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Un año de la dana

Familiares de los dos últimos desaparecidos: «Estamos convencidos de que los van a encontrar»

Saray Ruiz y Ernesto Martínez confían en que las batidas que la Guardia Civil continúa realizando para hallar los cuerpos de su padre y su sobrina respectivamente darán su fruto, el primer paso para poder «pasar página»

Lamentan «las mentiras» de Carlos Mazón y afean que en todo este tiempo «no nos ha llamado nadie de la Generalitat Valenciana»

Familiares de los dos desaparecidos: "Estamos convencidos de que los van a encontrar"

Germán Caballero

Abraham Pérez

Abraham Pérez

València

«Tardarán más o tardarán menos, pero sé que los van a encontrar». La frase la pronuncia firmemente convencido Ernesto Martínez, pero la subraya, palabra por palabra, Saray Ruiz. Ellos son los familiares de Elisabet Gil y Francisco Ruiz, las dos personas que fueron arrasadas por el agua la tarde del 29 de octubre cuyos cuerpos continúan sin aparecer 365 después. «Es como buscar una aguja en un pajar», reconoce el tío de Eli.

Sabe que se trata de una misión «complicada» y es consciente de que más que un trabajo de búsqueda «es una labor de arqueología, porque están buscando pelos y huesos». Sin embargo, confía, porque así se lo han trasladado a los investigadores de la Guardia Civil que continúan haciendo batidas para encontrar a Eli y a Paco, en que llegará el día en el que reciban esa llamada que llevan un año esperando, en el que les confirmen que por fin los han encontrado.

Mantener viva esa esperanza se estaba haciendo cada vez más difícil, confiesa Saray. Sin embargo, hace una semana recibieron una noticia que lo removió todo, y que volvió a alimentar unas esperanzas que ahora vuelven a estar más vivas que nunca: el cuerpo de Francisco Javier Vicente Fas, Javi, la tercera persona que también estaba desaparecida, era hallado por operarios de Tragsa mientras realizaban trabajos de limpieza y regeneración del río Túria a su paso por el término municipal de Manises.

El día de la marmota

«Cuando nos enteramos lo celebramos como si hubiéramos ganado el mundial», bromea Saray, que describe la «tranquilidad» que les aporta «ver como sucede algo que ya creía como un imposible». Hace un año su padre fue arrastrado por la gran tromba de la dana en el polígono de Montserrat cuando se disponía a llevar a sus nietos Ruth, de 5 años, y Alejandro, de 10, hasta casa de su madre. Pudo salvar a los niños tras subirlos al techo del coche, pero él desapareció a las dos horas.

Su cuerpo sigue sin localizarse pese a los intensos operativos de búsqueda desplegados en los ríos Magro y Xúquer, entre Montserrat y Cullera, y que ahora se centran en la partida del Casupet, un punto de desbordamiento del Magro a su paso por l’Alcúdia a más de 30 kilómetros de donde Paco, de 64 años, fue visto por última vez. Sin embargo, Saray tiene la corazonada de que su padre «no está tan lejos».

Un agente de la Guardia Civil peina la partida del Casupet, en l’Alcúdia, donde se sospecha que pueda estar el cuerpo de Paco Ruiz

Un agente de la Guardia Civil peina la partida del Casupet, en l’Alcúdia, donde se sospecha que pueda estar el cuerpo de Paco Ruiz / Agustí Perales Iborra

Ernesto, por su parte, tiene la convicción de que su sobrina Eli, de 38 años, está enterrada en algún punto del barranco del Poyo. También está seguro de que «más pronto que tarde» llegará esa llamada para informarle de que la han encontrado, como pasó con su madre, Elvira Martínez, de 64 años, a la que hallaron días después de la catástrofe. Esa tarde madre e hija estaban en Cheste cuando el vehículo en el que viajaban fue arrastrado por la riada que se formó en el barranco del Poyo. El coche, un Ford Focus negro, apareció destrozado en uno de los márgenes de la rambla. Días después hallaron el cuerpo de la madre muchos kilómetros más abajo. Pero nada se ha vuelto a saber de Eli.

«Está siendo muy duro porque es como el día de la marmota. Estás como en guardia, esperando que en cualquier momento te pueda sonar el teléfono, y cada vez que lo hace piensas, ¿será ahora?», se sincera Ernesto. Asimismo, insiste en la necesidad de encontrar a su hermana para que la familia pueda asumir lo ocurrido: «Lo que el ojo no ve, la mente no se lo cree», afirma. En este sentido, cuenta como su sobrino, el hijo de Eli, «habla de su madre en presente, como su fuese a aparecer en cualquier momento. Sin embargo, de su abuela (Elvira) habla en pasado».

Cerrar el ciclo

A pesar de que un juzgado declaró el fallecimiento de los dos desaparecidos en el listado oficial de víctimas mortales de la dana, este era un final que sus allegados se negaban a asumir. «Te resignas, pero a medida que pasa el tiempo eres consciente de que no va a haber otro final», comenta Saray, que, insiste, necesita que encuentren a su padre para «poder cerrar el ciclo». «Ese es el primer paso para poder hacerlo. El segundo es que los responsables de esta terrible negligencia paguen por ello». «Lo único que pedimos es justicia, porque reparación no vamos a tener. No hay manera de reparar la vida humana, pero queremos que los responsables vayan a la cárcel», reivindica Ernesto, por su parte.

Aunque no exculpan a ninguna administración, coinciden en señalar como máximo responsable de la tragedia a Carlos Mazón. «Él es el capitán del barco, y ese día ni estaba dónde tenía que estar, ni hacía lo que debía de hacer». Afean, además, «las mentiras» del president de la Generalitat Valenciana, lo que para ellos está siendo «lo más doloroso». «Se ha ido demostrando que estaba mintiendo en todo lo que ha estado contando todo este tiempo. Pero al final la verdad siempre sale a la luz». Es por ello, que se suman a la petición de las asociaciones de afectados, que reclaman que Mazón no asista al funeral de Estado que se celebrará esta tarde en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València, justo el día en el que se cumple un año de la tragedia.

Agentes de la Guardia Civil peinan la partida del Casupet, en l'Alcúdia, donde se sospecha que pueda estar el cuerpo de Francisco Ruiz.

Agentes de la Guardia Civil peinan la partida del Casupet, en l'Alcúdia, donde se sospecha que pueda estar el cuerpo de Francisco Ruiz. / Agustí Perales Iborra

Respecto al trato recibido, el tío de Elisabet Gil destaca el apoyo «desde el primer minuto» del Ayuntamiento de Cheste. «Nos ofrecieron apoyo psicológico durante el tiempo que lo necesitáramos». Una ayuda que, en el caso de Saray y de sus hijos, se han tenido que buscar por sus propios medios y a través de oenegés. Agradecen también la atención de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, quien les llamó personalmente para preocuparse por su caso. «Pero de la Generalitat no nos ha llamado nadie. Nunca», acusan.

Una búsqueda sin descanso

Los dos familiares coinciden, también, en reconocer la labor que están desempeñando «desde el primer día» las decenas de agentes de la Guardia Civil que continúan peinando a día de hoy distintos tramos de los respectivos recorridos por los que, se sospecha, pudieron ser arrastrados Paco Ruiz y Elisabet Gil la tarde del 29 de octubre, con el claro objetivo de encontrarlos. «Te da tranquilidad saber que las búsquedas continúan», comenta Saray, consciente de «la complejidad» del operativo «teniendo en cuenta el extenso recorrido que pudo seguir mi padre». Así con todo, insiste, «ese día llegará». Y lo hará después de un tiempo que le ha servido «para soltar lastre» y eliminar «esas culpas de ‘¿Y si hubiera hecho esto o hubiera hecho lo otro?'».

Saray Ruiz y Ernesto Martínez durante una entrevista para Levante-EMV con motivo del aniversario de la dana.

Saray Ruiz y Ernesto Martínez durante una entrevista para Levante-EMV con motivo del aniversario de la dana. / Germán Caballero

Ernesto Martínez, por su parte, sabe que actualmente no hay tanto personal movilizado como al inicio. «Pero siempre nos han trasladado su compromiso de que no iban a dejar de buscar hasta que no aparezcan todos. Están haciendo lo correcto», subraya. «Y por eso nunca he perdido la fe de que los van a encontrar», sentencia el familiar de la desaparecida.

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