Detenido el presunto asesino del hombre cosido a puñaladas en su piso de València

Homicidios detiene a un amigo de Heberto M. C., de 61 años, acusado de asestarle 38 puñaladas, casi todas por la espalda, tras una discusión entre ambos cuando estaban de fiesta en el piso de la víctima, en la calle Islas Canarias

El juez envía a prisión al acusado, Francisco José B. M., de 36 años y con una enfermedad mental diagnosticada

Precinto policial en la vivienda de la calle Islas Canarias donde fue encontrado el cadáver de Heberto M. C.

Precinto policial en la vivienda de la calle Islas Canarias donde fue encontrado el cadáver de Heberto M. C. / Ignacio Cabanes

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

València

El presunto asesino de Heberto M. C., el hombre de 61 años asesinado de 38 puñaladas, casi todas por la espalda, en su piso de la calle Islas Canarias de València a principios de enero, ya está en prisión. Ha sido gracias a la celeridad del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València, que en menos de tres semanas (este jueves se cumplen los 21 días del crimen) ha logrado esclarecer del homicidio y detener a su presunto autor, un amigo de la víctima identificado como Francisco José B. M. que, según ha podido saber Levante-EMV, tiene diagnosticada una enfermedad mental y, como el fallecido, es consumidor habitual de estupefacientes.

La detención de Francisco José B. M., que tiene 36 años, ha sido llevada a cabo este lunes, por agentes del grupo de Homicidios, tras haber reunido en tiempo récord pruebas de su presunta implicación en el crimen. Al parecer, ha sido fundamental seguir el rastro del teléfono móvil de la víctima, que no estaba en el piso y sobre el que existía la certeza de que se lo había llevado el autor del homicidio en un intento por borrar todo rastro que le relacionara con Heberto.

El arrestado fue puesto este miércoles por la mañana a disposición del Juzgado de Instrucción 13 de València, que asumió el caso desde el inicio, ya que estaba de guardia el día que fue encontrado el cuerpo, el pasado 12 de enero. Tras examinar el atestado, el juez decidió decretar prisión provisional comunicada y sin fianza para el investigado, como instaba la fiscal, así que el acusado duerme desde este miércoles en la cárcel de Picassent.

¿Un estilete? ¿Una navaja?

Todo apunta a que Francisco B. y Richard, que eran amigos desde hacía tiempo, habían quedado esa tarde en casa del segundo para tomar alcohol y consumir algunos estupefacientes. En un momento determinado, hubo una discusión entre ambos por razones que no han trascendido, pero que las fuentes consultadas califican de "triviales", que fue a más y que acabó con el ahora detenido clavándole a su víctima hasta en 38 ocasiones un arma blanca que, según estiman los forenses y la Policía Científica, podría tratarse de un estilete, aunque tampoco ha podido descartarse que sea una navaja de pequeñas dimensiones.

En principio, parece que esa discusión pudo tener lugar en la noche del 3 de enero, ya que fue ese día cuando se registró la última conexión a WhatsApp de Heberto, quien habría quedado con Francisco a través de esa plataforma de mensajería. Sin embargo, la muerte parece que le sobrevino más tarde, posiblemente en las horas siguientes. La Policía Nacional ha logrado establecer que la agresión se produjo en el salón de la vivienda, ya que durante la inspección ocular fueron encontradas manchas de sangre en esa estancia.

Registro en casa del presunto asesino

Sin embargo, el cuerpo sin vida de Richard estaba en su cuarto, acurrucado entre la cama y la cómoda, semivolcada sobre él, por lo que se cree que, tras el ataque, se sintió indispuesto y se fue a su dormitorio, donde se habría tendido en la cama. Sin embargo, su situación empeoró -había sangre y restos de vómito sobre la almohada-, así que intentó incorporarse, pero acabó cayendo entre el somier y el tocador, haciendo que este cayera sobre él al buscar un punto de apoyo.

Los investigadores, junto con la comisión judicial, el detenido y su abogado, realizaron un registro este lunes en el domicilio del presunto asesino, ubicado en València, donde trataron de localizar evidencias que refrenden las pruebas obtenidas gracias a la investigación realizada sobre el teléfono de la víctima. De momento, no han encontrado el arma homicida, de la que el ahora arrestado se habría deshecho la misma noche del crimen, en el camino de regreso a su domicilio.

Tal como informó Levante-EMV, la muerte de Heberto fue descubierta a primera hora de la tarde de ese domingo, 12 de enero, gracias a una llamada de su hermano, alertado porque, al entrar en el piso de la madre de ambos, ubicado en la puerta de enfrente del de Heberto (la casa está vacía desde que la mujer fue llevada a una residencia de mayores), descubrió que el sobre con dinero que le dejaba cada semana sobre el aparador de la entrada seguía intacto en el mismo sitio donde él lo había depositado.

Acurrucado junto a su cama

Dado que el hombre no tenía llaves de casa de su hermano, llamó al 112 indicando que sospechaba que algo le había sucedido. Agentes de la Policía Nacional accedieron al interior con la ayuda de los Bomberos de València cerca de las cinco de esa tarde y encontraron a Heberto fallecido, sentado en el suelo, acurrucado entre su cama y la cómoda, completamente vestido.

En un primer momento, el forense estableció que se trataba de una muerte natural porque únicamente había un ligero vómito de sangre en el área de la boca y sobre la almohada, compatible con los antecedentes de adicciones que el médico de su centro de salud corroboró cuando acudió al domicilio ese día. 

Valencia. Crimen de la calle Islas Canarias donde fue encontrado el cadáver de Heberto Medina, un hombre de 61 años, con varias lesiones por arma blanca

Vivienda de la calle Islas Canarias donde fue encontrado el cadáver de Heberto Medina, un hombre de 61 años, con varias lesiones por arma blanca. / Ignacio Cabanes

La sorpresa llegó un día después, el lunes, cuando los forenses que practicaron la autopsia en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València detectaron 38 heridas, todas ellas en la espalda, infligidas con un objeto punzante y alargado.

Sin señales de lucha en la casa

Agentes del grupo de Homicidios centraron la investigación desde su inicio en reconstruir las últimas horas de vida de Heberto, cuya muerte ocurrió probablemente en torno al 3 de enero, ya que ese día fue su última conexión en WhatsApp, red que solía utilizar con frecuencia.

Los agentes buscaron desde el primer momento con quién había quedado ese día la víctima, ya que su teléfono móvil no ha sido encontrado por la Policía Científica durante la inspección ocular llevada a cabo en el domicilio el lunes, una vez que los forenses advirtieron a la Policía Nacional y al Juzgado de Instrucción 13 de València, que lleva el caso porque estaba en funciones de guardia el día que fue encontrado el cuerpo, que se trataba de un homicidio.

El asesino se llevó el móvil

Los expertos en resolución de crímenes de la Policía Nacional sabían desde el inicio que lo más probable es que la persona responsable de su muerte se llevara el móvil para evitar que la Policía leyese los mensajes entre ambos. En principio, la falta de señales de lucha en la casa, que estaba ordenada y limpia, y el hecho de que la cerradura no estuviese forzada ya delataban que Heberto conocía a su verdugo y le dejó entrar confiado. 

Así, todo apuntaba a que la limpieza aparente de la vivienda fue obra de quien le dio muerte, ya que, si el crimen se produjo de madrugada, como se cree a partir del testimonio de una vecina que escuchó golpes y más tarde lamentos, el ahora detenido tuvo tiempo de ordenar y hacer desaparecer sus huellas antes de irse cerrando la puerta a sus espaldas.

Tracking Pixel Contents