“A mi hija no se le va de la cabeza la imagen de ver cómo me violaban”

La menor sorprendió a los dos acusados, que se enfrentan a 18 años de cárcel, forzando sexualmente a su madre, aprovechando su estado de ebriedad

Juicio a dos jóvenes acusados de violar a una mujer en presencia de su hija

Ignacio Cabanes

València

Dos jóvenes se enfrentan a sendas penas de 18 años de cárcel por una doble agresión sexual a una mujer, compañera de trabajo de uno de ellos, a la que presuntamente violaron en el domicilio de la víctima, en València, tras una noche de fiesta con otros amigos, aprovechando que el resto de los invitados se había ido y que la denunciante estaba muy afectada por el consumo de alcohol. De hecho, a la mañana siguiente la víctima no recordaba nada ni era consciente de haber sido agredida sexualmente. De no ser por su hija de 15 años, quien sorprendió a sus agresores forzando a su madre, y le contó a esta lo que había visto, la doble violación no se habría destapado.

El juicio por estos hechos ha comenzado esta semana en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia. Los dos acusados solicitaron declarar en último lugar para saber qué hay exactamente contra ellos y preparar a conciencia sus argumentaciones exculpatorias, ya que niegan que se tratara de un violación y que fueron relaciones sexuales consentidas.

Los hechos enjuiciados ahora se produjeron en la madrugada del 29 de junio de 2020 cuando un grupo de seis personas - la víctima, una amiga de ella, una pareja y los dos acusados – se encontraban tomando cervezas en un local de la plaza Honduras de València. De ahí se marcharon en la furgoneta de trabajo de uno de los procesados al domicilio de la denunciante para seguir la fiesta. Una vez allí siguieron bebiendo, según coinciden todos los testigos.

Estos también coinciden en el estado de embriaguez de la víctima, quien incluso se cayó debido a su estado, y una amiga le preparó un suero con agua y sal para que vomitara y se despejara. Dado su estado, la llevaron a la cama de su habitación. En otra estancia de la vivienda se encontraba durmiendo la hija de la víctima.

"Cuando bebo no recuerdo nada"

La mujer, de 35 años, afirma que solo recuerda hasta el momento en el que su amiga le preparó un zumo y haberse caído, pero después ya no sabe qué pasó. “Me pasa a menudo, cuando bebo mucho luego no recuerdo nada”, explicó ante el tribunal.

Cuando se despertó estaba tapada con la sábana, vestida solo con el top, lo cual le extrañó: “Yo no duermo así, duermo desnuda”. Además se notaba extraña en su zona genital.

Fue su hija quien al mediodía le contó lo que había visto. Uno sus agresores, con el pantalón bajado, estaba cogiéndola de las caderas mientras la otra persona la cogía por delante y la acercaba a sus genitales, relató la adolescente ante el juez. Aunque no les vio la cara, porque salió inmediatamente de la habitación, a los cinco minutos escuchó la puerta de entrada, cómo se marchaban, y regresó a la habitación. Allí encontró a su madre “boca abajo, en la cama, inerte”. Fue ella quien la tapó con la sábana. La testigo, que ya ha cumplido la mayoría de edad, reconoce que en ese momento no pensó que la estuvieran forzando, si no habría llamado a la policía.

Cuando su hija le expuso lo que había visto, la propia víctima tampoco podía creerse que la hubieran violado aprovechando su estado de embriaguez. Tras hablar por teléfono con los acusados, estos le reconocieron que sí que tuvieron sexo “los tres jugando, pero nada malo”, esgrimieron. Posteriormente, uno de ellos incluso le ofreció dinero, para que no le denunciara y le pidió perdón, sostiene la víctima, quien está doblemente dolida por lo que le hicieron: “A mi hija no se le va de la cabeza la imagen de ver cómo me violaban”.

Tesis de la defensa

La defensa de los acusados se aferra a algunas manifestaciones de testigos que aseguran que esa noche la denunciante y uno de los acusados estuvieron “enrollándose” tanto en la furgoneta como en el sofá de su casa. Y que previamente ya habían tenido relaciones sexuales puntuales. Por su parte, la víctima remarcó que en ningún momento ni uno ni el otro le propusieron tener sexo y que cree que su compañero de trabajo ya había utilizado antes la estrategia de emborracharla para llevarla a la cama, pero que nunca antes le había denunciado. Llama la atención también lo que apuntó una testigo, la última en abandonar la fiesta, quien recuerda que los dos acusados se despidieron al mismo tiempo y bajaron con ella, pero mientras esperaba el taxi debieron de subir de nuevo, aprovechando que la víctima estaba aturdida por el alcohol, porque ya no los vio salir del portal.

El Ministerio Fiscal solicita para cada uno de ellos nueve años de prisión por un delito de abuso sexual con acceso carnal como autor de la violación, y otros nueve años más por idéntico delito como cooperador necesario mientras sujetaba a la víctima para que su compañero pudiera forzarla.

De igual modo, se solicitan otros 14 años de libertad vigilada y la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de su víctima y comunicarse con ella por un plazo de 22 años. En concepto de responsabilidad se pide una indemnización de 15.000 euros por los daños morales causados.

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