El cargamento de toneladas de zeolita que entró por el Puerto de València solo llevaba 30 kilos de cocaína

Los narcos dejaron durante un mes la droga, procedente de Ecuador, sin tocarla posi estaba bajo vigilancia y después la trasladaron a una nave industrial de Zaragoza

La operación de la Guardia Civil y la Agencia Tributaria se saldó con siete detenidos, como adelantó Levante-EMV

Intervenidos 30 kilos de cocaína oculta en polvo de zeolita

Guardia Civil

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

València

Del cargamento de 27 toneladas de zeolita confiscado en Zaragoza tras haber sido transportado desde el Puerto de València, solo 30 kilos eran cocaína, tras ser debidamente analizada por técnicos de Sanidad la carga. Fruto de este oeprativo, llevado a cabo por la Guardia Civil y la Agencia Tributaria, siete presuntos traficantes fueron detenidos, como adelantó en exclusiva Levante-EMV, quienes aguantaron más de un mes sin tocar el contenedor para garantizarse que no estaba señalado, es decir, bajo vigilancia policial o aduanera.

Lo que desconocían es que el contenedor estaba bajo sospecha antes incluso de llegar a puerto, gracias a informaciones entre agencias antinarcóticos. Los narcos debían temerse algo, ya que no es habitual que dejen la carga 'dormida' en el puerto de destino tanto tiempo. Al contrario, salvo excepciones, acostumbran a sacar la droga y a distribuirla a los distintos inversores al por mayor lo antes posible, lo que elimina riesgos.

Las investigaciones se iniciaron por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil de Zaragoza, en el año 2023, tras una operación en la que se intervinieron 27 kilogramos de cocaína. En este caso la droga estaba oculta en materiales de chatarra que se introdujo en España a través del Puerto de Barcelona. Los investigadores pudieron determinar la existencia de varias empresas “pantalla”, dedicadas al transporte de mercancía legal internacional, que utilizarían esta logística para la ocultación de cocaína mezclada con minerales naturales. En ese momento se decidió investigar conjuntamente con la Agencia Tributaria a la organización criminal con la finalidad de detectar los envíos que cumplieran esas características. Fruto de dicha investigación se supo de la llegada de un buque al Puerto de Valencia con un contenedor de mercancía sospechosa, iniciándose así la entrega vigilada por parte de los cuerpos investigadores.

Uno de los traficantes detenidos por introducir 30 kilos de cocaína por el Puerto de València.

Uno de los traficantes detenidos por introducir 30 kilos de cocaína por el Puerto de València. / Guardia Civil

Como ya informó en su día este periódico, la carga sospechosa estaba formada por sacos de polvo de Zeolita –un mineral filtrante y absorbente con diversos usos habituales en agricultura, ganadería o naturopatía, entre otros-, con un peso de 26 toneladas y distribuidos en 18 palets. Mezclada con esa zeolita, la organización introdujo, según ha informado ahora la Guardia Civil algo menos de 30 kilos de cocaína.

¿Por qué tardaron tanto en recuperar la droga?

Los narcos encargados de la recuperación de la droga, oculta en zeolita procedente de Ecuador, y su posterior distribución entre los distintos propietarios estiraron la espera casi cinco semanas. El contenedor contaminado, que había salido a mediados de diciembre del puerto marítimo de Guayaquil, en Ecuador, hizo escala en Tánger y llegó a los muelles valencianos el 10 de enero. Durante un mes entero, hasta principios de febrero, nadie se hizo cargo de la zeolita, a pesar de los costes, nada despreciables, que supone tener un contenedor con 27 toneladas de mercancía depositado en una de las terminales de las instalaciones de Valenciaport.

De hecho, el coste es tan elevado que las empresas agilizan al máximo la retirada de sus envíos, precisamente para evitar sumar al gasto de la importación el que se paga por cada día de depósito en el recinto portuario. Precisamente por ese hecho, por la rapidez con que son retirados los contenedores legales, los narcos también suelen darse prisa para no llamar la atención sobre los suyos.

ZONA DE CONTENEDORES DEL PUERTO DE VALENCIA. Puerto VLC. terminal de Contenedores. exportaciones. importaciones

Movimiento de camiones en una de las terminales de contenedores del Puerto de València. / Miguel Ángel Montesinos

Sin embargo, cuando tienen una fuerte sospecha de que están bajo la lupa policial, acostumbran a dejar la carga 'en barbecho' y bajo cierta vigilancia, para controlar si acuden a inspeccionarlo agentes policiales o aduaneros.

La otra posibilidad en la demora es que quien debía haberse hecho cargo inicialmente de su rescate y distribución se retirase oportunamente de la operación, lo que habría obligado a buscar a otros grupos criminales.

El zarpazo policial

Sea como fuere, lo cierto es que los ahora detenidos acudieron a despachar la carga con la documentación de la aparente importación legal de la zeolita el pasado 4 de febrero, y ocho días después, el 12, llegó el camión para hacerse cargo del contenedor y transportarlo al almacén del polígono industrial del barrio zaragozano de La Cartuja Baja.

Un día después, el 13 de febrero, agentes antinarcóticos del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Zaragoza y funcionarios del grupo de investigación de Vigilancia Aduanera de València entraron en la nave cuando los sacos estaban ya descargados y separados, y detuvieron a los presentes.

Durante los registros domiciliarios de tres miembros de la red, en Zaragoza, se intervinieron 200 gramos de cocaína pura, casi un kilogramo de sustancia de corte, 4.000 euros en efectivo, elementos para la distribución de la droga y documentación relevante que evidenciaba la actividad que desarrollaba la organización criminal. De los siete arrestados, tres han ingreso en prisión provisional en Picassent. Y a principios del mes de marzo, los investigadores procedieron a la investigación de otros tres componentes de la red, a los que se les imputaron los mismos delitos.

Un método muy inusual

Utilizar como método de ocultación la mezcla de clorhidrato de cocaína (la forma más habitual de consumo) con polvo de zeolita es un método muy poco habitual pese a ser extraordinariamente eficaz, ya que no es detectable. Eso sí, requiere un proceso químico al alcance de pocos para recuperar después la droga para poder introducirla en el mercado.

El sistema es tan singular, que las 27 toneladas de mezcla que entraron por el Puerto de València y que fueron intervenidas en Zaragoza constituyen el tercer cargamento de esas características detectado hasta ahora en todo el mundo. Si ha habido más, han llegado a su destino cumpliendo su objetivo: sortear los sistemas de vigilancia, escaneo y control de los servicios aduaneros y policiales del mundo occidental.

Según la información recopilada por este diario, los dos precedentes se sitúan, el primero, en mayo de 2015, en Guayaquil (Ecuador) la misma ciudad ecuatoriana de cuyo puerto partió el contenedor cargado con esos 27.000 kilos paralizados en Zaragoza, y el segundo, en mayo de 2023, en el puerto de Veracruz, en Méjico.El primero procedía estaba destinado a Guatemala y el segundo, enviado desde Colombia, iba directo al mercado estadounidense.

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