El parricida de Turís trató de degollar a su madre antes de la cuchillada mortal en el pecho

Germán T. E. ya había agredido a sus progenitores en otras ocasiones pero no quisieron interponer denuncia contra su hijo, dada su enfermedad mental

Un hombre con enfermedad mental mata a su madre en Turís

Ignacio Cabanes

Turís

Vicenta Estellés, la turisana de 84 años presuntamente asesinada por su hijo, presentaba una cuchillada mortal de necesidad en el pecho, así como dos cortes superficiales en el cuello, lo que hace pensar a los investigadores de la Guardia Civil que el presunto parricida, con una enfermedad mental diagnosticada desde hace años, trató de degollarla con la pequeña navaja intervenida por la Policía Local de Turís en el momento de su detención. 

Si bien, según ha podido saber este periódico, ninguna de estas dos lesiones en el cuello -cortes longitudinales no profundos- revestía la entidad suficiente como para haber terminado con su vida. Fue una herida en el pecho, que afectó a órganos vitales, la que finalmente le causó la muerte, que los forenses sitúan la noche del pasado domingo 16 de marzo, en una hora próxima a la cena.

Esto coincide con lo manifestado por testigos a Levante-EMV, que vieron a Germán T. E., de 60 años, llorando en la plaza de la Iglesia de Turís en torno a las 21.30 horas, posiblemente después de haber cometido su crimen. El cadáver de su madre fue localizado al mediodía siguiente en el cuarto de baño del domicilio de la calle Jesús de Turís. El cuerpo sin vida de Vicenta estaba en posición bocabajo sobre un charco de sangre y con lesiones de arma blanca evidentes a simple vista.

Según se desprende del resultado preliminar de la autopsia, realizada en el Instituto de Medicina Legal de València y remitida al Juzgado de Instrucción dos de Requena, además de la herida mortal en el pecho y los cortes en el cuello, la mujer también tenía heridas por arma blanca en ambos antebrazos, lesiones compatibles con un intento de defensa. No obstante, dada la edad de la anciana, 84 años, y su estado de salud y sus características físicas -no llegaba a los 50 kilos de peso – apenas pudo ofrecer resistencia a su hijo, armado con una navaja.

No era la primera vez que el presunto parricida agredía a sus padres. Según aseguran varios vecinos, hace aproximadamente dos años y medio ya hirió con un arma blanca a su padre, “pero no quisieron denunciarlo y a la semana estaba otra vez con ellos”, explica Rafael. De igual modo, Vicenta también había confesado en un establecimiento del municipio que su hijo le había agredido. Dicho episodio, que tampoco fue denunciado, se produjo hace aproximadamente un mes. 

El equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Riba-roja investiga estos antecedentes violentos y si el presunto homicida había dejado de tomarse la medicación para la esquizofrenia que padece. Al parecer, era su padre, fallecido hace unos meses, quien se encargaba de controlar que se lo tomara y desde entonces su salud mental había empeorado hasta el punto de sufrir ideas paranoides como el hecho de que creer que en el piso superior - donde reside una tía del detenido – había una célula yihadista.

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