Almudena Ramón: ¿Una visionaria o una estafadora de víctimas vulnerables?

Trabajadores y pacientes la describen como una investigadora pionera en la regeneración del sistema nervioso, mientras que tanto ella como su socio se enfrentan a penas de entre cuatro y ocho años de cárcel por un delito de estafa

La doctora Almudena Ramón, junto a su socio y también acusado por la presunta estafa.

Ignacio Cabanes

València

Algunos testigos la consideran la “sucesora de Ramón y Cajal” por sus avances en el estudio de la regeneración del sistema nervioso con ensayos en ratas y primates mediante la extracción de células del bulbo olfativo, cultivadas dentro del propio nervio natural, para luego autotrasplantarlas. Para otros, como las tres víctimas que figuran en la causa enjuiciada en la Audiencia Provincial de Valencia, la doctora Almudena Ramón, acusada junto con su socio y marido, Eduardo R., es una mera estafadora que se aprovechó precisamente de la vulnerabilidad de sus pacientes, con lesiones medulares, creando en ellos una falsa esperanza de recuperación a sabiendas de que no iba a poder llevar a cabo el tratamiento, que no había sido autorizado en humanos.

Ambos acusados, que declararán mañana en la última sesión del juicio, se enfrentan a penas de entre cuatro años de cárcel, que solicita el Ministerio Fiscal, y los ocho años que pide la acusación particular por una estafa agravada por la vulnerabilidad de las víctimas y haber sido cometida por profesionales.

En la causa juzgada en València figuran solo tres víctimas, quienes reclaman cantidades que suman 15.000 euros, aunque hay cerca de 40 afectados más por la presunta estafa que instruyó un juzgado de Elx y cuyos hechos serán enjuiciados después de verano. Una mujer de Chile y un vecino de Albatera confesaron el primer día haber sido estafados por los acusados, quienes les prometieron resultados milagrosos con el citado tratamiento, como poder volver a caminar, que nunca obtuvieron.

Por su parte, el tercer denunciante, vecino de un municipio de Jaén, se ha mostrado más comedido y no habló de promesas. En su caso se sometió a las pruebas de diagnóstico multisistema, por las que pagó 6.000 euros. Tras esta primera fase (la terapia constaba de cuatro pero ningún paciente llegó a la tercera) le valoraron como apto, pero Pedro confiesa que no continuó con el tratamiento porque no le dio confianza ya que no podía contactar con ellos por teléfono y le anularon varias veces la cita.

Proyecto Lazarus se desvinculó

En la sesión de hoy también declaró como testigo el fundador de Proyecto Lazarus, asociación sin ánimo de lucro cuyo único objetivo es potenciar la investigación terapéutica contra las lesiones medulares. José Molina, con un hijo tetrapléjico, explicó que recaudaron 70.000 euros y que recibió presiones del acusado para que le entregara el importe recaudado ya que sostenía que ese dinero lo habían recogido en nombre de los estudios y ensayos que estaba llevando a cabo Almudena Ramón. El testigo aclaró que en ese momento la empresa ahoraenjuiciada no estaba constituida y que reclamaban los fondos para una fundación en la que estaba uno de los pacientes sometidos a tratamiento y que la propia acusada presuntamente utilizaba como ejemplo del éxito de su terapia.

El fundador de Proyecto Lazarus asegura presiones para que les diera los 70.000 € recaudados

Cuando le pidió un justificante antes de hacer entrega del dinero, y el acusado se negó, el testigo se percató de que algo no iba bien, y tras un intercambio de varios burofax, decidieron romper relaciones con la fundación.

Testigos de la defensa

El resto de testigos que han comparecido hoy fueron propuestos por la defensa y destacaron las excelencias profesionales de la doctora. Entre ellos la que fue durante diez años jefa de la sección de lesionados medulares del Hospital La Fe de València, quien colaboró con la acusada y vio una puerta de esperanza con sus estudios con ratas y en especial con los avances con un primate que tras un implante de células del bulbo olfativo se logró la estimulación del cerebro del animal y de nuevas unidades motoras. La testigo hizo hincapié en que la desaparición del citado mono -supuestamente tuvo que ser sacrificado por un tumor maligno– impidió que tomaran muestras y que se siguieran con unos estudios que podían haber cambiado el rumbo de la Medicina regenerativa. En este mismo sentido un periodista especializado en Salud y que presenció algunos de los avances con pacientes relató algunos de ellos, como el caso de un niño tetrapléjico que golpeaba la pelota con ambas piernas cuando la trabajadora daba una palmada.

La doctora Almudena Ramón fue candidata al premio Princesa de Asturias y fue premio importante de Levante-EMV.

La doctora Almudena Ramón fue candidata al premio Princesa de Asturias y fue premio importante de Levante-EMV. / EFE

El encargado de contabilidad de la empresa esgrimió que salvo un año todos los balances anuales fueron en negativo. «No era una empresa rentable», remarcó descartando que hubiera un interés económico en defraudar a los pacientes.

También ha acudido a juicio un paciente con lesión medular que pagó por el primer diagnóstico 5.000 euros y que, lejos de sentirse estafado, apoyó totalmente la labor de la doctora Ramón. «Desde el primer momento fueron muy transparentes». Pero el testigo no recordaba el número de sesiones de activación medular que recibió y, al ser preguntado por la presidenta del tribunal, admitió que en su caso no experimentó ninguna mejoría.

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