La Guardia Civil investiga la agresión a un presunto miembro de una red de tráfico de drogas, encargado de la vigilancia de un alijo, a quien propinaron una paliza el pasado 11 de noviembre al considerarlo responsable de la pérdida de diez kilos de cocaína que estaban bajo su custodia en un chalet de Bétera.

La víctima de esta agresión fue detenido junto a otras tres personas por su presunta implicación en esta organización dedicada al tráfico de drogas desmantelada la semana pasada por la Guardia Civil de Bétera. Los investigadores se han incautado de 200 kilos de hachís y más de 300 pastillas de droga sintética –tanto éxtasis como metanfetaminas–, así como una pequeña cantidad de cocaína, en dos registros domiciliarios realizados hace quince días en Bétera y la pedanía valenciana de La Torre.

Agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Bétera arrestaron en un primer momento a dos de los sospechosos, un hombre y una mujer. Fruto de las declaraciones de los arrestados, los investigadores tuvieron conocimiento de que un presunto miembro de la banda organizada había desaparecido y que se temía por su vida debido a la supuesta sustracción de cierta cantidad de cocaína.

En un primer momento se temía por la vida del presunto delincuente, desaparecido y hallado tras recibir una paliza

Tras realizar las averiguaciones pertinentes, los agentes localizaron al presunto vigilante del alijo de droga que estaba en paradero desconocido y procedieron a su detención.

El arrestado presentaba heridas por todo el cuerpo y reconoció ante los guardias que había sido víctima de una paliza. Según su confesión de forma espontánea –luego se acogió a su derecho a no declarar–, estaba encargado de vigilar la droga, concretamente 200 kilos de hachís y diez de cocaína, y sus agresores creen que habría tenido algo que ver en la sustracción de la coca. De hecho, en los registros domiciliarios no había ni rastro de esos diez kilos de cocaína, tan solo unos gramos. 

Posteriormente, el pasado 15 de noviembre se entregó el cuarto detenido, otro de los presuntos miembros de la organización encargados de vigilar los inmuebles donde se guardaban las sustancias estupefacientes. 

Los arrestados, defendidos entre otros por el letrado penalista Vicente Monzó, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción uno de Llíria. Uno de ellos quedó en libertad con cargos y el otro en prisión provisional, por el momento sin fianza. Ambos están acusados de un delito contra la salud pública.