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Entrevista | Phil Hogan

"Sostener el medio rural en toda Europa cuesta dinero"

Phil Hogan.

Phil Hogan, nacido en Irlanda en 1960 y miembro del partido de centro-derecha Fine Gael, es el máximo responsable de la cartera de agricultura y medio ambiente de la Unión Europea desde julio de 2014. En su primera visita a España, el comisario ha hecho escala en Valencia para asistir al congreso de cooperativas agroalimentarias. También ha tenido tiempo pasar escuchar las principales reivindicaciones del sector de frutas y hortalizas sobre el nuevo escenario que acaba de abrir la Política Agraria Común. Sostiene que la agricultura mediterránea «no sale perjudicada» en detrimento de los cultivos continentales. Afirma que quiere simplificar la legislación «para corregir errores en la manera de gastar el dinero». En declaraciones a EL MERCANTIL VALENCIANO analiza algunos de los retos que tiene por delante el campo español.

La nueva Política Agraria Común para el período 2015-2020, ¿beneficia más a la agricultura continental, la del centro y norte de Europa, o a la Mediterránea?

Para satisfacer las necesidades del sector agrario europeo y de sus regiones, probablemente haría que poner en marcha cuatro PAC. Eso no puede ser. ¡Es imposible contentar a todos los países por igual! Al margen de la ironía, pienso que cada región posee puntos fuertes y debilidades y la misión de la política agraria común es crear un marco que integre a todas dentro del respeto y entendimiento. Siempre habrá tensiones porque los intereses de cada país son distintos. Viendo el caso concreto de Valencia me ha sorprendido gratamente que las cooperativas de frutas y hortalizas que he visitado cuentan con buen nivel de socios y reciben mucho apoyo financiero de la la Unión Europea. Sin duda tienen buena relación con Bruselas. Al acudir a la cooperativa Canso [en l'Alcudia], además de sus 1.500 empleos, he visto maneja una parte notable de maquinaria financiada con subvenciones europeas. Y Anecoop, que he visitado, recibe muchas ayudas europeas para promoción y marketing que abren sus mercados. Por tanto, Bruselas es un buen socio para la agricultura mediterránea, ¿no?

El veto de Rusia a las exportaciones alimentarias causan serios problemas al sector de frutas y hortalizas. ¿Habrá más ayudas para la retirada de productos del mercado?

Tenemos cuatro fondos desde agosto de 2014 que apoyan al sector de frutas y hortalizas. En total, unos 350 millones de euros. Y queda una reserva de crisis que no se ha tocado. Además, estamos destinando fondos adicionales para que las empresas diversifiquen producción hacia la exportación a otros países fuera de Rusia como de Oriente Medio. El 75 % de las exportaciones que iban dirigidas al mercado ruso han encontrado mercados alternativos. Hemos decidido extender el programa de ayudas para la retirada de productos hasta finales de 2015.

La agricultura se ve amenazada últimamente por la detección de alertas sanitarias como la «mancha negra» o la del insecto transmisor del «dragón amarillo». ¿No debería ser la Comisión Europea más contundente en sus planes de vigilancia para evitar males mayores?

Aunque esta es una responsabilidad de mi colega de la Comisión responsable del área de Sanidad Pública me parece que se trata de un problema grave y mi departamento tiene a disposición instrumentos que ayudan a los productores que puedan tener dificultades financieras para afrontar estos problemas. En el caso de la fiebre porcina proveniente de Sudáfrica, en 2014, pusimos ayudas a disposición del sector. Respecto a la «mancha negra» que atacan a determinadas frutas como los cítricos estamos vigilantes. Si detectamos que pueda generar crisis existe un fondo de emergencia financiera.

¿Qué instrumentos maneja el sector agroalimentario para intentar defenderse de los precios que imponen las grandes superficies en la Unión Europea y de posibles abusos?

Estoy muy preocupado por conseguir que mejoren los márgenes de estos integrantes de la cadena agroalimentaria. Mi prioridad es garantizar que los beneficios obtenidos por los productores les permitan ser rentables en su actividad, ser viables y sobrevivir. Me parece que hay una evidencia clara que indica que los intermediarios, sobre todo las grandes superficies de venta, están reduciendo demasiado sus márgenes [para bajar precios de venta al público] y eso pone en riesgo a los agricultores. Estoy promoviendo una nueva política a nivel europeo de toda la cadena de valor que está inspirada, por cierto, en la que ya existe en España así como en la de Reino Unido.

La Comisión Europea ha presentado alegaciones al Programa de Desarrollo Rural (PDR) realizado por la Comunitat Valenciana para 2014-2020. ¿Cuándo se van a resolver? ¿Puede haber minoraciones en la asignación de fondos?

En principio no tiene por qué haber correcciones del presupuesto asignado a España y a sus dieciséis programas, entre estos el de Valencia. El marco nacional de los PDR acaba de ser aprobado y ahora estamos revisando los escenarios regionales. Espero que los expedientes estén resueltos en marzo y entonces habrá cartas de conformidad que permitan al Gobierno español y a los regionales poder acceder a los fondos y, por tanto, poner en marcha los programas de desarrollo regional.

El sector agrario, ¿vive demasiado de las subvenciones y poco del mercado?

La nueva PAC que entró en vigor el pasado 1 de enero está orientada al mercado y contempla una reducción considerable de subvenciones y ayudas directas. Esto viene ocurriendo en los últimos veinte años en los que Bruselas ha reducido sus aportaciones directas al sector. Los pagos van dirigidos a potenciar el mundo rural, a que puedan mantener su actividad y contribuyan al sostenimiento de la calidad del medio ambiente. Esta es la razón de existencia de la PAC y evidentemente sostener el medio rural y ambiental cuesta dinero.

El tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Marruecos, a la vuelta de estos primeros años, ¿ha beneficiado a España?

El acuerdo ha sido bueno para el sector agrario y la economía europea en general. Pactos con Marruecos o con Estados Unidos benefician porque incrementan las transacciones comerciales y aumentan el número de consumidores. Por supuesto, seguiremos protegiendo las Indicaciones Geográficas Protegidas y Denominaciones de Origen, que tantas hay en España. Esas protecciones a las DO forman parte del acuerdo con Marruecos.

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