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Roba en taquillas de una cadena de gimnasios y usa el botín para comprar cupones de la ONCE

La Audiencia de Valencia ordena la detención del acusado, un hombre con antecedentes y tres condenas por robo, para el que piden ocho años y nueve meses de cárcel

Imagen de archivo de una taquilla.

Imagen de archivo de una taquilla. / EFE

Abraham Pérez

Abraham Pérez

València

Forzaba las taquillas de los vestuarios masculinos de una conocida cadena de gimnasios de València, al que se había apuntado a través de la web suplantando la identidad de un joven al que le robó la cartera meses antes. Una vez abiertas, registraba entre las pertenencias de los usuarios y se quedaba con las carteras. Con el botín ya en la mano, se dirigía a un puesto de la ONCE ubicado a escasos metros del centro deportivo, donde compraba diversos cupones que pagaba con las tarjetas de crédito de sus víctimas, y que en su conjunto superan los 850 euros. Así una y otra vez hasta dejar, al menos, seis afectados a los que sustrajo en su conjunto más de 850 euros.

Este martes estaba previsto juzgar al presunto autor de estos hechos ocurridos entre mayo y julio de 2024 ante el Tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia. Sin embargo, la vista se ha tenido que aplazar al no acudir el acusado, quien no ha presentado motivo alguno para justificarlo y que, además habría facilitado una dirección falsa, por lo que se desconoce su paradero. De ahí que la Audiencia de Valencia haya ordenado su búsqueda, detención e ingreso en prisión hasta que se pueda juzgar al presunto ladrón, un hombre de nacionalidad española, con múltiples antecedentes penales e incluso tres sentencias condenatorias por robos dictadas en distintos meses de 2022 por dos juzgados de Madrid y uno de Santander.

Media docena de víctimas

Los hechos que iban a ser enjuiciados comenzaron el 21 de mayo de 2024 cuando, según acusa el Ministerio Fiscal, el acusado se dio de alta en una cadena de gimnasios a través de su página web utilizando "sin conocimiento ni consentimiento" los datos personales de un joven, al que tres meses le había robado la cartera en el gimnasio de un polideportivo municipal, según denunció el afectado. Al completar el alta y descargarse la aplicación del centro deportivo, el procesado obtuvo un código QR que le permitía entrar y salir de las instalaciones sin necesidad de identificarse.

Con el acceso asegurado y la garantía de que no iba a quedar registrada su identidad, el procesado, "con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito en perjuicio ajeno", inició una serie robos en distintos centros que la franquicia tiene en València. El primero de ellos se produjo el mismo día que tramitó el alta, sobre las 17.15 horas, cuando se dirigió a los vestuarios masculinos y comenzó a probar a abrir las taquillas con un juego de llaves que tenía. Así como consiguió desbloquear el candado de un usuario, al que le robó la cartera. En ella guardaba tres tarjetas de crédito, con las que realizó distintas compras en un puesto de la ONCE, donde adquirió cupones por un valor total que asciende a los 300 euros.

Con idéntico modus operandi y la misma finalidad, los días posteriores, el 22 y 23 de mayo, asaltó dos nuevas taquillas en las que nuevamente sustrajo las billeteras de los usuarios. Uno de ellos se percató del robo al recibir dos alertas en el móvil con sendos cargos de 30 euros en una administración de la ONCE. El afectado del tercer robo, por su parte, denunció que además de la suya, habían sustraído la cartera de una tercera persona, que también estaba guardada en su taquilla. En esa ocasión el ladrón se apropió de 180 euros que los dos afectados guardaban en efectivo. Además, efectuó cinco compras en el mismo puesto de cupones, abonando dos de ellas con la tarjeta de un perjudicado y el resto con las del otro.

Almuerzo y taxi

Tras meses de inactividad, el 8 de julio el ladrón volvió a la carga asaltando dos nuevas taquillas, apoderándose de las billeteras y el dinero en efectivo que sus víctimas guardaban en el interior. Una de ellas denunció la sustracción de dos tarjetas con las que adquirió dos compras en otro puesto de lotería por valor de 30 euros cada una. Seguidamente, trató de hacer dos compras más con la otra tarjeta, sin poder conseguirlo al pedirlo el PIN. Un rato después de ese mismo día, robó la cartera de otro usuario. Sin embargo, en esa ocasión empleó la tarjeta para abonar una consumición de 5,50 euros en un bar próximo al gimnasio, y seguidamente un taxi por este mismo importe.

Todos los afectados reclaman la devolución del dinero que les ha sido sustraído. Asimismo, el Ministerio Fiscal, por su parte, solicita penas que suman los ocho años y nueve meses de prisión como presunto autor de un delito de robo continuado, otro de estafa y un tercero de usurpación.

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