Asturias

La investigación sobre las gemelas fallecidas en Oviedo no detecta problemas en el colegio ni en casa

Profesores y compañeros rinden un emotivo homenaje a las niñas con una suelta de globos blancos y una lectura de poemas en el centro

La madre de un alumno, cruzando ayer el patio del colegio de La Ería.

La madre de un alumno, cruzando ayer el patio del colegio de La Ería. / David Cabo

L. Blanco / J. L. S.

La investigación abierta por la Policía Nacional para esclarecer la muerte de Anastasia y Alexandra están "muy avanzadas". Así de categórica se mostró este lunes la delegada del Gobierno, Delia Losa, al ser preguntada por el caso las gemelas de 12 años que en la mañana del viernes se lanzaron desde una ventana del sexto piso del bloque de la calle Facetos en el que residían junto a sus padres y su hermano. Casi al mismo tiempo que profesores y alumnos del colegio de La Ería rendían un emotivo homenaje en el centro educativo a las alumnas fallecidas, la representante del ejecutivo de Pedro Sánchez en Asturias dio por hecho que la Policía trasladaría al juzgado de instrucción número 1 de Oviedo toda la información recogida sobre el entorno y rutinas de las menores "en cuestión de horas". Aunque hay silencio oficial sobre las pesquisas, fuentes de la investigación alejaron la hipótesis de que los problemas en el ámbito del colegio o en el familiar pudieran estar detrás del trágico suceso. Al revés, parece que fue en concreto una de las hermanas la que estaba obsesionada con el suicidio y habría "contagiado" sus ideas a la otra gemela.

Delia Losa declaró antes del acto de presentación del dispositivo electoral del próximo domingo que, si bien "cualquier tipo de suicidio es tremendo", en este caso lo es "más" por el hecho de tratarse de una muerte "tan inesperada" de dos niñas que, a pesar de su origen ruso, llevaban años residiendo en Asturias con sus padres y su hermano, de diez años, y estaban "plenamente integradas". Las indagaciones policiales se han centrado en el entorno familiar y escolar de las menores. Sin embargo, fuentes del ministerio público señalaron este lunes que de momento no se ha abierto "ningún tipo de diligencias" ni por parte de la Fiscalía del Principado de Asturias como por la Fiscalía de Menores. Por parte del TSJA, la información es prácticamente inexistente. La fase de instrucción se está llevando con mucha discreción al tratarse de un caso relacionado con menores en el que los padres todavía están sobreponiéndose del shock.

Algunas fuentes apuntaron que el juez rechazó la petición de la Policía Nacional de acceder al contenido de los dispositivos electrónicos de las niñas por carecer de permiso explícito de los progenitores para hacerlo.

La Policía descartó desde un primer momento la participación de terceras personas y calificó los hechos como de "trágico suceso", sin que se considerara siquiera la posibilidad de un accidente. Las comprobaciones realizadas en la residencia familiar permitieron acceder a las libretas de las niñas, en las que aparecieron frecuentes referencias al suicidio. Las gemelas escribían sobre quitarse la vida de manera bastante habitual, era una idea con la que, de alguna forma, estaban obsesionadas, una más que otra, atendiendo al contenido de sus testimonios escritos.

Homenaje

Profesores y estudiantes del Colegio Público de la Ería despidieron en la mañana de este lunes a las gemelas, estudiantes del centro durante los últimos años, en un acto íntimo a puertas cerradas y el que participaron muchos de sus compañeros de clase, muy emocionados. A la una de la tarde en las inmediaciones del centro escolar hay poco movimiento. Casi nadie pasea por la enorme acera que abraza este colegio y al instituto anexo, que comparten espacio codo con codo. Pero, de repente, diez globos blancos emergen del edificio y toman el cielo. En uno de los globos va el nombre de Alexandra, en otro el de Anastasia. Varios niños se asoman a las ventanas del segundo piso para ver como los hinchables van tomando altura hasta acabar perdiéndose por encima de las casas. Van en dirección al Calatrava. En la opuesta al lugar donde vivían las gemelas rusas.

Herméticos, ni profesores ni estudiantes quisieron dar muchos detalles del homenaje celebrado. Solo que había sido algo íntimo. Un niño le comenta a su madre algunos detalles: "Guardamos un minuto de silencio". Eso para empezar. Luego algunos compañeros de las gemelas leyeron varios poemas en su memoria. No transcendieron los títulos tampoco. Ya por la tarde el colegio divulgó un mensaje en sus redes sociales que decía: "No hay consuelo para esta pérdida. Hemos realizado conjuntamente alumnado, profesores e inspección un acto muy íntimo de despedida, de fuerza y de unión de todos para que se mantengan en nuestra memoria los recuerdos felices y que perduren para siempre. Mandamos todo el cariño a la familia y amigos y mucha fuerza para superar estos momentos tan difíciles".

A las dos menos veinte los globos ya han sido engullidos por un cielo encapotado y comienzan a aproximarse a las puertas del centro los primeros padres. Ninguno sabe que dentro ha habido un homenaje; de hecho, algunos muestran cierta sorpresa porque aseguran que les hubiera gustado participar. A otros la noticia se la van dando sus hijos, algunos de ellos aún con el susto metido en el cuerpo ante la pérdida de dos compañeras de estudios.

Casi ninguno de los padres quiere hablar. Hay un cierto silencio incómodo que se rompe cuando el timbre marca, a las dos en punto de la tarde, la hora de salida y los niños abandonan el colegio en tropel. Una de las madres habla rodeada de cámaras de televisiones nacionales, agolpadas en las puertas en busca de nuevos detalles sobre el caso. Rachel Sánchez es la madre de dos niños del colegio, uno de infantil y otro que está en cuarto de primaria. El mayor era compañero del hermano de Alexandra y Anastasia. "Mi niño está muy muy muy mal, ha llorado muchísimo, lo ha pasado fatal, y me dice que lo peor es que no las va a poder volver a ver, era amigo de ellas", explica, "diariamente le pregunto a mi hijo si le ha pasado algo en el cole, pero tiene una profesora súper buena que lo cuida como si fuera su propio niño".

Otra madre, que prefiere no dar su nombre ante lo delicado del asunto, también insiste en lo buenos que son los profesores con su hijo ("es maravillosa", dice de la maestra) y reconoce que está preocupada por la reacción de los niños a partir de ahora. Es decir, sobre cómo puedan ir digiriendo la noticia. Otro, más lacónico, asegura que "no tenemos mucha información sobre lo que pasó, aunque tampoco la hemos pedido por respeto. Solo sabemos lo que pasó por la prensa, pero nada más". Ante lo impactante de lo sucedido, algunos colegios de Oviedo decidieron activar algunos protocolos. Por ejemplo, algunos centros encargaron a los orientadores que les dieran charlas y talleres sobre habilidades sociales a los estudiantes de los cursos cercanos a la edad de las dos gemelas rusa. En algunas clases, reconoce la directora de un colegio, el ambiente era muy gélido a primera hora. Al contrario que otros muchos días no se oía ni una sola voz. Lo que les hicieron ver los orientadores es la necesidad de pedir ayuda.

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