Condenan a una pareja a 25 años de prisión por matar a un amigo e incendiar su casa en Gandia
El jurado declaró culpables a ambos del homicidio con abuso de superioridad, del fuego con riesgo para las personas y de un robo con violencia
La pareja acusada de matar a un amigo en Gandia en febrero de 2023 “dándole numerosos y brutales golpes en la cabeza, con una robusta hachuela de carnicero y con un arma blanca monocortante”, y posteriormente incendiar su vivienda para eliminar pruebas, ha sido condenada a poco más de 25 años de prisión por los delitos de homicidio, con la agravante de abuso de superioridad, incendio con riesgo para las personas y robo con violencia, ya que antes de huir del domicilio se apoderaron de dos anillos y el teléfono móvil de su víctima.
Un jurado popular los declaró culpables a ambos de dichos delitos y no apreció ningún tipo de atenuante o eximente que pretendían sus defensas, como la toxicomanía. Así, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia le impone concretamente 25 años y tres meses de prisión a ella, Jessica O. V., y a el hombre, Manuel H. M., un total de 26 años de cárcel al darse en su caso la circunstancia de reincidencia en el delito de robo con violencia.
La víctima dijo que el hijo era suyo
El crimen se produjo el 9 de febrero de 2023 cuando ambos acusados acabaron con la vida de Javier S. C., de 60 años, un amigo con el que la ahora condenada - que alegó que era prostituida por su compañero – tenía también relaciones sexuales esporádicas. La acusada esgrimió en el juicio que esta relación de “amistad” que tenía con el fallecido, quien le había dicho que dejara a su pareja y que con él iba a llevar “una vida mejor”, unido a una proposición de utilizarla como mula para transportar droga estando ella embarazada pudo ser el origen del crimen. Además, la tarde anterior ambos discutieron cuando Javier le dijo a Manuel que el hijo que estaba esperando Jessica era suyo y que se iba a hacer una prueba de paternidad.
El jurado entendió que tan culpable del crimen había sido uno como la otra y consideró probado que ambos acudieron a las 10.40 horas del día de los hechos, a la casa de la víctima, en Gandia. Allí le atacaron con un hacha de carnicero y un arma blanca - un cuchillo de cocina o similar- con los que le propinaron numerosos golpes en la cabeza que le causaron “lesiones incompatibles con la vida”.
ADN en el arma homicida
Una grabación demuestra que las dos personas que entraron en el edificio son las mismas que salieron juntas de él, los acusados. Asimismo, la magistrada remarca que la presencia de ADN del encausado en una de las armas homicidas es una “prueba relevante” para los miembros del jurado, quienes no dieron credibilidad a la excusa que alegó el acusado, que se cortó cuando fue a limpiar el arma que había utilizado su pareja, a la que supuestamente quería proteger.
Tras cometer el crimen, le robaron dos anillos que siempre llevaba puestos y un teléfono móvil. Después prendieron fuego al sofá del comedor, pusieron sobre el mismo el cadáver y depositaron encima de él ropa con la intención de que actuara como material combustible.
Los dos condenados deberán indemnizar con 20.000 euros a cada una de las dos hermanas que tenía la víctima en concepto de responsabilidad civil. Y deberán abonar a la compañía aseguradora del inmueble donde ocurrieron los hechos la cantidad de 2.550 euros por los desperfectos causados por el fuego en el edificio.
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