El paternalismo industrial en el Port de Sagunt y en Génova a lo largo de medio siglo XX, aproximadamente desde los años 20 a los 70, es la idea sobre la que gira la tesis doctoral de Alberto Manzini, investigador italiano especializado en patrimonio industrial que durante tres años ha desarrollado su trabajo entre las universidades de Verona y Alacant.
Formas y desarrollo del welfare de las empresas en el siglo XX: comparación en el sector siderúrgico. Los casos de los centros a ciclo integral de Génova y Sagunto es el título de esta investigación, que ya ha sido publicada en Italia, pero que en España habrá que esperar para tener acceso únicamente en formato digital.
Mientras Manzini está ahora centrado en un proyecto de reconversión de una instalación siderúrgica en Luxemburgo y en el seminario que imparte en Padua sobre Patrimonio industrial y desarrollo local, uno de los profesores que dirigió su tesis desde el departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universitat de Alacant, Miguel Sáez, desgrana para Levante-EMV algunos de los aspectos más destacados de esta investigación.
«El estudio se centra en las acciones y servicios proporcionados por las empresas a sus trabajadores de forma gratuita o a precio reducidos mediante dos casos „Altos Hornos de Vizcaya en el Port de Sagunt y Società Italiana Acciaierie Cornigliano de Génova„ que aportan una visión amplia de la evolución de este fenómeno», asegura.
Después de consultar los archivos de la Fundación de Patrimonio Industrial del Port, de la Compañía Minera de Sierra Menera y el fondo Altos Hornos de Vizcaya, así como publicaciones de las empresas y antiguos trabajadores, este análisis permite comprobar los efectos de las dictaduras sobre las políticas sociales de las grandes empresas. En el Port «antes de la Guerra Civil, el paternalismo era voluntario, ya que las ventajas para sus empleados, como la construcción de viviendas y escuelas, así como la prestación de servicios básicas se ofrecían sin que hubiera exigencia legal».
Posteriormente, ya con el franquismo, «las empresas estaban obligadas a proporcionar el embrión del estado del bienestar a sus empleados, ya que, en el caso de Sagunto y además de casas o colegios para sus hijos, se hizo un hospital muy moderno». En cualquier caso, en AHV «se mantuvieron algunas ventajas que no estaban en las leyes, como ayudas económicas a las familias».
En Italia, mientras, estas responsabilidades las fue asumiendo el Estado, mientras la empresa se encargaba de ejercer un mayor control político del tiempo libre de sus trabajadores, un aspecto en el que se dio más libertad a los empleados de la siderurgia del Port de Sagunt, a los que se brindaba opciones, como las deportivas, con un carácter lúdico.
