Los incidentes protagonizados por el letrado valenciano Luis Miguel J. G., condenado recientemente a tres años y medio de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida, no cesan. El abogado, más conocido por su animadversión hacia la judicatura y los trabajadores judiciales, que llegó a tener prohibida la entrada en la Ciudad de la Justicia de València por amenazar a varios jueces y letrados de la administración de justicia, ha vuelto a las andadas, pero en esta ocasión con amenazas dirigidas hacia la policía tras causar un altercado en la Casa de la Caridad de València –donde también le han prohibido la entrada por mal comportamiento–.

«En cuanto me suelte el juez os voy a matar, voy a coger una escopeta y os voy a meter un tiro en la cabeza», amenazó a los agentes que acudieron al servicio tras ser alertados por responsables del centro de asistencia social, situado en el Paseo de la Pechina de València, donde el abogado caído en desgracia llevaba pernoctando desde hacía unos días. Dada la gravedad de las amenazas y al no deponer su actitud en ningún momento, los policías tuvieron que detenerlo y ponerlo a disposición judicial.

Los hechos ocurrieron este pasos jueves minutos después de las cinco de la tarde. Luis Miguel J. G., de 44 años, fue arrestado por un delito de amenazas después de haber increpado y amenazado presuntamente a los policías que trataban de apaciguar los ánimos al negarse éste a abandonar las instalaciones de la Casa de la Caridad de València.

Ha sido condenado a tres años y medio de prisión por apropiarse de 63.800 euros de una empresa en concurso

Esa misma tarde en apenas dos horas, ya era la tercera vez que la policía tenía que intervenir en un servicio con dicho letrado como protagonista.

El primer altercado lo protagonizó en una taberna de la calle Hospital, donde tras realizar una consumición de 34 euros –tellinas, una tapa de morro, refrescos y un gin-tonic– se quería marchar sin pagar. De hecho, los agentes comprobaron que el presunto autor de un delito leve de estafa no llevaba dinero encima con el que abonar las consumiciones.

Una hora después recibían un segundo aviso de un hombre «en estado agresivo» en la Casa de la Caridad, en el Paseo de la Pechina. Al llegar, los agentes comprobaron que se trataba de la misma persona del servicio anterior, quien acusaba a los trabajadores sociales de «mentirosos» por no dejarle entrar en el centro de ayuda a personas necesitadas. Según las fuentes consultadas por este periódico, le habían tenido que prohibir la entrada «por mal comportamiento».

Aunque en esa segunda intervención policial los agentes lo dejaron marchar sin llegar a detenerlo, incluso después de llamarles «hijos de puta», haciendo gala de un talante sosegado y dialogante, al entender el posible estado de necesidad del abogado. Apenas media hora después el hombre regresó al centro y volvió a ser necesaria la presencia policial. En esta ocasión los insultos dieron paso a amenazas más graves: «os voy a matar, os voy a meter un tiro en la cabeza», por lo que finalmente fue arrestado.

El detenido fue puesto a disposición judicial a la mañana siguiente. El Juzgado de Instrucción número 21 de València lo dejó en libertad pendiente de juicio por un delito leve de amenazas. Una causa más que se le acumula a la veintena de procesos abiertos, algunos ya con condena, por amenazas a jueces, fiscales, procuradores y notarios. En la condena más grave hasta la fecha, de la que informó en exclusiva Levante-EMV, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia le impone tres años y medio de prisión por apropiarse, junto a su padre, de 63.800 euros de una empresa en concurso de acreedores. La sentencia no es firme. Además figura como investigado en la causa por las agresiones ultras en las manifestaciones del 9 d’Octubre de 2017.