Tuvi, con un pie en la prisión permanente revisable: culpable de todo por unanimidad
El jurado, en un veredicto rápido, impecable y perfectamente motivado, dictamina que David Soler cometió un asesinato machista sobre Wafaa Sebbah para ocultar que la agredió sexualmente, y que su voluntad no estaba afectada por nada
La mejor amiga de Wafaa: "¡David! ¡Yo no veré nunca más a Wafaa, pero tu siempre serás un asesino! ¡Púdrete en la cárcel!

José Manuel López

"Ahora sí. Mi Wafaa empieza a descansar en paz". Es lo primero que piensa su madre, Soraya Taibi, cuando escucha una y otra vez al portavoz del jurado la palabra "unanimidad" y "culpable". Son las 10.40 horas del martes, 3 de diciembre; el décimo día en la sala del jurado donde se ha juzgado el asesinato de su hija Wafaa cinco años después de que se cometiera. La lectura pública del veredicto del jurado, por boca de su portavoz, dura apenas unos minutos, pero antes de que empiece, ella, Soraya, ya lo sabía, estaba convencida, aunque los nervios se la estaban comiendo. Es la recompensa a su fe ciega en la Justicia. Con mayúsculas.
Y es, también, el principio del fin de una agonía que empezó el 17 de noviembre de 2019, cuando David Soler Oltra, entonces de 29 años de edad, se llevó a Wafaa, diez años más joven que él, la joven guapa, carismática, generosa, risueña y vital que una y otra vez se negaba a sus pretensiones sexuales porque solo veía en él un amigo más, a casa de su abuelo, un chalé de Carcaixent en una zona alejada y sin vecinos en esa época del año.
Y allí la sometió a todo tipo de torturas y vejaciones tras dejarla inconsciente con un ‘mataleón’, la especialidad de la que hace gala hasta en la cárcel, e inmovilizarla para dar rienda a sus perversiones sexuales. Le arrancó el pantalón, que fue encontrado separado del cuerpo totalmente dado la vuelta, la braga y le rompió el sujetador, la aterrorizó disparándole una y otra vez con una carabina de perdigones –llevaba siete solo en los huesos, disparados de frente y por la espalda–, posiblemente mientras la tenía "con los genitales expuestos (desnuda), maniatada y con los ojos vendados para infundirle más terror con cada disparo".
Crimen sádico-sexual con 'bondage'
Siguiendo con esa "parafernalia sádico-sexual con bondage" le clavó un cuchillo, pero sin ánimo de matar, solo para "aumentar deliberadamente su dolor infligiéndole un sufrimiento lento que le hizo disfrutar", asegurándose, además, de que no podía defenderse, tan solo protegerse en un momento determinado de los disparos en la cara; de ahí los balines clavados en sus antebrazos.
Cuando se cansó, ya derrotada, acometió el asesinato para ocultar la agresión sexual. Para ello, vistió a Wafaa solo con su cazadora (la camiseta nunca ha aparecido: los psicópatas suelen atesorar prendas con el olor de sus víctimas a modo de trofeo), inerte, la metió en el maletero de su coche y condujo hasta la finca agrícola que en ese momento era de su familia. Allí, completó el encintado de la cabeza, tapándole por completo la nariz y la boca, y de los antebrazos y la tiró al pozo de riego, de unos 16 metros de profundidad. Antes, le ató una azada con una cuerda al tobillo derecho. En la caída, se le quebraron la pierna y varias costillas de ese lado. En todas las fracturas había sangre: la joven seguía viva.
La eficaz ocultación del cuerpo
Durante 19 largos meses consiguió ocultar con eficacia el crimen, hasta que la Guardia Civil recuperó el cuerpo, completamente deteriorado por el tiempo transcurrido y la sumersión en agua y lodos, en la tarde del 17 de junio de 2021.
Y así han dictaminado los nueve miembros del jurado, cinco hombres y cuatro mujeres, que ocurrieron los hechos, apoyándose en declaraciones de testigos, de guardias civiles, de forenses, de psiquiatras y en la cascada de pruebas presentadas una tras otra a lo largo del juicio, de las que, este martes lo demostraron, fueron tomando nota de manera exhaustiva.
De hecho, han resuelto el veredicto con tanta precisión que incluso le han especificado a la magistrada presidenta del tribunal cada folio y tomo de la causa donde residen las pruebas en las que han basado la motivación de sus respuestas a las 34 preguntas del objeto del veredicto. Por unanimidad, algo poco habitual en los jurados y que supone un completo éxito de las acusaciones, la ejercida por la fiscal, Carmen Nicasio Aliaga, y los abogados que han defendido altruistamente a la familia, Jesús Ruiz de Valbuena, Isabel Carricondo y Juan Carlos Navarro.
Y también por unanimidad concluyeron que Tuvi actuó por la obsesión sexual que sentía por Wafaa y que lo hizo por machismo, es decir, por su "ánimo de dominación y desprecio a las mujeres".
Y el mismo grado de consenso, nueve votos de nueve, alcanzaron para rechazar las pretensiones de la defensa. Así que, el veredicto, impecable y perfectamente motivado, establece que David Soler ni actuó influido por el hipotético consumo de drogas y alcohol que dijo haber ingerido, ni su voluntad se vio afectada por la supuesta influencia de las secuelas de un accidente de tráfico ocurrido cuatro años antes.

Ignacio Cabanes
Y ahora le espera el juicio por Isabell
Dado este veredicto, que el jurado ha consensuado en menos de 24 horas, David Soler Oltra, Tuvi, tiene un pie en la prisión permanente revisable que solicitan fiscal y acusaciones particulares, a lo que se le añaden 8 años más por la agresión sexual y el pago de las indemnizaciones a los padres y hermanos de Wafaa, además de las costas procesales y las medidas de control y vigilancia a las que deberá ser sometido si llega a salir de prisión (tiene pendiente otro juicio por el asesinato de una mujer, Isabell Raducanu, y de su hija nonata de seis meses de gestación, a quienes mató en Xàtiva cinco meses antes que a Wafaa y por lo que se le pedirá nuevamente la prisión permanente revisable).
En todo caso, la imposición de la pena corresponde ahora a la magistrada que ha presidido el tribunal, así que habrá que esperar a la sentencia, que posiblemente sea emitida antes de Navidad.
El asesino de Wafaa, que durante todo el juicio ha mantenido una actitud impasible, sin emociones, recibió ayer el veredicto con la cara oculta entre los brazos. Por un lado, para impedir que los redactores gráficos y los cámaras de televisión obtuviesen una última imagen suya y, por otro, porque la decisión de los jurados le augura una larguísima estancia en prisión, justo lo único que le suscita un sentimiento: el de la rabia.
"¡Siempre serás un asesino!"
Así, mientras permaneció con la cabeza escondida durante la media hora escasa que duró la lectura del veredicto y la solicitud de penas por parte de cada letrado, no dejó de agitar las piernas en un movimiento rítmico propio de quien contiene una reacción airada.
Una vez que la magistrada anunció que el caso quedaba «visto para sentencia», la familia y los amigos de Wafaa se fundieron en abrazos emocionados entre sí y con sus letrados. Amina, la mejor amiga de Wafaa, y el que fuera su último novio, Lax, increparon a Soler Oltra justo antes de que los dos policías nacionales que lo custodiaban se lo llevaran a los calabozos. "¡Mírame! Eres un asesino y no vas a salir nunca de la cárcel", le espetó él. Amina le invocó directamente: "¡David!". Tuvi levanta la mirada al escuchar su nombre. "¡Yo no veré nunca más a Wafaa, pero tú siempre serás un asesino! ¡Púdrete en la cárcel!".
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