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Estafa 243.000 euros a una amiga haciéndole creer que era abogada

La acusada reconoce que se aprovechó de la confianza que tenían para engañarla y acepta una condena de tres años y ocho meses de cárcel

Los dos colaboradores, que se encargaban de falsificar toda la documentación, también han sido condenados

Los tres acusados de estafar 245.000 euros a una mujer, durante el juicio celebrado en València.

Los tres acusados de estafar 245.000 euros a una mujer, durante el juicio celebrado en València. / A. Pérez

Abraham Pérez

Abraham Pérez

València

Valiéndose de la relación de amistad que tenían y haciéndole creer que era abogada, una mujer aprovechó la confianza que su amiga tenía depositada en ella para estafarle 243.000 euros simulando representarla en distintos asuntos para los que le pedía dinero en concepto de supuestos adelantos o pago de tasas. La estafadora, apoyada por dos colaboradores con los que actuaba de forma coordinada, elaboraban documentación y justificantes falsos para dar credibilidad al engaño al que la estaban sometiendo.

Este miércoles, los tres acusados de un delito de estafa en concurso con un delito de falsedad en documento privado han reconocido los hechos ante el Tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia y han aceptado sendas penas de cárcel. En concreto, la Sala impone para la principal acusada, Fátima L. P., y para uno de sus colaboradores, José J., tres años y ocho meses de prisión al apreciar la agravante de reincidencia. La otra implicada, María Magdalena, por su parte, ha sido condenada a dos años y medio de cárcel.

La sentencia, leída in voce in ya en firme tras el acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes, impone también el pago de 249.700 euros que los condenados, todos en prisión provisional, deberán abonar a la afectada en concepto de responsabilidad solidaria, y el pago de una multa de 840 euros para los dos primeros y de 720 euros para la tercera involucrada en esta causa.

Falsificaba sentencias

La estafa que ha sido enjuiciada este miércoles comenzó en el año 2019, cuando Fátima entabló una relación de amistad con la afectada, a la que le había hecho creer que ejercía de abogada en un despacho de València. Fue por ello por lo que le pidió asesoramiento para un problema que su cuñado había tenido con la Agencia Tributaria. Según le detalló, le habían puesto una sanción por el retraso del pago de unas tasas impositivas por valor de 13.000 euros en el bar de su familia.

Según los hechos probados, la acusada les hizo creer a ambos que había presentado una demanda judicial contra Hacienda que había ganado. Así, les entregó unas diligencias falsificadas en las que supuestamente se acordaba conceder una compensación económica en concepto de indemnización de 171.473 euros, aunque para poder cobrarlo tenían que adelantar 58.518 euros en concepto de tasas judiciales, que la mujer pagó mediante transferencia.

Los acusados de un delito de estafa esta mañana en Valencia.

Los acusados de un delito de estafa esta mañana en Valencia. / A. Pérez

En octubre de 2020 le hicieron creer que sus padres habían ganado la demanda que supuestamente habían interpuesto contra un vecino, al que denunciaron por los daños que una inundación en el garaje comunitario del edificio había ocasionado en su vivienda y sus vehículos. Así, le reclamó dos pagos de 7.560 euros y 4.890 que supuestamente debían de abonar en concepto de autoliquidación.

Mediadora en la compraventa de casas

En 2021 se ofreció a hacer como mediadora en el proceso de venta de la vivienda en la que los padres de la afectada vivían de alguiler, y que tenían la intención de comprar, reclamando dos pagos de 7.000 y 8.000 euros en concepto de reserva. La última estafa también está relacionada con la compraventa de viviendas.

Concretamente, Fátima se ofreció para gestionarle la compra de distintos inmuebles procedentes de subastas judiciales, para los cuales le hizo dos transferencias, una de 102.000 euros y otra de 66.000 euros que la mujer le transfirió bajo la convicción de que le iba a permitir ahorrarse los gastos de gestión. Para acreditar dichas gestiones, los tres condenados le entregaron un correo electrónico del "registro-catastro" que no correspondía a ningún organismo oficial.

Los condenados tendrán que devolver ahora todo el dinero que estafaron a la víctima a través de distintas estafas que apoyaban en documentación falsa para darle credibilidad.

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