Desaparecidos

El mentor académico de Sandra Bermejo cree posible que la captara una secta

Javier Urra, psicólogo forense y experto en conductas conflictivas, tiene en alta estima a su exalumna: "Es una mujer muy segura de sí misma"

Javier Urra.

Javier Urra.

Francisco L. Jiménez

El psicólogo forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid, Javier Urra, que también ejerce de profesor universitario de Ética y Deontología y eventual asesor de altas instancias del Estado en materia de conducta humana, ha puesto su experiencia como analista de la mente humana al servicio de la enigmática desaparición en el cabo Peñas (Asturias) de la madrileña Sandra Bermejo García. Y es que el profesor Urra tuvo como alumna a la desaparecida en su etapa de formación universitaria y tanto le llamó la atención su brillantez académica que la "fichó" primero para trabajar en prácticas en un proyecto de integración social de menores conflictivos y, posteriormente, como secretaria personal.

"Tuve la oportunidad de conocer a Sandra en su faceta estudiantil y laboral y mi conclusión es que se trata de una persona de gran brillantez, una profesional solvente y una mujer con enorme seguridad en sí misma. Por eso estoy tan sensibilizado con su extraña desaparición, un hecho que intriga incluso hasta a quienes no la conocían porque su perfil no es, digamos, el habitual en este tipo de ausencias inexplicadas", comenta el psicólogo navarro a modo de aproximación a la figura de su exalumna.

Sociable, trabajadora, inteligente, deportista, de hábitos sanos... Estos son algunos de los rasgos personales de Sandra Bermejo que destaca Urra, quien hace unos cinco años, según recuerda, interrumpió el vínculo laboral con su pupila al decidir ésta iniciar una nueva etapa profesional independiente. Eso fue lo que la acabó trayendo a vivir a Gijón, donde se instaló en 2020. Del análisis de las circunstancias conocidas que rodean la desaparición de Sandra Bermejo el pasado 8 de noviembre en cabo Peñas, Javier Urra hace la siguiente lectura: "La idea del suicidio, si bien la mente humana es tan compleja como imprevisible, la descarto porque no hay indicio alguno que la sustente. Parecida conclusión extraigo de la teoría de un accidente, siendo como era Sandra una mujer experimentada en el senderismo y conocedora del entorno donde se hallaba. Además, ha pasado ya un mes y no ha aparecido ni el menor rastro físico u objeto personal que indique que cayó al mar".

Así las cosas, Urra cree más posible que nada una desaparición forzada o, más concretamente, la captación de la mujer por parte de una secta. "Esto es entrar en el campo de las hipótesis, pero por el perfil psicológico de Sandra bien podría haberse dado el caso. Me refiero a la gran seguridad y confianza que mostraba en sí misma. Personas inseguras tienen en ese rasgo de su carácter un resorte que les protege frente a situaciones que no comprenden o que les suscitan dudas y temores. A mayor seguridad y confianza, como la que tenía Sandra, esa herramienta de autoprotección que nos impide cruzar determinadas líneas rojas deja de ser eficaz. Y por eso digo que pudo haber caído en las redes de un grupo esotérico o similar".

La aplicación práctica de esta hipótesis de trabajo, según Urra, es rastrear las redes sociales de Sandra Bermejo en busca de hipotéticos contactos o conversaciones "extrañas". El experto en temas conductuales confía en que los investigadores responsables del caso ya se hayan puesto manos a la obra.

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