Tribunales

Arranca parte de la oreja de un mordisco a un desconocido en una pelea en Murcia

El afectado se encaró con el sospechoso, un vecino de 31 años de edad, porque casi atropella a su amiga con el coche tras salir de un botellón

Un agente de la Policía Nacional en una imagen de archivo.

Un agente de la Policía Nacional en una imagen de archivo. / EP

Ana Lucas

Un vecino de Molina de Segura, cuya identidad no ha sido facilitada, ha sido condenado a tres años de cárcel por arrancar parte de la oreja a un desconocido en el transcurso de una pelea en este municipio en septiembre de 2021. 

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia considera que el hombre, nacido hace 31 años en República Dominicana, cometió un delito de lesiones con deformidad y que ha de indemnizar a su víctima con 12.600 euros.

La sentencia abre la puerta a sustituir la prisión por la expulsión del país, ya que el individuo se encuentra en situación irregular en España. Se estudiará cuando la sentencia sea firme.

La Audiencia condena al hombre a tres años de cárcel y estudia conmutar la pena por la expulsión del país

El suceso tuvo lugar hace más de tres años. Tal y como se lee en el relato de hechos probados, sobre las cinco de la mañana el sujeto se hallaba «en compañía de unos conocidos, a bordo de un vehículo que circulaba por un camino de tierra a velocidad excesiva para las condiciones del lugar, dado el tránsito de personas que por ese camino había», porque se había hecho un botellón.

Recriminaciones e insultos

«En el curso de esa circulación el afectado quien iba acompañado de una amiga andando por el camino, tuvo que apartarla a ella para que no le golpease el vehículo antedicho, dirigiendo hacia los ocupantes del mismo recriminaciones e insultos por su forma de circular, lo que llevó a que los ocupantes del vehículo detuvieran el turismo, bajasen de éste y se dirigieran hacia los dos amigos, iniciándose una discusión que desembocó en una agresión por parte de algunos de los ocupantes del vehículo contra él».

Continúa el tribunal: «En el curso de la agresión, en la que participaba el acusado, en un momento determinado, quedaron encarados los dos, agarrándose ambos y cayendo al suelo, momento que aprovechó el hombre dar un mordisco a su víctima en la oreja derecha de éstearrancándole parte del pabellón auricular derecho, comenzando a sangrar abundantemente la herida, lo que llevó a que cesara la agresión».

La víctima rastreó las redes hasta dar con la foto del atacante, la cual llevó cuando puso la denuncia

El sospechoso y sus acompañantes, que no han sido identificados, se marcharon del lugar. 

El afectado fue llevado primero al Hospital de Molina y luego al Virgen de la Arrixaca de Murcia. Tardó 26 días en sanas y tiene secuelas: le fue amputada parte de la oreja. Cuando acudió a denunciar, cuatro días después de la agresión, iba con una foto del sospechoso, al que reconoció «sin ningún género de dudas» como la persona que le había mordido salvajemente. 

La víctima contó que iban cinco en el coche, que se pelearon porque casi atropellan a su amiga y que hubo puñetazos y el bocado. Explicó que identificó a su agresor porque la chica que lo acompañaba sabía su nombre y que era de Molina. De ahí, rastreó por redes y dio con él. No tenía dudas.

La resolución judicial destaca que «el ciudadano que ha sufrido un delito no queda privado de su facultad de averiguación de la persona que pudo cometer el mismo, siempre y cuando se ajuste a los parámetros de adecuación, legalidad y no violación de los derechos fundamentales».

"Soportes gráficos"

En lo que a este caso se refiere, «las gestiones realizadas por parte de la testigo se aprecian ajustadas al marco en que se produjo la agresión: zona de Molina de Segura, supuesto agresor de unas características físicas determinadas y con un perfil latino, por lo que la mujer acude a una persona que residente en Molina de Segura, en un entorno por ella conocido, podía facilitarle información, y así sucede, obteniendo diversos perfiles en redes sociales (por lo tanto, de acceso público), de los que obtiene la identificación del agresor». 

Resultado que le brinda a la víctima, «quien acude con todo ello a la Policía y, al presentar la denuncia, aporta esos soportes gráficos, lo que facilita la labor policial en orden a la identificación plena del agresor».

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