La Audiencia Nacional condena a ocho años de cárcel a los tres cabecillas de una banda de narcos que operaban en València

La organización criminal trató de introducir casi una tonelada de cocaína entre los meses de marzo y mayo de 2017 - Tres agentes de Guardia Civil actuaron como infiltrados en la macroperación

Marina Falcó

Marina Falcó

La Audiencia Nacional ha condenado a un total de 17 personas que formaban parte de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas, que trató de introducir casi una tonelada de cocaína en tres envíos diferentes por el puerto de València entre los meses de marzo y mayo de 2017. Uno de los contenedores que ocultaba 300 kilos droga no llegó a la dársena valenciana ya que fue interceptado en Malta. Los otros dos container, con 400 kilogramos y 240 respectivamente se intervinieron a su llegada al puerto de la ciudad.

El tribunal ha impuesto una pena de 8 años y dos meses de cárcel a los tres cabecillas de la banda de narcos, uno de ellos el valenciano Fernando H. P., y les condena al pago de una multa de 92.000.000 de euros a cada uno por un delito contra la salud pública, en la modalidad de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes que causan grave daño a la salud, en cantidad de notoria importancia, jefatura de organización criminal y extrema gravedad.

A otros tres hombres, también valencianos, les ha condenado a seis años y seis meses de prisión como miembros de la organización criminal; tres varones más deberán cumplir seis años como autores del delito contra la salud pública; otro individuo ha sido sentenciado a tres años como cómplice en este delito y un vecino de Albal también ha sido condenado a dos años pero en grado de tentativa por haber gestionado el uso de una nave industrial en esta localidad valenciana para su uso como almacén de parte del cargamento.

El resto de implicados han sido sentenciados a penas que oscilan entre los cuatro años y los cinco meses de cárcel por los delitos de tráfico de drogas y un delito de encubrimiento. De este ultimo se acusa a una mujer, pareja de uno de los de los jefes de la banda.  Los acusados han sido defendidos, entre otros, por los letrados Julio Sánchez, Vicente Monzó, Miguel Ferrer y Andrés Zapata.

Esta macroperación fue llevada a cabo por agentes antinarcóticos de la Unidad Central Operativa (UCO), con sede en Madrid, con el apoyo del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Guardia Civil de València y agentes del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil (GRS). Tres agentes del instituto armado se infiltraron en la red de narcotraficantes, ganándose la confianza de uno de los jefes de la trama. Su papel en la operación fue decisivo para lograr tanto la aprehensión de los contenedores de droga como la detención de todos los miembros de la organización.

Casi una tonelada por valor de 35 millones

La droga interceptada provenía de diferentes países de Suramérica y su precio en el mercado estaba estimado en más de 35 millones de euros.

El primero de los contenedores que tenía como origen la ciudad de Guayaquil (Ecuador) y destino el puerto de València, fue interceptado el 16 de marzo de 2017 en Malta. La mercancía, 300 kilos de coca, estaba oculta entre un cargamento de latas de piña en su jugo.

El segundo container iba cargado con 400 kilos de droga y provenía de Brasil. En este caso la cocaína se camufló entre bobinas de papel y cartón estucado y fue incautada el 23 de abril.

El tercer contenedor que portaba ocultos más de 240 kilos de la sustancia estupefaciente llegaba desde Chile y su aprehensión se produjo el 28 de mayo de 2017.

La organización criminal tenía una estructura bien definida y estaba compuesta por trece españoles (nueve de ellos valencianos), tres colombianos y una mujer rumana. 

Los jefes de la organización eran los responsables de gestionar los envíos de droga desde los países latinoamericanos, para posteriormente ocultar la mercancía en naves industriales de distintas localidades de l’Horta. Para ello se valían de teléfonos móviles encriptados que usaban para comunicarse entre ellos.

La cocaína enviada desde Suramérica era posteriormente redistribuida por otros miembros de la banda para su puesta en venta en el mercado.

Además de las detenciones, en el marco de esta macrorredada se llevaron a cabo varios registros en domicilios de València, Torrent y Madrid donde se intervino dinero en efectivo, relojes de lujo, un arma de fogueo y varios coches de alta gama.