La Guardia Civil inspecciona el ordenador del violinista asesinado para identificar a su círculo íntimo

La Guardia Civil ya ha pedido al juez de Instrucción 6 de Sagunt autorización para volcar el contenido del ordenador personal de Djinn Maury, el violinista callejero estadounidense de 39 años brutalmente asesinado en el edificio en ruinas de Sagunt donde vivía, tal como ha venido informando en exclusiva Levante-EMV. Los investigadores esperan encontrar en el disco duro de ese dispositivo alguna de las claves para resolver el crimen, que se produjo hace al menos dos meses, aunque no fue descubierto hasta la semana pasada, cuando una pareja de aficionados al urbex, que consiste en explorar edificios abandonados, se topó con el cuerpo momificado de Maury en lo que había sido su morada desde 2020.

En principio, las circunstancias que rodean el crimen del violinista parecen descartar que el robo fuese la motivación principal del ataque, ya que los escasos objetos de valor que Djinn tenía en su vivienda, la única estancia cerrada en el cuarto piso de la torre sur del complejo industrial conocido como el 'taller del alemán', seguían allí. Se trata de su ordenador personal y de su violín, del que nunca se separaba y con el que grabó en su momento los cuatro álbumes que tenía publicados en internet. También estaba su cartera, intacta, con su documentación personal dentro.

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El registro de su actividad en internet

Los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València, que se ha hecho cargo de este nuevo homicidio, tratarán de averiguar, con el análisis de la información que obtengan del disco duro del ordenador y de la actividad de Djinn en internet, con quién se relacionaba, si tenía amigos y si solía quedar con alguien en esa torre que le servía de vivienda desde que llegó a Sagunt, en 2020, para visitar a unos amigos, tras lo cual decidió quedarse aquí.

Djinn Maury, como ha podido averiguar Levante-EMV, iba dos días a la semana, sin fallar nunca, a un local con wifi pública de Sagunt para conectarse a internet. "Lo hacía con su ordenador y nunca se relacionaba con nadie. Llegaba antes de abrir y esperaba de pie ante la puerta, respetuosamente y con una sonrisa en la cara. Siempre pedía permiso para entrar, luego se sentaba en una mesa, abría su ordenador y estaba prácticamente toda la mañana. Cuando terminaba, se despedía con mucha educación y se iba".

¿Con quién hablaba? ¿En qué webs navegaba? ¿Qué buscaba? Las respuestas a esas preguntas pueden empezar a despejar el camino hacia la resolución de su asesinato, aunque quienes lo conocían insisten en el carácter solitario del artista callejero.

Andando por el arcén de la V-23

En Sagunt no se le conocían amistades, pero muchos de los vecinos lo recuerdan perfectamente. Con sus características rastas casi hasta la cintura, sus gafas y su extrema amabilidad. "A veces se le veía andando por el arcén, cerca del 'taller del alemán", explica una fuente. En ocasiones, utilizaba un carro de la compra con el que recogía enseres, pero lo más habitual era verle o bien en el local donde iba a conectarse o en la estación de tren, desde donde cogía el Cercanías a València.

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"Siempre llevaba mascarilla y guantes, no sabemos por qué, y solía hablarnos en inglés", explica una empleada del local de la wifi pública. Ella, como otras personas, se dio cuenta de su ausencia -"hace bastantes semanas que no lo veíamos", admite-, pero nadie pensó en denunciar, porque nadie imaginaba que Djinn hubiese sido asesinado. De hecho, su enorme discreción ha llevado a que, a pesar de que llevaba cinco años residiendo en la torre sur del que fue el taller de camiones más reputado de València a Sagunt hasta el cierre del negocio en los años 80 del siglo pasado, nadie en la ciudad lo sabía.

Así las cosas, de momento aún es pronto para saber quién lo acuchilló hasta la muerte y por qué, si había llevado a casa a la persona menos adecuada o si, simplemente, se lo topó casualmente y no pudo parar la brutal agresión, que le acabó causando la muerte por desnagramiento, tirado entre su colchón y la alfombra que lo aislaba del frío del suelo.