La jauría atacó al chico a la puerta del colegio porque sus amigos se burlaron de sus símbolos pandilleros

La Fiscalía no ha adoptado ninguna medida cautelar contra los seis menores detenidos por la paliza

Estanco donde se refugió el chico agredido huyendo de los pandilleros.

Estanco donde se refugió el chico agredido huyendo de los pandilleros. / Google Maps

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

València

Una supuesta burla. Ese el 'móvil' por el que un grupo de pandilleros de entre 14 y 17 años hirió de consideración de una brutal paliza a un chico de 16 años tras esperarlo a la salida de su colegio, en el valenciano distrito del Marítim. De hecho, ese chico ni siquiera habría participado en la 'ofensa' a su seña de identidad de banda, pero no encontraron a los que buscaban, así que lo atacaron a él con palos y puñetazos.

Según fuentes jurídicas de toda solvencia a las que ha tenido acceso Levante-EMV, unos días antes de la agresión, ocurrida el 4 de junio pasado, un grupo de adolescentes, amigos del agredido, habrían imitado el gesto identitario de banda de los agresores en tono de burla, lo que, al parecer, entendieron como una afrenta. Como consecuencia del ataque, el menor sufrió múltiples lesiones en la cabeza, incluido un traumatismo craneoencefálico, requiriendo siete puntos de sutura para su recuperación.

Solo reconocieron al chico de 16 años

Una vez que averiguaron que los chicos eran alumnos de último año en un centro concertado aconfesional del barrio valenciano de Albors, en el distrito de Camins al Grau, acudieron a la puerta y esperaron la salida del alumnado para, supuestamente, vengarse de esa pretendida burla.

Así, coinciden los testigos, se colocaron en la puerta en actitud vigilante, buscando a los chicos. Finalmente, solo lograron identificar a uno de los adolescentes, que ni siquiera había intervenido en la imitación del gesto de pertenencia al grupo, pero no les importó. Lo acorralaron y empezaron a pegarle con los puños y con unos listones de madera con tornillos y clavos que habían cogido de un contenedor de obra próximo.

Como pudo, el chico se zafó, ensangrentado, y se refugió en un estanco próximo. Viendo que su víctima se les iba, varios entraron detrás de él y causaron destrozos en el local, ya que incluso llegaron a volcar una vitrina, mientras seguían acorralándole y pegándole.

Auxiliado en el estanco

Finalmente, huyeron, y los empleados del estanco ayudaron al joven malherido a regresar al colegio, donde le prestaron una primera atención y pidieron ayuda a través del teléfono de Emergencias 112.

Dado que los agresores, que llevaban capuchas para evitar que se les viera la cara, actuaron como una auténtica banda juvenil, la investigación fue encomendada al grupo especializado en violencia juvenil de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de València, según ha informado la Policía Nacional a través de un comunicado.

Gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad del estanco -y de otros establecimientos próximos- y que los agentes averiguaron el incidente ocurrido días antes, cuando el grupo de escolares imitó entre risas el saludo inventado por esta pandilla como símbolo de identidad y pertenencia al grupo, los agentes identificaron a seis de los diez encapuchados que intervinieron en la agresión.

La Fiscalía no adopta medidas cautelares

Los seis, que tienen entre 14 y 17 años, fueron detenidos y presentados en menos de 24 horas, tal como marca la Ley del Menor, ante la Fiscalía de Menores. Todos quedaron en libertad sin que se les impusiera ni una sola medida cautelar porque, según argumentó el Ministerio Público, la víctima no había identificado plenamente a sus agresores, algo lógico dado que las capuchas impedían verles con claridad las caras.

Al parecer, la Policía habría aportado otras pruebas que señalan a los arrestados como autores. Lo cierto es que, al menos de momento, no se han adoptado esas medidas, ni siquiera el alejamiento de la víctima, por lo que podrán esperar la vista oral sin ninguna cortapisa a la movilidad ni obligación de tipo alguno.

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