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Permutas inmobiliarias

Cambio mi piso por el tuyo (o tu chalé)

Más de 5.400 viviendas son transmitidas a través de la permuta en la Comunitat Valenciana en los años de la crisis - El trueque palia la falta de liquidez o crédito

Cambio mi piso por el tuyo (o tu chalé)

Con el mercado inmobiliario entre marejada y fuerte marejada y el crédito bancario fluyendo a cuentagotas, hay una variante para cambiar de vivienda poco conocida pero que con los años de la crisis ha obtenido cierta presencia. Es la permuta de pisos. Lo mejor es el ejemplo de Ramón. «Cambio mi piso de Burjassot por uno en Aldaia». El precio de su piso de tres habitaciones es de 155.000 euros. Su hipoteca pendiente, de 190.000 euros. Y lo cambiaría por una vivienda en Aldaia de valor inferior a 180.000 euros con tres o más habitaciones. A poder, por la zona del ambulatorio, con ascensor y plaza de garaje. Así es el anuncio.

Puede parecer difícil que se arreglen intercambios de este tipo. Pero es más común de lo que podría parecer. Entre 2007 y 2014, en la Comunitat Valenciana se ha producido la permuta de 5.461 viviendas. Canjes que pueden sonar como este otro de Beatriz colgado en el mes de julio: Cambia su piso de 103 metros cuadrados en la plaza Eduardo Marquina de Valencia, que vale 150.000 euros y arrastra una hipoteca pendiente de 40.000 euros, por una «casa o chalet con campo o jardín para poder tener a nuestros animales. No somos exigentes con el estado del inmueble, nos lo reformaríamos nosotros. Pero sí necesitamos el jardín», subraya la interesada.

El intercambio de propiedades mediante la permuta ayuda en este momento a suplir la falta de liquidez y la falta de crédito. Si quiere cambiar de vivienda y no tiene dinero para comprar ni el banco le da un préstamo, y además no contempla la opción de vender su vivienda y no haber comprado otra ya, la permuta es una opción.

Y no sólo en las viviendas. En el mismo periodo 2007-14 se ha sellado la permuta de 13.624 fincas urbanas en la Comunitat Valenciana y también de terrenos agrícolas: se pasaron mediante esta fórmula similar al trueque de toda la vida 1.950 fincas rústicas.

La clave en la permuta es que dos propietarios se pongan de acuerdo en intercambiar sus propiedades. Cuanto más similares de valor sean, mejor. Y si hay un diferencial económico en el acuerdo, uno abona al otro la diferencia.

En muchas ocasiones, se busca algo completamente diferente por las necesidades cambiantes de una familia. Como el propietario de un piso de 100 metros cuadrados reformado en primera línea de playa en Cullera „valorado en 300.000 euros por su dueño„ que sería permutado por un piso de tres o más habitaciones en Madrid con un valor inferior a los 420.000 euros y situado en el centro de la capital. Todos estos anuncios „extraídos de la web sepermuta.es„ intentan ampliar el abanico de transmisiones inmobiliarias.

Es cierto que el trueque es minoritario: sólo representa el 0,6 % del tipo de transmisiones de viviendas realizadas entre 2007 y 2014: 5.461 entre las 907.849 viviendas que han cambiado de manos en el mismo periodo. En muchas ocasiones, los expertos señalan que la permuta es una opción de último recurso para aquellos que no consiguen vender antes la propiedad de la que quieren deshacerse. Con la permuta se consigue quizá no la plena satisfacción de lo que uno busca, pero sí conseguir algo mejor de lo que tiene con sólo pagar gastos y no tener que aportar ni dinero ni créditos bancarios y avalistas.

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