“Mataron a mi hijo y la absolución de su asesino ha acabado con mi marido”
El padre de Anice Khalfouni, el joven de 29 años asesinado en julio de 2022 en València, no ha podido superar el dolor y la impotencia al conocer el veredicto del jurado tras una semana en coma por una subida de tensión

Ignacio Cabanes
Una herida en el corazón por arma blanca -supuestamente un destornillador– acabó con la vida de su hijo Anice Khalfouni. El joven de 29 años, herido mortalmente la madrugada del 28 de julio de 2022 en el valenciano barrio de La Plata, permaneció varios días en coma hasta que fue desconectado de las máquinas que lo mantenían aferrado a este mundo. Ahora es la vida de su padre, Bovalem, de 55 años, la que se apaga tras una semana en estado de coma por otra herida mortal en el corazón, pero en su caso no la causado ningún arma. “Ha sido el dolor de saber que no se va a hacer justicia con sus asesinos y la impotencia de no poder hacer nada la que ha acabado con él”, confiesa la madre y esposa de estas dos víctimas de un mismo crimen.

Anice Khalfouni, el joven al que mataron en julio de 2022 en València. / Levante-EMV
“He perdido a mi hijo y voy a perder a mi marido, y la gente mala está disfrutando en la calle, necesito justicia, solo pido eso”, suplica rota por dentro y por fuera Souad antes de despedirse de su esposo, hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital La Fe de València desde el pasado 14 de marzo tras sufrir una subida de tensión cuando regresaba de visitar la tumba de su hijo.
Días antes el hombre, con problemas de hipertensión, ya había sufrido una crisis de ansiedad tras la lectura del veredicto del jurado popular, que declaró no culpable al único acusado llevado a juicio, pese a haber confesado este el crimen estando en prisión por otra causa. “Desde ese día se ha ido apagando poco a poco, dejó de comer, siempre estaba llorando y tenía la tensión muy alta”, explica la mujer, que todavía no encuentra explicación a la decisión del jurado. “Teniendo pruebas y hasta la grabación de su confesión en primera persona, en la que el propio acusado reconoce claramente que lo ha matado él, no entendemos este veredicto”, argumenta Amina, hermana de Anice.
Los gritos de indignación, rabia e impotencia al saber que la muerte de su hijo iba a quedar sin castigo removieron los cimientos de la Ciudad de la Justicia de València el pasado 20 de febrero. El padre, con dificultades en el habla y parálisis en la mitad de su cuerpo desde que sufrió un ictus con 45 años, “se sentía impotente al no poder hablar y no poder hacer nada para que se haga justicia por mi hermano”, añade Miriam, otras de las hermanas de Anice -que era el mayor de cinco hermanos-.
“Cuando murió mi hijo no sentía tanto dolor como el que siento ahora, confiaba en la justicia”, confiesa Souad, que también tuvo que ser evacuada el día del veredicto al hospital tras sufrir una fuerte crisis de ansiedad. “No puedo perdonar lo que ha hecho la justicia con un asesino al que le dan la libertad”, remarca desconsolada.
Pendiente de sentencia
Todavía están a la espera de sentencia aunque el veredicto del jurado fue claro sobre la no culpabilidad del único acusado, que quedó en libertad. “No está suficientemente probado” que Pedro M. M., de 37 años, fuera el autor del apuñalamiento. La clave está en la grabación de la confesión del presunto homicida, que pese que fue realizada con una orden judicial y bajo la supervisión del grupo de Homicidios de Valencia que investigaba el crimen, a los miembros del jurado les presentaba serias dudas.
Por un lado, se trata de una conversación en prisión con su tío y padre del otro implicado en la agresión, que no fue acusado por el crimen al descartar la policía que fuera el autor material de la cuchillada mortal causada con un supuesto destornillador que nunca fue localizado. Conviene recordar que la noche en la que se produjo el ataque tras una pelea previa en la que el joven de 29 años trató de defenderse, el ahora declarado inocente se encontraba disfrutando de su primer día de permiso. De igual modo, el jurado también apreció “discrepancias entre la grabación y la transcripción realizada por la policía”.
“Lo dice claramente: ‘Estate tranquilo, no ha sido Miguel, he sido yo’”, remarca una de las hermanas de Anice. El tío del acusado incluso le recrimina su acción: “Por qué no le diste más abajo”. No obstante, en el juicio el procesado reconoció haber participado en la pelea pero negó haberle atacado con ningún tipo de arma y mucho menos ser el autor de su muerte.
¿Miedo del jurado a declararlo culpable?
La familia de Anice siente que su origen argelino haya podido influir y que en otras circunstancias y “con una víctima 100% española (Anice llegó al país cuando solo tenía un año) su asesinato no habría quedado sin castigo”. También temen que los miembros del jurado popular se hayan podido ver condicionados a la hora de adoptar una decisión por el clan al que pertenecen el acusado y el otro implicado en la agresión -que tuvo que ser llevado a juicio esposado para declarar como testigo-. De hecho, dos personas asistentes entre el público del juicio alertaron en una de las sesiones del juicio que un familiar estaba grabando con el teléfono móvil en la sala. Se desconoce si con la intención de amedrentar al propio jurado.
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