Imagínense llegar al cementerio y no encontrar a su mujer, a su madre o a algún familiar apenas un mes después del fallecimiento del ser querido y tras una dura enfermedad. Esto fue lo que ocurrió a un hombre en Santa Pola (Elche) el pasado 3 de agosto al ir a visitar a su mujer y encontrar que no estaba en el nicho donde la había visto enterrar, sino que la habían cambiado de sepultura sin previo aviso.

Esta situación ha llevado a la familia a presentar una denuncia e iniciar una batalla legal en el juzgado de instrucción número 2 de Elche tras lo ocurrido.

Los seres queridos de la difunta relatan que la lápida de esta, movida recientemente, se encontraba apoyada en uno de los muretes del cementerio, estampa que encontró el marido al volver al camposanto y no encontrar a su esposa, acrecentado su incredulidad y angustia.

Ni rastro de la mujer donde la habían despedido ni tampoco de notificación a los hijos y cónyuge de que iba a moverse el cuerpo, tal y como afirma su hija, que prefiere reservar su identidad, a este diario.

Tras el susto inicial y después de que la familia pidiera explicaciones en el Cementerio municipal, de quien dependen dichos enterramientos, les informaron de que la mujer estaba enterrada dos nichos más allá, ya que, debido a una equivocación en el momento en el que la familia de la fallecida solicitó el nicho "este ya estaba vendido", según la versión que les ofrecieron.

Una situación que desde el Consistorio de la villa marinera atribuyen a una concatenación de errores y por la que se han disculpado personalmente y a través de redes sociales.

A pesar de que desde el Consistorio se ha asumido públicamente el error, la familia lo tiene claro: necesitan "que alguien se responsabilice".

"No me importaba realmente dónde estuviera el nicho" afirma la hija, "en lo único que me fijé es que estaba enfrente de un banco y pensé que ese estaba bien para ir a verla. Si me hubieran dicho en ese momento que estaba vendido, habría elegido otro" cuenta la hija de la fallecida.

Al hilo, resalta que "a mí me llamó mi padre y me dijo: ‘Nena, la mamá no está’", cuenta, que no se explica cómo ha podido ser que en un pueblo como Santa Pola, "nadie nos avisara de que iban a desenterrar a mi madre".

Los familiares afirman no haber recibido notificación y así lo atestigua el propio Ayuntamiento en una publicación en redes sociales realizada el 4 de agosto, que asume el error de no avisar a los familiares para la exhumación e inhumación del cuerpo.

"A mí me sientan en una mesa y me dicen lo que ha pasado y yo soy una persona normal… hubiéramos encontrado soluciones, pero eso no pasó así", explica con una impotencia que siente sobre todo por su padre, que ha llegado a confesar no saber "si es mi mujer la que está ahí".

Desde el entorno familiar confiesan la difícil y enrevesada situación que atraviesa tanto la administración local como la familia por lo que esperan que se encuentre pronto una solución y, sobre todo, justicia y responsabilidad a quien tomara la decisión de cambiar a su madre de nicho sin esperar la presencia o conformidad de alguno de los familiares.

El Ayuntamiento inicia un expediente para subsanar el error

A nivel municipal consideran "inadmisible y carente de toda sensibilidad" que se produjese el traslado del cuerpo a otro nicho sin previo aviso a la familia y anuncian que desde el Ayuntamiento se ha iniciado un expediente para la subsanación del error padecido con el fin de garantizar que no se vuelva a producir una equivocación de este calibre. Desde el ejecutivo local señalan que se comunicó del cambio a la concejala de Cementerios, Encarni Ramírez y la propia alcaldesa, Loreto Serrano, una vez ya se había realizado el traslado del cuerpo.

Es más, la primera edil recibió en los últimos días a la familia para lamentar el error "que no puede volver a producirse, ya que en una situación tan delicada y sensible se debe actuar informando a la familia en todo momento", matizó la representante municipal. El Ayuntamiento explicaba que "se informó a los propietarios del nicho de hacer un cambio, a lo que no accedieron" y asumen que "de esta manera, se decidió el traslado del cadáver a un nicho contiguo, con el error de no avisar a la familia para que estuviera presente en la exhumación y reinhumación del cuerpo". Es decir, se informó a los propietarios del nicho sin avisar a la familia de la persona que ocupaba el mismo.

No suele ser un error común al que incurran los trabajadores de cementerios aunque hay casos muy similares que se han dado en la misma comarca del Baix Vinalopó. En Crevillent, hace algo más de dos décadas, trascendió el caso de varios funcionarios municipales del Cementerio que asignaron a un fallecido un nicho que, aunque aparecía como libre, posteriormente se descubrió que era propiedad de otra familia desde hacía cuatro años. Ello inició una larga negociación entre las familias y la administración.