Mina de Cerredo

La mina de Asturias en la que se produjo la explosión estaba calificada como de bajo riesgo de grisú

La explotación tenía la "categoría 2" según el reglamento de seguridad minera: "Cantidad reducida de gases inflamables"

Entrada a la mina de Cerredo.

Entrada a la mina de Cerredo. / D.Á.

Vicente Montes

Oviedo

La explotación minera en la que se produjo la deflagración que causó la muerte a cinco trabajadores y dejó heridos a otros cuatro, estaba calificada como de "nivel 2" en cuanto al riesgo de presencia de grisú u otros gases inflamables, según señalaron varias fuentes del sector minero. El artículo 24 del real decreto de 1985 por el que se aprueba el Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera establece cuatro niveles para la caracterización de las explotaciones, atendiendo a la peligrosidad inherente a la posible presencia de gases como el grisú. El "nivel 2", en el que se encontraba la explotación de Cerredo, se otorga a aquellas minas "débilmente grisuosas", en las que "puedan desprenderse en cantidad reducida grisú u otros gases inflamables".

Una deflagración ocasionada por la presencia de este gas invisible, principalmente compuesto por metano, es la primera hipótesis establecida por los investigadores del suceso. Así lo trasladaron tanto la Delegada del Gobierno, Adriana Lastra, como la consejera de Transición Ecológica, Belarmina Díaz.

No obstante, fuentes del sector indicaron que, dada la categoría de la mina, la presencia de este gas sería poco probable. Con todo, las familias de los fallecidos ya han alertado sobre la necesidad de constatar si los trabajos que realizaban los afectados por el accidente se llevaban a cabo bajo las condiciones de seguridad que exigen la presencia de detectores de grisú.

Precisamente el hecho de que se produjese un accidente a causa de este gas ha causado extrañeza entre los expertos, dado que los detectores han reducido de manera muy significativa la posibilidad de explosiones. Además, la normativa de seguridad limita las actividades que se pueden realizar en ciertos entornos peligrosos por la posible presencia de este gas, e incluso el uso de aparatos electrónicos o herramientas. El análisis del escenario en que se produjo el accidente clarificará las causas por las que este se produjo.

Cuatro niveles de peligro

La normativa de seguridad minera establece dos niveles de riesgo de presencia de grisú en las explotaciones. La de Cerredo está calificada de "nivel 2". El nivel más bajo es el 1 (sin grisú) y el más elevado es el "nivel 4", en el que pueden producirse "desprendimientos instantáneos" de este gas.

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