El presunto pirómano de El Saler: "Yo también soy afectado, ¿qué interés voy a tener en quemar la que es mi casa?"

El abogado Juan C. E. se enfrenta a seis años de cárcel por un delito continuado de incendio forestal por los fuegos registrados el 21 de octubre de 2023 y el 14 de enero de 2024

Los testimonios de una pareja y varias personas con las que se cruzó tras uno de los fuegos, principal indicio de la acusación en el juicio

València

"Yo mismo también soy afectado", ha remarcado en el turno de última palabra Juan C. E., el abogado detenido en su día como presunto autor de la oleada de incendios en la Dehesa de El Saler que causaron el pánico entre los vecinos de la zona desde mediados de 2023, y juzgado hoy por dos fuegos registrados el 21 de octubre de 2023 y el 14 de enero de 2024. “¿Qué interés voy a tener yo en quemar la que es mi casa, donde se han criado mis hijos y donde tengo mis amistades?”, ha argumentado el acusado, con residencia en el Saler desde hace 40 años y que se ha declarado amante de la naturaleza desde su época de juventud como montañero.

El testimonio de una pareja que vieron salir al acusado del foco del incendio registrado a última hora de la tarde del 21 de octubre de 2023 y su extraña actitud tanto con estos testigos como con otros con los que se cruzó esa noche, son los principales indicios contra el presunto incendiario de El Saler. Juan C. E., abogado penalista en ejercicio , ha negado ser el autor de ninguno de los fuegos y atribuye lo que considera una “persecución hacia su persona” al lanzamiento de un artefacto pirotécnico hace ya 25 años, un antecedente policial ya cancelado y que el propio acusado ha reconocido en Sala sin ser preguntado por ello.

De los numerosos incendios registrados en la Dehesa de El Saler desde mediados de agosto de 2023 hasta febrero de 2024, que causaron el pánico a los vecinos del lugar y provocaron importantes daños naturales en una zona verde protegida, solo dos han llegado a juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia. Concretamente el registrado el 21 de octubre de 2023 que afectó a masa forestal y otro el 14 de enero de 2024, un conato que fue sofocado por el propio testigo que ha declarado hoy. Los otros nueve que inicialmente le imputaba la Guardia Civil cuando fue detenido fueron sobreseídos.

La fiscalía pide un año de forma alternativa

El Ministerio Fiscal pide una pena de seis años de cárcel por un delito continuado de incendio forestal, y alternativamente ha rebajado a un año la pena solicitada dada la escasa gravedad de los incendios que finalmente se le imputan, uno de ellos un conato. El acusado ha explicado que en el primer incendio, del 21 de octubre, se encontró un fuego de pequeñas dimensiones cuando salió a pasear pero que no pudo apagar. Según ha insistido, él mismo llamó al teléfono de Emergencias 112 para alertar del mismo. Para tratar de justificar que unos testigos lo vieran salir apresuradamente de entre los matorrales, principal prueba de la acusación, el procesado sostiene que simplemente estaba huyendo de las llamas.

Esta pareja que ha identificado al acusado han indicado que les llamó la atención su mirada, "como ido", y lo alterado que estaba. Y que cuando los vio dejó de correr. Otros testigos que lo siguieron esa noche también han apuntado que lo vieron raro y que dio vueltas a los apartamentos, como si quisiera evitar que lo vieran entrar en el bloque en el que reside.

El abogado de la defensa, Jorge Abadía, considera que dichos testimonios están plagados de percepciones insuficientes como ser considerados un indicio relevante. De hecho, otro testigo que lo sitúa en las proximidades del segundo incendio que se le imputa, el del 14 de enero, apenas se lo cruzó un segundo en un coche cuya descripción tiene diferencias sustanciales con el usado por su cliente (como el tamaño) y que inicialmente dijo que le parecía que era una mujer.

Los especialistas en investigación de incendios forestales han confirmado que ambos fuegos ahora enjuiciados fueron intencionados y descartan su posible origen accidental. Se traba de zona forestal protegida y muy cerca de viviendas habitadas, de ahí el riesgo para las personas de haberse propagado. Por la forma en la que se iniciaron establecen que fueron provocados por la misma persona.

Por su parte, el capitán del Seprona de la Guardia Civil de Valencia, instructor de las diligencias, ha detallado los indicios que les llevaron a sospechar del acusado como la gran cantidad de mecheros hallados en el registro domiciliario, unos 160, o el hecho de que tardara más de una hora en abrirles la puerta cuando fueron a detenerlo, pese a que vieron luz en la ventana antes de llamar. Respecto a estas dos cuestiones, el acusado mantiene que estaba durmiendo y que los mecheros estaban simplemente guardados porque es fumador y se le iban acumulando.

Durante el tiempo que el presunto incendiario permaneció en prisión provisional, desde el 26 octubre de 2023 hasta diciembre de ese mismo año, se produjeron dos incendios más. El capitán del Seprona ha explicado que uno de ellos fueron rebrotes de raíces enterradas candentes y el registrado el 15 de noviembre no guarda ninguna relación y similitud con los anteriores.

El presunto pirómano de El Saler: "Yo también soy afectado, ¿qué interés voy a tener en quemar la que es mi casa?"

El presunto pirómano de El Saler: "Yo también soy afectado, ¿qué interés voy a tener en quemar la que es mi casa?" / Francisco Calabuig

El Ministerio Fiscal y la acusación que ejerce el Ayuntamiento de València solicitan para el acusado seis años de prisión y el pago de más de 120.000 euros en concepto de responsabilidad civil. También se reclama una multa de 10.800 euros.

El Seprona de la Guardia Civil atribuía al acusado once incendios que se produjeron entre octubre de 2023 y enero de 2024, además de varios conatos. Se estima que ardieron más de 30 hectáreas y se tuvo que desalojar a decenas de personas. Aunque finalmente solo se le juzga por dos de ellos por "existir testimonios directos de su proximidad al lugar de los hechos". Los otros nueve incendios quedaron sobreseídos porque los indicios fueron "insuficientes para acreditar su autoría, la localización próxima de los incendios o el hecho de que el investigado andaba por una vía por la que necesariamente tenía que circular para acceder a su domicilio después del trabajo".

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