Pocos expertos valencianos conocen tan bien el Corpus Christi como Baltasar Bueno. El teólogo, también colaborador de este diario, acaba de escribir, tras 17 años de investigación, «La procesión del Corpus Christi en Valencia», su vigésima obra sobre las fiestas y tradiciones de la ciudad. La ha autoeditado él mismo, al no contar con el apoyo ni del Ayuntamiento de Valencia, a cuya anterior concejala de Cultura fue presentado, ni de Amics del Corpus.

Quizá por eso Bueno defiende su obra con uñas y dientes. «He disfrutado con él hasta el último momento del parto. Son más de seis siglos de historia de la procesión de Corpus Christi condensados en dos centenares de páginas llenas de ilustraciones», defiende el doctor en Teología gracias, precisamente, a una tesis sobre la «festa grossa» de la ciudad.

El material del que se ha nutrido Bueno para recorrer, una vez más, la extensísima historia de la procesión en Valencia „tiene 661 años de vida y es la más antigua de la ciudad„ proviene, en su mayor parte, del Archivo Histórico Municipal. «Desde el siglo XIII está en él contenido lo más importante ocurrido en la ciudad, en los ´Manuals de Consells de la Ciutat´», comenta el escritor, que reconoce que ha tenido que acudir a un archivo civil, además de porque el Corpus es organizado y patrocinado por el Consell de la Ciutat, hoy ayuntamiento, porque ni el archivo de la Catedral ni el del Palacio Arzobispal guardan registros sobre la procesión. Esto se debe, explica Bueno, al saqueo al que se vio sometido el archivo arzobispal en verano de 1936, a comienzos de la Guerra Civil.

Con todo, Bueno insiste en que si no fuera por el consistorio, la procesión del Corpus, «en su todopoderosa parafernalia, que teje, en palabras del historiador Vicente Castell Maiques, un bello poema teofórico en honor a la Eucaristía», ya habría dejado de existir como tal. Sin embargo, el autor de la obra hace hincapié en que, «en estos nuevos tiempos en que osadas ocurrencias amenazan con hacer desaparecer y aniquilar brillantes páginas de nuestra historia y tradición festiva», la fiesta corre peligro de desaparecer «tal como la conocemos» si el nuevo ayuntamiento, «tan contra de lo religioso», decide no apoyar el Corpus.

«Seduce»

Bueno se reconoce un enamorado, un «seducido» por la «festa grossa». «La lectura de los ´Manuals dels Consells» seduce, enamora, y sólo se ama lo que se conoce. Por ello los valencianos valoramos tan poco nuestra historia y tradiciones». «Hay que tener en cuenta lo que muchos olvida, incluso los participantes: quién es el que viene detrás, en honor de quién tanto boato. La procesión es una catequesis bíblica, visual y urbana, que desemboca en la apoteosis de la Eucaristía». Cabe recordar que el Corpus nació como forma de educar a las clases populares de la ciudad sobre los Evangelios, una suerte de catecismo en movimiento que fue rápidamente aceptado y aplaudido por los vecinos de Valencia del siglo XIV y cuidado y apreciado por quienes les precedieron. «La catequesis de la procesión es la misma que desplegó la Iglesia primitiva, la más pura de cuantas ha desarrollado la Iglesia católica en su historia», comenta Bueno.

Pero la procesión es algo más que catequesis. El autor del libro defiende que es también un instrumento político de los Jurats de la ciudad. «La procesión en su aspecto religioso es fundamentalmente bíblica, con personajes y estampas del Antiguo Testamento», comenta: «Los Jurats la potenciaron así porque querían congraciarse con los judíos que dominaban el ámbito económico de la ciudad». Bueno recuerda que los judíos y los católicos convergen y creen en el Antiguo Testamento. En el crisol en que se convirtió Valencia tras la entrada de Jaume I en 1238, también se integró a la población árabe al contratar a miembros de la misma para la parte musical. «Con ello, pretendieron suavizar y armonizar la difícil coexistencia de las tres culturas y las tres religiones», asegura el experto.

El libro ha sido autoeditado „«es un regalo que me he hecho yo mismo para Reyes, me lo ha traído el rey Baltasar»„ porque no ha recibido apoyo ni del consistorio ni de Amics del Corpus. En concreto, Bueno lo ofreció a la anterior concejala de Cultura, María Irene Beneyto, pero la edil del PP no se mostró interesada porque, según añade Bueno no sin ironía, «no era glamouroso». Lo ofreció también a la directora general de Cultura, pero tampoco quiso apoyarlo. Ni siquiera Amics del Corpus se mostró interesada en la obra. Su presidente, Francisco Esteve, explicó, siempre en palabras de Bueno, que no quería «involucrarse» en el proyecto. El grupo fundador de Amics, el Grup de Mecha, sí apoyó al escritor. «Ellos son el verdadero motor de la fiesta, porque lo suyo es potenciar nuestras tradiciones, no ir de cabalgata y paella por la vida», indicó Bueno. También ha recibido el apoyo de Archival, entidad civil que defiende el patrimonio histórico artístico.

El libro cuenta, además, con el prólogo del anterior arzobispo de Valencia y actual arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Carlos Osoro, que precisamente hoy podría ser nombrado cardenal. El libro cuenta con la colaboración de José Aguilar, Pedro Morelo o Jesús Ortolá.