Tienen en su haber decenas de detenciones. De hecho, se sentaron en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza calificados como “multirreincidentes”, pero los primos Julio H. H. y Jonathan H. G. defienden que no son tan torpes como para que la madre del primero le llevara al calabozo la misma chaqueta verde de Bershka con la que habría perpetrado días antes un hurto en un supermercado Día. Tampoco consideran que cinco minutos fuera el tiempo suficiente como para esconder las varias botellas de ron Brugal –valoradas en 180 euros- y los 200 euros que habrían sustraído de la caja registradora. Por estos hechos, la Fiscalía solicita cuatro y tres años de prisión, respectivamente, por un delito de robo con fuerza en las cosas.
El asalto se remonta al 7 de febrero de 2021, cuando Julio y Jonathan habrían forzado, supuestamente, la puerta de carga de este establecimiento localizado en la calle Miguel Artigas, en el barrio Oliver de Zaragoza. Los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón declararon en la sesión celebrada ayer que recibieron el aviso cerca de la una de la madrugada y tardaron “entre tres y cinco minutos” en personarse en el lugar de los hechos.
En las inmediaciones se encontraron con los dos acusados, “habituales y muy conocidos” por su reincidencia en este tipo de delitos en la zona, pues Julio vive en el barrio Oliver y, Jonathan, en Miralbueno. En ese momento solo procedieron a su identificación, no los detuvieron y comprobaron que llevaban encima 85 euros –en un billete de 50 euros, 20, 10 y 5- por el paro que cobraba uno de ellos tras su paso por la cárcel. Julio les informó que volvían de una fiesta en la casa de un amigo y que no sabía muy bien por dónde paraba porque había salido de la cárcel hacía poco tiempo.
Los dos encausados son consumidores habituales de droga aunque Julio ya lleva unos cincos años intentando desintoxicarse en el programa de proyecto hombre.
Los policías que intervinieron defienden que la chaqueta verde de Bershka y las zapatillas eran idénticas a las que llevaba Julio. Tras el visionado de las cámaras de videovigilancia del establecimiento comprobaron que se trataba de ellos, “sobre todo”, por la ropa –chaqueta y zapatillas- y también por sus características físicas aunque no se les reconociera el rostro. Además, realizaron gestiones con la pulsera de geolocalización que portaba entonces Julio. Pese a todo a ello, las defensas de los enjuiciados, las abogadas Olga Oseira y Ana María Marco, mantienen la libre absolución y piden que se tenga en cuenta la drogadicción de ambos de cara a rebajar una posible condena.
