La catalogación de los edificios patrimoniales o su declaración de Bienes de Relevancia Local (BRL) suele suponer su puesta en valor, o al menos la adopción de medidas que frenen su deterioro. Pero el palacete que el arquitecto Cortina diseñó en 1918 para el veraneo de su familia en Torrent, no ha corrido esa suerte. Cuando están a punto de cumplirse ocho años desde que Patrimonio recomendó su protección al ayuntamiento y hace más de seis años de la movilización social y académica que llevó a su reconocimiento como BRL, el bello chalé neonazarí apenas se mantiene en pie.
En este tiempo, la única medida que se ha adoptado es la colocación de un vallado metálico trasero para evitar la entrada irregular y los continues expolios, que lleva semanas abierto al romper por enésima vez los vándalos el candado. Ni se han retirado los escombros, ni se han inventariado los restos de azulejos y materiales, ni se ha apuntalado para frenar su declive, ni tan sólo existe un plan que programe esas acciones. Y eso a pesar de las contundentes órdenes de ejecución del consistorio a los dueños y de las reiteradas sentencias a favor de la protección.
El palacete de Cortina se mantuvo en buenas condiciones hasta el verano de 2006, cuando un incendio por la acumulación de maleza provocó que los bomberos demolieran el techo. Entonces comenzó en Torrent una movilización que secundaron desde asociaciones locales hasta l´Institut d´Estudis Comarcals, pasando por representantes de las universidades y el propio Consell Valencià de Cultura. Juntos consiguieron una protección que inexplicablemente no tenía, lo que había provocado su abandono, alimentado por las diversas órdenes de ejecución que se quedaban en el cajón. A partir de la protección, en mayo de 2009, se inició una farragosa batalla judicial y administrativa entre el consistorio y el dueño, que ralentizó las decisiones municipales. La entidad Casino Torrent llegó a ir al Fiscal pero no logró que interviniera en favor de este chalé.
Y cuando estaba a punto de licitarse por el ayuntamiento, de forma subsidiaria, la reparación del muro perimetral, que habría sido la primera mejora real, las elecciones municipales han vuelto a paralizar el proceso. El futuro del palacete está ahora en manos del nuevo gobierno.
