Un joven confiesa que violó a una compañera en Halloween al estar ambos "muy borrachos"

Un joven de 21 años reconoció ayer haber violado a una compañera de universidad durante una fiesta de Halloween en Burjassot en 2021 aprovechando el estado de embriaguez de su víctima, a quien sus amigas habían tenido que acompañar y acostar en una de las habitaciones de los dos apartamentos que habían alquilado, al ver que se encontraba mal y haber vomitado producto del exceso de alcohol.

El acusado, que se enfrentaba inicialmente a una pena de siete años de cárcel, escribió una carta de perdón a su víctima y se mostró arrepentido por «el daño que le pude hacer», si bien ayer no recordaba exactamente cómo ocurrieron los hechos al alegar que iban todos «muy borrachos» y que tiene «muchas lagunas». Asimismo, consignó el pago de 20.000 euros para hacer frente a la responsabilidad civil antes del juicio. 

Por ello, la fiscalía rebajó su petición a tres años y diez meses de cárcel al apreciar dos atenuantes simples, por un lado la reparación del daño por el pago de la indemnización, y por otro el haber actuado influenciado parcialmente por el consumo de alcohol.

Con el reconocimiento de hechos por parte del acusado y las declaraciones de los testigos, que refrendaron el relato de la víctima, la clave del juicio está en el grado de afectación del alcohol y otras sustancias en las capacidades volitivas del acusado en el momento de cometer los abusos sexuales con acceso carnal.

La defensa pide una eximente y dos atenuantes

Su defensa solicita que se contemple una eximente incompleta por la intoxicación por alcohol o drogas, ya que esa noche del 31 de octubre de 2021 su cliente consumió además de cervezas, Jägermeister y cubatas, brownie de marihuana, mezcla que según los forenses potencia sus efectos. 

De igual modo, entiende que la reparación del daño tiene que ser una atenuante muy cualificada atendiendo al «especial esfuerzo del acusado para mitigar el daño causado», ya que se puso a trabajar –compaginándolo con sus estudios– para poder indemnizar a su víctima. Y por último pide que se aprecie también la atenuante de dilaciones indebidas por «retrasos injustificables» en una causa que ha durado tres años. Por todo ello pide que se le condene solo a un año de cárcel y que no tenga que ingresar en prisión, apelando al carácter reinsertador de las penas. "Cometió un error y se merece una condena, pero también la oportunidad de que no se le imponga una pena superior a los dos años", concluyó el abogado de la defensa en su informe.

La víctima, en tratamiento psicológico

Por su parte, la Fiscalía y la acusación particular sostienen que dada la gravedad de los hechos, reconocidos incluso por el propio acusado, la pena no puede ser inferior a los tres años. De hecho, el joven era conocedor del estado de indisposición de su víctima y entró en la habitación en la que la joven estaba descansando sin que en ningún momento de la velada ella le hubiera invitado a ello. Es más, la víctima, que siempre ha mantenido un mismo relato, asegura que estaba dormida y que al principio pensó que era su novio, pero cuando recobró el conocimiento y se dio cuenta de lo que estaba pasando le pidió que parase. "Yo no entendía nada, estaba desubicada", indicó la víctima, que llamó por teléfono a un amigo que también estaba en la fiesta para pedir ayuda. Fruto de la agresión presenta estrés postraumático y desde entonces está bajo tratamiento psicológico.

El propio acusado cuando salió de la habitación dio versiones contradictorias sobre lo sucedido a los testigos, aunque varios de ellos escucharon claramente que se lamentaba diciendo: "Pero, qué he hecho". Estas afirmaciones y los detalles que dio el acusado durante la fase de instrucción, hacen pensar a la Fiscalía que no tenía tan afectadas sus capacidades por el alcohol como así trata de acreditar ahora.