Delincuencia
Los ciberdepredadores sexuales captan a niños de 13 años en redes sociales o plataformas de juego online
A diferencia de lo que ocurre con víctimas adultas, el acosador de adolescentes no busca dinero sino más material gráfico íntimo
La Agencia de Ciberseguridad recomienda a las familias no contactar con el agresor, ni borrar mensajes, sino llamar a la Policía

Imagen de la unidad de delitos informáticos de Mossos / Mossos
Germán González
Hace unos meses Rubén (nombre ficticio), un estudiante de instituto, recibió en su cuenta de Instagram una solicitud de amistad de Penélope. En principio no desconfió, ya que el perfil aparecía con foto y, tras aceptar la petición, empezaron un intercambio de mensajes durante varios días hasta que la relación se convirtió en un flirteo con conversaciones subidas de tono. En ellas, Penélope pidió a Rubén vídeos y fotos de su pene y el menor se los envió.
A partir de entonces 'Penélope' desapareció y quien se puso en contacto con Rubén, vía WhatsApp, fue un compañero de su clase, también menor, diciéndole que la supuesta chica le había pasado "las fotopollas". Este presunto extorsionador hablaba en nombre de la chica al pedir a la víctima sus ahorros, que no eran muchos, a cambio de no publicar en las redes las imágenes y vídeos de sus partes íntimas.
Los juzgados de menores de Barcelona verán en breve el caso de un ciberacosador menor que engañó y extorsionó a un compañero de clase
Como apenas pudo darle dinero, el presunto extorsionador siguió acosándole con centenares de mensajes amenazantes "que trastocaron el equilibro psicológico" de la víctima, según consta en el procedimiento abierto en los Juzgados de Menores de Barcelona. Finalmente, Rubén explicó a sus padres lo que pasaba y se interpuso denuncia contra el compañero de clase extorsionador. En las próximas semanas debe celebrarse el juicio contra el acusado por un delito contra la libertad sexual y otro de amenazas condicionales supuestamente cometido al pedir dinero a la víctima.
Víctimas de sextorsión
El caso de extorsión vivido por Rubén es poco habitual. Los Mossos d'Esquadra remarcan que los delincuentes sexuales acostumbran a ser adultos que utilizan plataformas de juego online para entablar relación con menores, ganarse su confianza y pedir imágenes sexuales. "Las víctimas no son conscientes de la importancia de la privacidad", destaca el jefe de la Región Policial Virtual de los Mossos d'Esquadra, el intendente Roger Sales, que subraya que los extorsionadores son pederastas buscando material pornográfico infantil. Por eso suelen coaccionar no pidiendo dinero, como ocurre con víctimas adultas, sino reclamando más material. Las víctimas tienen una edad media de 13 años y mayuritariamente son chicas, aunque también hay chicos.
En este sentido, el responsable de la unidad de Cultura de Ciberseguridad de la Agencia de Ciberseguridad de Catalunya, Tomàs Moré, recuerda que los menores no suelen tener dinero, por lo que el objetivo de los acosadores es conseguir más material sexual para comerciar o intercambiar en redes de pederastia, además de para consumo propio. Moré explica que los jóvenes suelen "dar mucha información sin saber con quién hablan" y el acosador "suplanta a una persona de su edad". Y advierte de que en muchos casos los delincuentes no suelen tener muchos más años que sus víctimas y que su objetivo principal son las chicas.
El 75,4% de los niños y adolescentes españoles ha experimentado algún tipo de violencia sexual digital
En los últimos años, España ha experimentado un aumento significativo en los casos de ciberacoso sexual. Tres de cada cuatro niños, niñas y adolescentes (75,4%) se han visto envueltos en una situación de violencia sexual a través de dispositivos electrónicos, según el estudio 'Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital', de la Fundación Mutua Madrileña y la Guardia Civil. Las agresiones más frecuentes fueron la recepción de imágenes con contenido sexual no solicitado (43,2%) y mensajes insistentes para establecer encuentros (41,8%).
Además, la Fiscalía General del Estado constató en su memoria de 2023 un nuevo aumento de los delitos sexuales cometidos por menores de edad. Ese año se incoaron 3.185 diligencias por delitos contra la libertad sexual frente a las 2.947 que se iniciaron el año anterior, un incremento de más del 8%. Las fiscalías territoriales de Madrid, Barcelona, Ourense o Baleares expresaron "preocupación y alarma” por el aumento de criminalidad en menores en conductas “cada vez más violentas”, entre ellas el “abuso o mal uso” de internet, “con especial incidencia en el campo del acoso escolar”. El Ministerio Público ha destacado que desde hace seis años esta “alarmante espiral no para de crecer” y reclaman un refuerzo de la "prevención y educación sexual y digital".
El patrón de actuación
El modus operandi de los depredadores sexuales sigue un patrón, según explica la Agencia de Ciberseguridad: el acosador se hace pasar por menor de edad para engañar a la víctima y contacta con ella a través de las redes sociales o los chats de los juegos online. Ahí se van ganando la confianza de las víctimas. "Hacen que se sientan cómodos, investigan sobre su entorno y se consolidan como sus confidentes. Poco a poco, comienzan a intimar y van subiendo de tono las conversaciones, consiguiendo que el menor se fíe y acepte enviar alguna imagen o vídeo íntimo o contarle algún secreto. A partir de ahí, el ciberdepredador utilizará este material para exigir mayor contenido sexual o, incluso, un encuentro", destacan desde la agencia.
El acosador puede ser incluso una persona conocida del menor y hay muchos que intentan tener encuentros personales con sus víctimas para consumar el abuso sexual.
"Hacen que se sientan cómodos, investigan sobre su entorno y se consolidan como sus confidentes. Poco a poco, comienzan a intimar y van subiendo de tono las conversaciones"
Tanto la Agencia de Seguridad como los Mossos remarcan la importancia de que las familias supervisen el uso de internet que hacen sus hijos y que les informen sobre los riesgos de entablar conversaciones con desconocidos y este tipo de engaños. Aconsejan que se configure la privacidad en redes sociales y plataformas de juego. Si un menor sufre este ciberacoso sexual, el organismo aconseja no contactar con el agresor ni borrar pruebas, sino contactar con la policía y pedir ayuda psicológica para el menor.
"Los menores que sufren estas situaciones son víctimas de abuso y agresión sexual. Incluso en caso de que haya proporcionado todo el contenido de forma voluntaria, la víctima ha sido manipulada por un agresor y esto puede tener graves consecuencias emocionales. Pueden sufrir ansiedad y depresión, pero también problemas relacionados con una bajada en el rendimiento académico, dificultades para relacionarse o disminución de la afectividad", indica la Agencia y añade que los menores "suelen ocultar la situación porque sienten vergüenza o culpabilidad".
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