multitud de cortes que presenta en los brazos y en las manos, aunque no pudo evitar las cuchilladas mortales.

Una de las testigos con que cuenta la Policía es una vecina que vio la agresión desde el autobús en el que se dirigía a su trabajo, como cada mañana. «Yo iba sentada en los asientos traseros, que están más elevados, y no había casi gente en el autobús, así que veía perfectamente el exterior. Reparé en el hombre porque hacía cosas extrañas. Se le veía muy alterado, muy nervioso, como enfadado. Gesticulaba con los brazos y tan pronto iba andando como echaba a correr. Por eso me fijé, por su comportamiento raro. Venía de la esquina contraria [la de Padre Ferris] y de pronto echó a correr sin volver a pararse hasta llegar al otro señor. No le vi el cuchillo, pero sí que vi que le atacaba de cara. Pensé que era una pelea o algo así, pero supe que pasaba algo malo, así que llamé enseguida al 112 para pedir ayuda porque algo malo estaban haciéndole al señor asiático [la víctima]», explica.

Captado por las cámaras 

No fue la única llamada. También pidió auxilio al teléfono de Emergencias, al 112, otro testigo que vio la agresión desde su domicilio. Además, la Policía Local ha aportado las grabaciones de una cámara de tráfico muy próxima en la que quedaron registrados esos momentos iniciales y en las que se aprecia con claridad al atacante.

Según los datos con que cuenta en este momento la Policía Nacional, Feng Wang, de 47 años , casado y con una hija adolescente, salió de su casa a las siete en punto para abrir el bar La Rotonda como hacía cada mañana a la misma hora, cosa que los clientes y vecinos conocían a la perfección. Ese hecho aumenta las sospechas sobre que el autor del crimen esperaba a su víctima, ya que debía conocer sus horarios.

Cuando Feng estaba agachado, abriendo la persiana, llegó su verdugo vociferando, por lo que el hombre se levantó y se giró. La autopsia, que comenzará mañana en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València pero no quedará finalizada hasta el lunes, determinará si, como parece inicialmente, recibió la primera cuchillada, en el costado izquierdo y que al parecer le afectó al pulmón y al corazón, cuando aún estaba de espaldas a su asesino. Luego, le clavó el arma en el abdomen, en la parte derecha, y trató de alcanzarle nuevamente en el pecho. 

La víctima, además, tenía numerosas heridas de defensa en ambas manos y en los brazos, que le fueron infligidas cuando trató de frenar las siguientes acometidas y de desarmar, aunque sin éxito, a su atacante.

El hombre de la gabardina beige

Nada más recibir las llamadas de los testigos, el 112 envió al lugar un equipo medico del SAMU en una ambulancia de soporte vital avanzado, y dio aviso a las centrales de la Policía Nacional y de la Local, que enviaron varias dotaciones al lugar, en el número 9 de la calle Joaquín Ballester, justo en la confluencia con la calle Padre Ferris.

En cuanto se entrevistaron con los primeros testigos, y mientras el equipo médico hacía esfuerzos sobrehumanos para tratar de mantener con vida a Feng, los agentes iniciaron batidas por la zona en busca del autor del homicidio, un hombre de unos 50 años, con el pelo largo, canoso y descuidado, que llevaba una gabardina de color beige y que se fue a paso rápido hacia la zona de la estación de autobuses. La búsqueda del sospechoso, de quien se cree que es un ‘sintecho’ que podría pernoctar en las inmediaciones, no dio frutos en esos primeros momentos.

Al tratarse de un crimen, los agentes pusieron en marcha el protocolo de muertes violentas y activaron al grupo de Homicidios y a la Policía Científica, que tomó muestras en todos los puntos en que el autor pudo dejar vestigios. Además, se hicieron cargo de la gabardina, que fue encontrada en una calle próxima, tirada en el suelo. 

Homicidios ya ha empezado a tomar declaración a varias personas y trata de averiguar si la víctima había tenido un encontronazo con su asesino días antes en el bar. Feng fue evacuado de urgencia al Hospital La Fe, donde falleció minutos después de su ingreso.