Almudena Ramón y su socio admiten que solo trataron a cinco pacientes y tres están muertos

La acusada, que se enfrenta a cuatro años de cárcel por estafa: “Desde que me dedico a la ciencia han boicoteado mi trabajo por motivos que desconozco”

Una de las testigos con lesión medular que aparece en los vídeos apunta que los mismos están manipulados y niega su mejoría tras haber pagado 30.000 euros

La doctora Almudena Ramón y su socio, juzgados por estafar a pacientes con lesiones medulares.

Fernando Bustamante

València

Solo cinco pacientes con lesiones medulares que acudieron a la clínica de la doctora Almudena Ramón y su socio, ambos acusados por un delito de estafa, pasaron a la fase de terapia de activación medular tras ser declarados aptos después del diagnóstico multisistema, y tres de ellos no están para contarlo porque ya han fallecido. Así lo han reconocido los propios acusados, quienes han negado que les prometieran a los pacientes, con gran vulnerabilidad, resultados milagrosos como volver a caminar. “Venían a nosotros porque ya habían sido desahuciados del sistema público”, ha remarcado la que en su día fue considerada una pionera en la activación medular tras estudios con ratas de laboratorio y un primate, pero que en ningún momento llegó a poner en práctica sus avances en humanos.

La acusada, para la que la Fiscalía solicita una pena de cuatro años de prisión, alega que ninguno de los pacientes pasó a la fase del trasplante celular porque no fue necesario, ya que que si los pacientes estaban ya recuperando la movilidad con un tratamiento no invasivo no era ético recurrir a la inyección de células glía envolvente del bulbo olfatorio del propio paciente, obviando que dicha intervención no estaba autorizada.

Sobre el presunto beneficio económico que habrían obtenido con los pagos de los pacientes y donaciones, Ramón esgrime que ella personalmente no cobró nada y que solo le queda “la grandísima satisfacción de ver la evolución de estas personas”. Y asegura que aunque su nombre ha sido degradado por sus avances científicos “no podía dejar a estas personas”. “Desde que me dedico a la ciencia han boicoteado mi trabajo por motivos que desconozco”, justifica la acusada.

Eduardo R., coacusado que se enfrenta a la misma petición de pena que su pareja y administrador del Centro de Innovación Médica en Regeneración Medular (CIMERM) ha reconocido que un particular donó 75.000 euros a la fundación para el tratamiento concreto de Miguel Ángel, un vecino de Moncada tetrapléjico que también falleció, como informó en su día Levante-EMV.

Ambos acusados han achacado al Hospital IMED la cuestión de las autorizaciones para llevar a cabo la terapia de regeneración medular cuando han sido interrogados sobre si requerían de la autorización de un comité ético de Medicina.

Una terapia regenerativa no autorizada

En la sesión de hoy, los peritos del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo (una especialista en rehabilitación, un neurólogo y el coodinador de investigación) han ratificado el informe en el que concluyeron que la terapia regenerativa medular que ofertaba dicha clínica de Valencia, que operaba también en Elx, no estaba avalada ni científicamente ni como medicamento de terapia celular avanzada por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Sobre los medicamentos homeopáticos que suministraban a los pacientes los especialistas aclaran que los mismos no son fármacos de uso habitual en el tratamientos pacientes con lesiones medulares y que en todo caso lo único que se trata a nivel farmacológico con personas parapléjicas es el deterioro general derivado.

La defensa ha cuestionado el informe de los peritos al haber obtenido únicamente la información de lo que se explicaba en la página web y no haber profundizado más o haber pedido información a la clínica sobre en qué consistía exactamente la citada terapia regenerativa medular.

En un último intento de acreditar los avances que experimentaron los pacientes que llegaron a la segunda fase del tratamiento con sesiones de terapia de activación medular, la defensa ha insistido en reproducir en Sala varios vídeos en los que se observa a los pacientes realizando ejercicios de movilidad.

No obstante, dos testigos precisamente propuestos por la defensa han negado avance alguno tras el tratamiento. Una vecina de Granada que sale en los vídeos visionados asegura que le prometieron que se curaría pero que tras pagar 30.000 euros no experimentó más avances que los que había tenido con sesiones de fisioterapia en cualquier clínica y que tras más de año y medio de tratamiento nunca llegaba el día del supuesto trasplante de células. Incluso ha dejado entrever que los vídeos habían sido manipulados o son sesgados para que no se viera realmente todo el sufrimiento que había detrás. Y la otra, madre de un menor ya fallecido, donó 50.000 euros porque le prometieron que en Navidad su hijo ya estaría abriendo regalos, y lo más que logró fue estar seis o siete horas respirando solo.

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