Un familiar llega al domicilio de sus padres y se encuentra a uno de ellos inconsciente. Automáticamente descuelga el teléfono y llama al 112. El familiar explica que su padre se quejaba del pecho y que además padece una enfermedad respiratoria. Entonces la llamada se desvía a Teresa, la médica coordinadora del CICU, encargada de gestionar las ambulancias disponibles y la que enviará una hacía el lugar en el que se encuentra el paciente.
Nadie se sorprende de la rapidez con la que una unidad médica llega a un lugar donde hay una urgencia. Sin embargo, existe todo un sistema de contactos que logran que ésta llegue hasta allí. La gestión y comunicación de estos servicios es la que llevan a cabo los 27 médicos y 32 locutores que forman los tres Centros de Información y Coordinación de Urgencias de la Comunitat Valenciana.
Ellos son los encargados de coordinar de modo eficiente la respuesta sanitaria, es decir, cuentan con un mapa con las ambulancias localizadas a tiempo real para movilizarlas en el momento en el que sean necesarias. Posteriormente mantienen la comunicación continua con ella ya que un incidente puede variar en cuestión de segundos. Asimismo responden a consultas médicas telefónicas y gestionan el transporte de los pacientes entre hospitales.
Cuando una persona llama al 112, un teleoperador en l'Eliana es quien le atiende. En el caso de que el motivo de ésta sea una emergencia sanitaria, este aviso se deriva directamente al CICU sito en el distrito valenciano de Patraix quien determina la gravedad de lo que le ocurre a esa persona para determinar el tipo de ambulancia que hay que enviar al lugar. «A partir de ahí damos una serie de indicaciones: poner a la víctima en una postura determinada, colocar una gasa en una herida sangrante», explica una de las médicos coordinadoras que lleva desempeñando su trabajo desde principios de los 90. Mientras tanto, un recurso médico ya está de camino.
Los operadores atienden a las ambulancias en el caso de que la dirección que se les haya proporcionada sea equívoca, así como facilitan informaciones adicionales. Es decir, gestionan el grueso de todo lo que no es médico.
Cuanta más información se proporcione durante esta llamada, mayores nociones tendrán desde el CICU para movilizar cualquiera de las unidades disponibles: un Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), un Servicio Vital Básico (SVB) o un Transporte No Asistido (TNA). «Si una persona no aporta apenas datos es mucho más complicado actuar a la hora de enviar a alguien. Solemos contactar con la Policía si quienes llaman no saben decirnos nada más», aclararon desde el organismo. Si el paciente se mueve, si sangra y si respira son los tres factores fundamentales que definen la gravedad de la situación.
No existe un tiempo estandarizado a la hora de asistir. En ocasiones, la unidad SAMU -que es la que suele atender las patologías más graves- más cercana está ocupada por lo que hay que mandar una que se encuentra más lejos, lo que retrasa la asistencia. «Un paciente que ha sufrido un infarto puede ser atendido a día de hoy en un hospital e ingresar en la UCI de otro centro hospitalario en tan solo tres horas. Eso antes era impensable. Es un éxito de este sistema», destacaba Antonio Félix del Servicio de Atención Sanitaria a las Urgencias y Emergencias de la Dirección General de Asistencia Sanitaria de la Conselleria de Sanitat.
«Yo veo todos estos avisos y para mí significan domicilios y personas, sé que están necesitando ayuda e intento hacer mi trabajo lo mejor posible», explica la médico. La eficacia de sus trabajadores evita que ningún paciente se quede sin asistencia sanitaria en la Comunitat pese a que tan solo cuentan con 45 SAMU y 101 SVB. La optimización de recursos que lleva a cabo este organismo es innegable. Sin duda alguna el CICU seguirá salvando vidas.
