El expolicía que asesinó a su mujer en Mislata, condenado a 30 años de prisión

El condenado prendió fuego a la vivienda para intentar encubrir su crimen pero la autopsia destapó que la María Amparo Cortés había muerto estrangulada

Culpable de estrangular a su mujer en Mislata y provocar un incendio para encubrir su crimen

Ignacio Cabanes

Juan José G. H., el policía local de Mislata jubilado acusado de estrangular a su esposa en la Nochebuena de 2020, ha sido condenado a 30 años de prisión por los delitos de asesinato e incendio con riesgo para las personas, en base al veredicto de culpabilidad de un jurado popular. 

 La sentencia considera probado que el acusado estranguló a su mujer, María Amparo Cortés, y posteriormente prendió fuego a la vivienda en la que ambos residían en Mislata para intentar encubrir su crimen. 

La Audiencia Provincial le impone veinte años de prisión por el delito de asesinato, ya que se aprovechó del estado de indefensión de su víctima, y otros diez años por el incendio con riesgo para las personas. 

Los hechos se produjeron la tarde del 24 de diciembre de 2020 en una vivienda de la calle Buen Pastor de Mislata. Juan José G. «acabó con la vida de su esposa cogiéndola del cuello y apretando hasta dejarla sin respiración, lo que provocó la muerte por asfixia» .

La mujer se encontraba en estado de ebriedad, hecho que era conocido por el marido, y que aprovechó para cometer el crimen «sabiendo que le era imposible o muy difícil defenderse», según consideró probado el jurado. 

Posteriormente, para intentar encubrir los hechos, prendió fuego a su vivienda, concretamente cerca de donde se encontraba uno de los sillones del salón de la vivienda, «dejando que el fuego se desarrollara en esa habitación y en el resto del domicilio, sabiendo que suponía un riesgo para la vida o integridad de las personas que en ese momento pudieran encontrarse en el edificio» .

Entre los muchos indicios contra el condenado que recoge la sentencia está que el acusado se interesó por un seguro contra incendios días antes de cometer el crimen. Pero la clave fue la autopsia del cadáver, donde los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia descartaron tanto el suicidio de la mujer como que muriese intoxicada por el humo, así como una posible muerte natural. Fueron nueve lesiones hemorrágicas perimortem halladas en el cuello de la mujer las que permitieron determinar que Amparo había muerto estrangulada. 

Otra de las motivaciones del jurado para alcanzar su veredicto de culpabilidad fue la llamada que el procesado hizo al 112 y que, según los expertos en Análisis de la Conducta de la Unidad Central de Inteligencia Criminal de la Policía Nacional que intervinieron en el juicio, no fue creíble, hasta el extremo de que consideraron posible que «la persona que hizo la llamada podía estar implicado directa o indirectamente en los hechos» .

En esta llamada, el procesado en un primer momento no pide auxilio para su mujer, sino que pasan 55 segundos hasta que menciona que cree que su mujer está dentro y lo hace ante una pregunta del operador del 112. Además indicó que el fuego estaba en el sofá.