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L´Horta-la Safor

La maestra de Silla que el franquismo represalió

En Oliva fundó «Caperucita Roja», una revista «para fomentar el espíritu crítico y participativo de las alumnas» - Tras la guerra, se le prohibió la docencia hasta 1951

La maestra de Silla que el franquismo represalió

El alcalde de Oliva, David González, acompañado del historiador olivense Joan Ramon Morell, recibieron la visita de varios de los familiares de la maestra republicana Carmen Valero Gimeno, que ejerció en esta ciudad a principios del siglo XX y que fue represaliada tras la guerra civil.

Su hijo, Jose Luis Fiol Valero, y su sobrino, Santiago Castillo, se desplazaron a las nuevas dependencias de la Oficina de Atención al Ciudadano (planta baja del Ayuntamiento de Oliva) donde se encuentra ubicado un panel conmemorativo de la figura de esta maestra republicana que ejerció la docencia en Oliva justo en ese mismo espacio. Durante aquella época la planta baja del actual ayuntamiento fue la sede de la «Escuela de Niñas número 1», donde Carmen Valero fue su maestra titular.

Esta visita ha permitido volver a rescatar aspectos de la vida de la maestra republicana. Carmen Valero Gimeno nació en Silla el 23 de marzo de 1893 y al acabar la Escuela Primaria sus padres la matricularon en el colegio de la Compañía de Santa Teresa de Jesús de Valencia, donde estudió la carrera de Maestra Nacional, obteniendo el título de la Escuela Normal de Magisterio con sobresaliente el 14 de abril de 1913.

Siguiendo el plan de estudios, pasó al instituto Luis Vives de Valencia, pero tuvo que interrumpir su asistencia al aprobar la oposición y ser destinada como maestra a Novelda con un sueldo de mil pesetas anuales.

Mientras ejerció en aquella ciudad valenciana de las comarcas del Vinalopó se matriculó en la Escuela de Comercio de Valencia y en 1918 obtuvo los títulos de Bachiller y Perito Mercantil, al tiempo que publicaba el libro de cálculo «Problemas de Aritmética Mercantil», que posteriormente sirvió de texto en la propia Escuela de Comercio.

Tras solicitar la excedencia de magisterio en 1920 fue la primera mujer en conseguir el título de «Profesor Mercantil» y se trasladó a Madrid para cursar durante tres años la licenciatura de Ciencias Químicas, licenciándose en 1923. Este mismo año solicitó el reingreso en magisterio siendo destinada a Oliva, donde se casó con un industrial del jabón y tuvo a su hijo.

Pedagogía llegada de Francia

Carmen aplicó las técnicas del pedagogo francés Célestin Freinet en su escuela y pronto se significó por su lucha para dignificar la profesión docente y por eliminar la segregación y discriminación de sexos que imponía el sistema educativo, que no incluía en los temarios oficiales de enseñanza femenina las asignaturas de ciencias y cálculo, que ella consideró como fundamentales. Su lucha se centró en la reivindicación de una escuela igualitaria y en la defensa de los derechos de la mujer desde la misma infancia.

Con esas ideas, no es extraño que, con la llegada de la República, la maestra se identificara muy pronto con las reformas emprendidas por el Ministerio de Instrucción Pública, colaboró con la progresista Federación Universitaria Escolar (FUE) en la organización y mejora de las colonias escolares de verano, llegando a ser nombrada en 1933 Miembro de Honor en reconocimiento a su labor. Junto a Francisca Sanchis, Isabel Franco, Micaela Minguillón y Josefina Castillo, fundó la FETE-UGT Valenciana, a la que dedicó gran parte de su tiempo.

En la escuela de Oliva fundó la revista «Caperucita Roja», periódico infantil, redactado e ilustrado por las niñas de su escuela, «con el objetivo de fomentar el espíritu crítico y participativo de las alumnas».

Con esos antecedentes, no es extraño que, como tantos otros maestros y maestras, al terminar la guerra se le formó Consejo de Guerra sumarísimo. Absuelta del delito de «exaltación a la rebelión», lo que le libró de la pena de muerte, el Tribunal de Responsabilidades Políticas le prohibió impartir la docencia. Para sobrevivir y sacar adelante a su hijo dio clases particulares clandestinamente a alumnos de bachillerato de Silla. En 1951 el Juzgado Superior de Revisiones le permitió el reingreso al Magisterio en la población de Betera. El 9 de septiembre de 1962, todavía en plena dictadura, murió cuando tenía 69 años en la misma casa de Silla donde había nacido.

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