Dos años de prisión para un agresor machista que envió a su pareja 200 wasaps en un día
El acusado confiesa una agresión sexual sin acceso carnal, las vejaciones y el control al que sometía a su víctima

El acusado de vejaciones y someter a una situación de absoluto control machista a su pareja. / Ignacio Cabanes
Hasta 200 mensajes de WhatsApp en un solo día para controlar a su pareja desde que le comunicó su intención de separarse. Un agresor machista ha confesado esta mañana ante el juez los hechos por los que estaba acusado, entre ellos una agresión sexual, aunque de los diez años de prisión iniciales a los que se enfrentaba solo se le condena a dos años -cuyo cumplimiento además se le ha suspendido-, al considerar que no hubo acceso carnal.
Además de los dos años de cárcel por el delito de agresión sexual sin penetración, la Audiencia Provincial de Valencia le condena a 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad por el delito de coacciones, al tratar de condicionar para que volviera con él. Así, el 1 de septiembre de 2022, en presencia del hijo común de seis años, cogió un cuchillo y le dijo: “Toma, mátame, que para vivir así prefiero morirme”, al tiempo que le profería expresiones como “perra, zorra, mal parida”.
Por estas y otras vejaciones se le imponen también cinco días de localización permanente y seis meses de alejamiento respecto de su víctima. En total la Sala le prohíbe aproximarse y comunicarse con ella en un plazo de seis años y medio por los tres delitos, en los que se aprecia la atenuante de confesión.
La víctima denunció esta situación de absoluto control machista, así como la agresión sexual, el 2 de septiembre de 2022 en la comisaría de Quart de Poblet. Según los hechos probados, durante los siete años de relación sentimental el ahora condenado ejerció un excesivo control sobre su pareja, mirándole el teléfono móvil para ver con quién hablaba, llamándole insistentemente para ver en cada momento dónde estaba y prohibiéndole ponerse determinada ropa por considerarla “inadecuada”, no dejándole pintarse las uñas o los labios, e incluso trabajar.
El Informe Psicológico del Instituto de Medicina Legal de València apreció una sintomatología ansioso-depresiva producto de las conductas celotípicas y de control, con situaciones de violencia y dominación sexual.
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