"Cuando salga de prisión, Joaquín Ferrándiz puede volver a matar"

El hermano de una de las víctimas del asesino en serie de Castellón no cree en la reinserción y recuerda que ya mató después de una primera condena - El entorno de la joven de 22 años acabó "destrozado"

Jaime García es el hermano de Amelia Sandra García, una de las víctimas mortales de Joaquín Ferrándiz.

Jaime García es el hermano de Amelia Sandra García, una de las víctimas mortales de Joaquín Ferrándiz. / RAÚL BADENES

Raúl Badenes

Para Jaime García Costa, hermano de la quinta víctima del asesino en serie Joaquín Ferrándiz —Amelia Sandra—, estas últimas semanas, con noticias constantes sobre el depredador que mató a su hermana han supuesto un duro ejercicio mental de retroceder más de un cuarto de siglo en el tiempo. Este hombre era solamente un adolescente de 17 años cuando su única hermana, unos pocos años mayor que él, desapareció sin dejar rastro. Era septiembre de 1996 y la pista de la joven se perdía en las inmediaciones de una zona de ocio de Castelló, el polígono Los Cipreses. Pasarían nada menos que cinco meses hasta que su cuerpo sin vida fue encontrado dentro de una balsa en el término municipal de Onda.

«Cuando salga de prisión, Joaquín Ferrándiz puede volver a matar»

«Cuando salga de prisión, Joaquín Ferrándiz puede volver a matar» / Levante-EMV

La reciente salida en varios permisos penitenciarios del estrangulador de mujeres y la cercanía del cumplimiento efectivo de su condena –saldrá de prisión el próximo mes de julio, tras 25 años entre rejas– han provocado en Jaime la necesidad de exteriorizar unos sentimientos que aún hoy en día le provocan "pesadillas".

Este vecino de Onda recuerda que los actos inhumanos de Ferrándiz, conocido por las siglas de su nombre y apellidos, JFV, «destrozaron a una familia normal» de Castelló y bajaron a lo más profundo de los infiernos a la totalidad de sus miembros. Es el testimonio directo de otra víctima colateral del asesino serial. Él, al contrario que su hermana Amelia Sandra, sigue vivo, aunque reconoce que «muchas veces» la idea de «acabar con todo» se ha instalado en su cabeza.

Lo primero que se advierte en Jaime al iniciar esta entrevista es impotencia. La lógica de quien ve cómo el monstruo que acabó con la vida de su hermana está cerca de salir en libertad. En estos días, Jaime se ha empapado de toda la información que ha ido recopilando de la nueva situación de JFV, adelantada por Mediterráneo, periódico del grupo Prensa Ibérica, editora de Levante-EMV.

«Se ve que es un preso modelo, un ejemplo de buen comportamiento, pero de ahí a estar rehabilitado... No me lo creo. Ese tipo de gente muestra una cara cuando está encarcelada y fuera mira lo que hace», argumenta el hermano de Sandra.

«Ferrándiz empezó a matar después de cumplir con su primera pena de prisión. ¿Quién asegura que no hará esta vez lo mismo?», reflexiona el hermano de Amelia Sandra.

La triste historia de Jaime y la de sus padres, ya desaparecidos, está íntimamente ligada a aquel crimen de hace 25 años. «Con 17 años, el asesinato de mi hermana me causó una profunda depresión que todavía arrastro. Me refugié en las drogas y en el alcohol. Mi padre también acabó adicto a la bebida y murió de cirrosis en el 2004», lamenta el hermano de la asesinada.

La madre de Jaime (Josefa) también murió –unos meses antes de que lo hiciera su padre–. «Desde el asesinato de mi hermana, mi madre no tenía ganas de vivir. Si no hubiéramos detectado antes todos sus intentos de suicidio, se hubiera ido de este mundo muchísimo antes», relata este castellonense, que tiene ahora 42 años y vive en la capital de la Plana, en un piso tutelado.

Desde que el violento suceso marcó su vida ha estado constantemente en «tratamiento psiquiátrico» y de «desintoxicación». «Ahora estaba un poco mejor, hace mucho tiempo que no consumo, pero con el regreso a la actualidad del asesino de mi hermana han vuelto los fantasmas», asegura, todavía muy removido.

Está claro que a este castellonense recordar el pasado y los atroces sucesos acaecidos a finales de la década de los 90 le hace daño. «Quiero que la gente no olvide lo que Joaquín Ferrándiz hizo y, sobre todo, que las personas que vivan cerca de él cuando salga de la cárcel sepan qué clase de persona es y de qué es capaz», sostiene.

Puede volver a matar

«Cuando esté en libertad este asesino será un hombre de 60 años, en plenas facultades físicas para volver a matar si se le vuelve a pasar por la cabeza», advierte Jaime, que hubiera preferido una ley con una pena de prisión permanente revisable «que se pudiera aplicar con carácter retroactivo».

Jaime no entiende a los responsables de las oenegés que tutelan y avalan permisos penitenciarios a presos como Joaquín Ferrándiz, con «crímenes horribles a sus espaldas». «Se ha visto como en Valdepeñas –el municipio manchego donde JFV ha disfrutado sus permisos– la gente ha expresado su repulsa. Estas entidades deberían tener más empatía con los familiares de las víctimas y no dar apoyo a este tipo de criminales», opina el hermano de Amelia Sandra.

«Aún tengo pesadillas»

Jaime no es capaz de dejar de pensar en su hermana, que tenía solo 22 años cuando fue asesinada. «¿Sabes? Todavía tengo pesadillas con aquello», reconoce el entrevistado. «El sargento Calviño nos comunicó la muerte, aunque ya antes nos habíamos enterado por la prensa», apunta Jaime. «En la cárcel lo va a pasar muy mal», recuerda el hermano de Amelia Sandra que les dijo el mando de la Guardia Civil en aquel momento. Pero ese consuelo no fue suficiente, como tampoco lo es el hecho de que en los diez años posteriores a su salida, JFV no pueda regresar a Castelló.

Asimismo, el hermano de una de las cinco mujeres a las que arrebató la vida el asesino en serie de Castelló también quiere abandonar, en cuanto le sea posible, la capital de la Plana, un lugar que le trae «demasiados malos recuerdos».