El pequeño Daniel, fallecido el 24 de mayo del pasado año en Elche, presentaba cuatro fracturas craneales con hundimiento que le causaron la muerte y no eran compatibles con una caída accidental del carrito de bebé, como alegó su padrastro en el juicio que se celebra desde el lunes en Elche. Tanto los forenses como otros médicos y policías que han declarado en la vista oral con jurado popular coinciden en señalar que no es posible que dichas lesiones se las causara en dicho accidente doméstico.

Lo que no se ha podido aclarar en el juicio, dada la declaración de inocencia tanto del padrastro como de la madre de Daniel, es si dichas fracturas fueron causadas a puñetazos o con un objeto contundente. La Policía encontró en la vivienda de la pareja un bate de béisbol y un forense ha afirmado en su comparecencia en el juicio que dicho objeto entra dentro de la probabilidad de ser el causante de las fracturas, aunque ha añadido que también pudo ser un martillo, un mueble o un palo, entre otros muchos objetos.

Este forense, que realizó la autopsia junto con otro compañero, ha explicado al tribunal popular que las fracturas también pudieron ser causadas por un puño, pero ha matizado que sería de una persona adulta y que se necesitaría mucha fuerza.

Además de las fracturas que le ocasionaron un traumatismo craneoencefálico que desencadenó una rápida muerte al bebé, el niño presentaba hematomas, algunos ya evolucionados y otros recientes de dos o tres días, según ha precisado el forense.

En la autopsia, los forenses no apreciaron las fracturas costales que sí detectaron dos radiólogas en el TAC realizado al cuerpo del menor en el Hospital General de Alicante. Por contra, otra forense que ha comparecido en la vista oral ha señalado que las fracturas costales pudieron ser a causa de las maniobras de reanimación que le practicaron al bebé.

Esta forense, que acudió al Hospital General de Elche cuando murió el bebé Daniel, fue alertada de una muerte súbita y ha relatado que en un principio no se apreciaron externamente las cuatro fracturas craneales. Según esta especialista, el bebé presentaba una rigidez en la mandíbula que demuestra que ya estaba muerto cuando la pareja lo trasladó al Hospital General de Elche desde su domicilio en la pedanía de La Hoya.

Una de las cuestiones que se debate en la vista oral es la postura de la pareja al negarse en el centro hospitalario a que se le hiciera la autopsia al bebé. La madre indicó inicialmente a la pediatra de Urgencias que quería que le hicieran la autopsia para conocer la causa del fallecimiento, ya que ella se fue a trabajar y dice que su hijo estaba bien cuando lo dejó a cargo del padrastro. Sin embargo, tanto ella como su pareja expresaron minutos después su negativa porque no querían que abriesen el cuerpo del pequeño. Mientras que esta negativa le pareció sospechosa a los policías que acudieron al centro hospitalario, la forense ha explicado que es habitual que los familiares de fallecidos se nieguen a que se haga la autopsia a sus allegados.

En cuanto a los hematomas que presentaba el niño, la forense ha indicado que es difícil determinar si se corresponde a un caso de maltrato infantil, pero ha indicado que no son habituales. Por otro lado, la forense data la muerte del bebé en un plazo no superior a la hora y media antes del ingreso de Daniel en Urgencias, por lo que murió cuando en el domicilio estaba solo el acusado y la procesada estaba en el trabajo.

Las dos radiólogas que hicieron un TAC al fallecido también han indicado en el juicio que la caída de un carrito de bebé no es compatible con las cuatro fracturas craneales que tenía Daniel.

En la misma línea se han pronunciado varios policiales que han declarado diciendo que se tendría que haber caído cuatro veces y han explicado que incluso hicieron pruebas con el carrito en la casa y era muy complicado que hubiese volcado accidentalmente, como dijo el padrastro.

Por otro lado, policías que estuvieron en el hospital y en la inspección de la vivienda de la pareja acusada de la muerte del bebé de siete meses han señalado en el juicio que mientras el padrastro mostraba "indiferencia" tras el fallecimiento, la madre sí parecía más afectada pero de una forma "leve" y estaba tranquila. Los investigadores que acudieron al hospital han señalado que el padrastro no dijo nada inicialmente sobre la caída del bebé desde su carrito.

La vista oral, donde se han vivido momentos tensos entre la fiscal y la abogada de la madre por el interrogatorio de la letrada, continuará este jueves con los informes de las acusaciones y las defensas.