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El Benicadell

La montaña desde la que se disfruta la Vall

Partiendo desde el Ràfol de Salem, Otos, Beniatjar o Atzeneta el monte emblema de la llamada Vall Blanca ofrece un panorama en el que reina la belleza rural

La montaña desde la que se disfruta la Vall

Compite con la Mariola en nomenà. Pero el Benicadell „que también separa Alicante de Valencia„ es un emblema innegociable de la Vall d´Albaida. La montaña carismática de la comarca es un tesoro. Encaramarse a su cima (1.015 metros) es disfrutar por el camino y al final de una panorámica progresiva de la Vall Blanca, de sus cultivos, de su orografía, de sus pueblos... Beniatjar y Otos son los más próximos. Pero la vista no descansa y desde arriba de la montaña se puede inventariar gran parte de la comarca: Atzeneta, Salem, Ràfol de Salem, el Palomar, Castelló de Rugat, Bèlgida, la Pobla del Duc...

Llegar hasta el monte Benicadell es posible a través de diveros recorridos y desde distintos puntos de partida. Uno de ellos es saliendo del Ràfol de Salem; más concretamente desde la ermita de Sant Blai rumbo a El Portet (nombre que recibe la senda) y por les Planisses, una construcción antigua. La Nevera del Benicadell, una de las mejores conservadas del territorio valenciano, es uno de los atractivos del ascenso. La subida propiamente dicha, a pie, dura alrededor de dos horas (cinco horas el itinerario completo de ida y vuelta). «Las vistas son espectaculares, dan ganas de hacer fotos de todo», explica un senderista de Xàtiva que ya tiene ganas de repetir. El día que escogieron para la última ascensión las nubes se quedaron más bajas que el extremo más alto de la montaña. Resultado: una inolvidable impresión visual, con las nubes a sus pies.

Pero al Benicadell se puede ir desde otros lugares, ampliando los preliminares. Una de esas rutas, por ejemplo, invita a salir desde el casco urbano de Atzeneta d´Albaida. La Sèquia del Port bebe de los acuíferos de la montaña y es un buen punto de partida para una ruta en la que los molinos „o lo que queda de ellos„ cobran un especial protagonismo. Paco Tortosa, el incasable viajero y autor del volumen de referencia sobe el senderismo en la Vall, cuenta y no acaba sobre los atractivos de este espacio. «A las faldas de la montaña destaca un admirable mosaico de cultivos de olivos y algarrobos, dispuestos en típicos bancales escalonados de secano que se integran con el paisaje», ha escrito sobre el Benicadell. Pero lo mejor es ir y comprobarlo.

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