Un preso golpea a un funcionario tras montar una trifulca en la prisión de Picassent

Un interno de la cárcel de Picassent, conocido por su largo historial de conflictividad en los numerosos años que lleva ingresado en diferentes prisiones españolas, hirió este domingo a un funcionario y agredió a otros más durante un incidente ocurrido en un módulo de la unidad de preventivos, el 19, del que el Defensor del Pueblo instó su cierre por no reunir las condiciones necesarias para albergar, como sucede, presos del fichero de internos de especial seguimiento (FIES), esto es, peligrosos y violentos. Este ataque se suma a los 29 registrados durante los años 2023 y 2024 en el Centro Penitenciario València-Antoni Asunción.

La agresión se produjo en torno a las 10.00 horas de este domingo, cuando el recluso en cuestión, M. T. V. estaba en el patio, llamando por teléfono, y lanzó, por razones que se desconocen, la cabina "contra una funcionaria que se encontraba sentada, sin conseguir alcanzarla", el aparato telefónico quedó destrozado, ha denunciado este lunes en un comunicado el sindicato de Prisiones Acaip+UGT. "Al no haber logrado su objetivo", continúa la denuncia, "comenzó a propinar patadas a las ventanas, a la vez que amenazó de muerte a los funcionarios de servicio".

El trabajador acabó en urgencias

M. T. V., que ha tenido que ser trasladado numerosas veces de centro penitenciario precisamente por provocar conflictos con funcionarios y con otros reclusos, continuó con lo que el sindicato citado describe como "un alto grado de agresividad y violencia", lo que hizo necesaria la intervención de más funcionarios con el fin de reducirle y evitar que el problema se extendiera.

Fue en ese momento cuando el preso la emprendió a puñetazos con los trabajadores, alcanzando en la cabeza y la cara a uno de ellos, precisamente uno de los veteranos, a quien habían pedido que acudiese desde el módulo donde se encontraba, el 27 (destinado a presos jóvenes), para colaborar en la reducción del preso descontrolado.

Como consecuencia de la agresión, el trabajador fue atendido primero en el centro y después fue trasladado por un compañero al servicio de urgencias de un hospital de València. El funcionario pudo regresar a su domicilio tras varias horas y pruebas en las que, por fortuna, se confirmó que no sufría fracturas óseas, ni en la mandíbula, donde había recibido el puñetazo más severo, ni en otras partes, aclara Acaip+UGT, que agrega que a raíz de esa agresión "está varias semanas de baja laboral".

Segundo incidente derivado del primero

Precisamente el traslado de ese veterano trabajador del módulo 27 al 19 provocó que en el primero se quedaran de servicio únicamente dos funcionarias, lo que generó un segundo incidente de seguridad, cuando los reclusos aprovecharon esa circunstancia para montar jaleo y lanzar todo tipo de insultos machistas y amenazas contra las trabajadoras, que consiguieron calmar los ánimos de los internos y atajar la situación antes de que fuera a más.

El citado sindicato ha explicado que ambos hechos tienen su origen, por un lado, en que "en los centros penitenciarios españoles no hay equipos especializados en resolver estas situaciones, sino que son funcionarios de otros módulos los que acuden en ayuda de los que se ven inmersos en estas situaciones, dejando su departamento de origen con menor vigilancia", lo que propicia nuevos problemas, y por otro, y "sobre todo", matiza la central sindical, en la pésima gestión que a su juicio se realiza desde "Dirección General de Ejecución Penal y Reinserción Social de Instituciones Penitenciarias, que dirige Miguel Ángel Vicente Cuenca".

Apuntan como responsable al director general

Acaip+UGT considera, sin ambages, que "la responsabilidad de estos hechos hay que atribuirla a la negligente política de clasificación de los internos en los centros penitenciarios españoles" por parte de Vicente Cuenca y su departamento, ya que "destinan internos muy peligrosos y conflictivos a centros que no están preparados para ello". De hecho, sostienen que "este interno no debería haber estado nunca" en Picassent.

El sindicato se basa, además de en la experiencia diaria de los trabajadores de Prisiones, en un informe del Defensor del Pueblo que aconsejaba el cierre del módulo 19 como destino de internos FIES tanto por la ausencia de seguridad como por la propia idiosincrasia arquitectónica del recinto, que aumenta la conflictividad de los reclusos y carece de un lugar para poder aislarlo del resto de presos (visual y auditivamente) cuando están fuera de control, lo que redunda en que los conflictos se agraven.

Un módulo pequeño y sin seguridad

El módulo 19 es uno de los construidos después de inaugurada la prisión, esto es, no estaba contemplado en el proyecto original. Por ello, sus dimensiones son más reducidas y su arquitectura es mucho menos amable que otros, lo que provoca un aumento de la conflictividad, sobre todo con internos que ya se caracterizan por problemas de comportamiento y pérdida del control.

Es más, para poder aislarlos de manera adecuada (sin estar expuestos a los gritos y burlas de sus compañeros de módulo, lo que únicamente deriva en que su irascibilidad sea cada vez mayor y a que la situación sea crítica durante más tiempo), deben ser llevados a otros módulos, con menos medidas de seguridad y con el riesgo de contaminación del conflicto a esos otros internos, además del evidente aumento de la inseguridad al tener que recorrer mucho más espacio hasta el recinto de aislamiento llevando a la fuerza al interno al que se pretende calmar. "Es una paradoja que acaba generando situaciones como la sucedida este domingo", remacha el portavoz de Acaip+UGT.