Vicente Andrés Monzó sueña con dar el salto al profesionalismo. Poderse ganar la vida con el boxeo, a donde llegó de forma tardía, aunque quemando etapas de forma vertiginosa. El año pasado debutó con la selección española y la guinda„si al final continuara como amateur„, sería disputar los Juegos Olímpicos de Tokyo, en 2020. El «fill del forner» „su padre falleció hace unos años„, es ahora conocido como el «león de Carpesa». Rompe una lanza en favor del boxeo y reniega de la imagen de violencia que algunos tratan de proyectar sobre este deporte. «Fomenta la disciplina, el esfuerzo y el sacrificio», sostiene y en ese punto rescata la figura de su gran mentor, su entrenador Iuza Gulordava. Se trata de un georgiano antiguo subcampeón de Europa de los grandes pesos en categoría de aficionados que llegó a Valencia y montó un gimnasio. Instalado en Moncada, donde le dieron espacio para unas instalaciones, creó el club de boxeo local. «Los jóvenes que van allí hacen algo saludable para su cuerpo y no están pensando en otras cosas. Porque allí, el que no va a lo que tiene que ir, no puede hacer nada en esto», advierte Vicente Andrés Monzó, que arrastra a numerosos chavales de Carpesa hasta Moncada para entrenar. Es un ídolo local.
