El jurado descarta la legítima defensa y declara culpable a la mujer que mató de más de 50 martillazos a un amigo

La acusada era plenamente consciente de su acción y el tribunal no aprecia tampoco la atenuante de arrebato

Acusación y defensa en el juicio del asesinato a martillazos en Bétera hablan sobre el proceso

Ignacio Cabanes

València

Finalmente ha pesado más la brutalidad del ataque, más de 50 martillazos -la mayoría en la cabeza- a una persona vulnerable con dificultades de movilidad, que la tesis planteada por la defensa de una supuesta legítima defensa ante una agresión con un cuchillo que solo presentaba sangre de la propia víctima. Así, el jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a la mujer acusada de matar a un amigo de 64 años en diciembre de 2021 por causas que solo ella sabe y que no quiso compartir en el juicio.

De hecho, su escueta declaración el último día de juicio en el que se limitó a contestar afirmativamente una única pregunta de su abogado: “¿Es inocente?”, no parece haber convencido a los miembros del jurado, que buscaban alguna explicación en palabras de la presunta homicida, más allá de las expuestas durante la fase de instrucción, que la víctima pretendía violarla y que la atacó con un cuchillo.

Tampoco se ha estimado probada ninguna atenuante al considerar el jurado que la acusada era plenamente consciente de sus actos cuando cometió el crimen. Ni siquiera se ha probado que sufriera un arrebato como consecuencia de un desbordamiento emocional momentáneo al percibir la actitud de Paco Sorlí como amenazante.

El tribunal popular no considera probada la tesis de que la víctima atacara con un cuchillo a la acusada y que quisiera violarla

Los hechos ocurrieron la mañana del 22 de diciembre de 2021. En torno a las 8.30 horas Paco Sorlí llegó al domicilio de la acusada, situado en la calle San Francisco de Bétera. Ambos tenían “una relación amistosa con trato frecuente”. Poco antes de las 9.50 horas, según los hechos declarados probados por el jurado, Begoña C. G. golpeó con un martillo de carpintero de unos 28 centímetros de longitud, a su víctima propinándole más de 50 golpes principalmente en la cabeza, cuando Paco se hallaba en una posición inferior a la acusada, según reflejó el informe de autopsia realizado por forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia. Además, el fallecido tenía una pierna más corta que la otra por problemas de polio en la infancia y tenía dificultades para permanecer de pie y deambular sin ayuda de muletas.

El cuchillo hallado no lo portaba la víctima

El jurado no ha hallado pruebas de que el hombre le propusiera llevar actos sexuales, que le ofreciera dinero por sexo y mucho menos que la agrediera sexualmente como pretendía introducir la defensa de la acusada por unos supuestos desgarros en la ropa de la acusada. Tampoco que el cuchillo, que la Guardia Civil encontró pasados tres meses de la primera inspección técnico ocular en la vivienda donde se produjo el crimen bajo unas cortinas, lo portara o lo esgrimiera en modo alguno la víctima.

El Ministerio Fiscal solicita 19 años de prisión por un delito de homicidio con abuso de superioridad, mientras que la acusación particular, ejercida por el despacho de abogados Antonio Pons y Asociados, mantiene la petición de 20 años de cárcel por un delito de asesinato sobre víctima vulnerable.

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