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Ruta en Alfara de la Baronia

Un recorrido por la arquitectura del agua

La visita al paraje natural Els Arcs es el broche de oro a este itinerario en el que se entremezcla patrimonio, historia y las costumbres de los que poblaron Alfara

El paso de la Acequia Mayor de Sagunt y del río Palancia por Alfara de la Baronia ha dejado un interesante legado de arquitectura civil con el que se descubre buena parte de la historia de este municipio del Camp de Morvedre y la importancia que tuvo el agua en la vida de sus vecinos y su desarrollo.

Con este recorrido, conocido como la ruta del agua, el visitante se acercará a las costumbres de este pueblo y su patrimonio, además de disfrutar de un paisaje propio del interior entre la Sierra Calderona y la Sierra de Espadán.

Nuestra andadura se inicia en la antigua N-225, a la entrada de Alfara donde unos metros más arriba se encuentra el lavadero, la primera parada. Este edificio, de principios del siglo. XVIII, ha sufrido varias remodelaciones, pero todavía conserva las piedras de rodeno originales donde las mujeres de aquella época y las de bien entrado el siglo XX lavaban a mano sus ropas.

A pocos metros, nos encontramos con la cisterna, de finales del XVIII. Esta construcción fue un encargo a Floridablanca después de que el pozo que abastecía al pueblo empezara a sacar tarquín. Tampoco era buena opción el río, cuyas aguas templadas ya habían generado problemas de salud.

Actualmente, el depósito, que funcionó hasta los años 70, no puede visitarse pero sí permanece intacta su bóveda y su surtidor de agua.

Siguiendo calle arriba, descansaríamos en el Parque del Molí, donde nada queda del molino de harina que le dio nombre. El agua también fue protagonista aquí, ya que hacía posible su funcionamiento. Este edificio ya generaba corriente eléctrica a principios de siglo XX y suministraba a Alfara y a Torres Torres. Ascendiendo, llegamos hasta la papelera Nesa donde descubrimos el partidor; piedras que actuaban como distribuidor del agua de riego.

La última parada nos llevará hasta el paraje natural de Els Arcs donde se erige un acueducto de hace 150 años que emula al original construido en el siglo XII, del que solo quedan mojones. Un ejemplo de arquitectura civil que impidió que las aguas de la Acequia Mayor se perdiera en el barranco de Arguines.

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