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Entrevista | Juan José Dolado

"El empleo volverá a recuperarse a partir de 2018"

El jurado de los Premios Jaime I ha otorgado esta semana el de Economía al catedrático Juan José Dolado por su contribución al estudio del mercado de trabajo

El catedrático Juan José Dolado recogerá el premio en octubre.

Juan José Dolado está convencido de que España tiene un problema histórico que nace de la dictadura militar que primaba los contratos indefinidos sobre los temporales para garantizar la paz social. El fenómeno, según advierte el investigador, también se dio en Italia, Portugal y Grecia. El catedrático defiende que para resolver de una vez el problema es necesario apostar por el contrato único. Dolado, que realizó su tesis en Oxford, es catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, aunque ahora está trabajando en el European University Institute de Florencia.

¿Ha superado España la crisis?

Hay que diferenciar entre recesión económica y crisis. La recesión sí la hemos superado. Ahora estamos por encima de nuestro crecimiento medio, que es del dos por ciento. El problema son las heridas que ha dejado la recesión. Eso no lo hemos curado todavía. Muchos de los problemas que generaron la crisis permanecen latentes.

¿Por qué continúan latentes a pesar de las reformas introducidas en el mercado laboral por el Gobierno en los últimos años?

Porque los problemas básicos son los mismos. Tenemos un mercado laboral dual con una gran diferencia de protección entre los trabajadores con contratos indefinidos y los que tienen contratos temporales. La reforma laboral ha dado mucho más poder a los empresarios frente a los sindicatos. Cuando eso ocurre en recesión lo que pasa es que los salarios caen mucho. La cuestión es qué permanencia van a tener los puestos de trabajo que se crean. ¿Por qué se especializó este país tanto en construcción? Porque ese era el sector en el que se podían utilizar los contratos de usar y tirar frente a la contratación indefinida. Si esos contratos temporales continúan siendo los más atractivos volveremos a especializarnos en sectores muy intensivos que utilizan mano de obra muy barata. Esos sectores son muy sensibles a la llegada de las crisis financieras o bancarias.

Las cifras de desempleo del mes de mayo apuntan a un descenso de 117.985 parados. ¿Qué tipos de contratos se están firmando?

La mayoría son contratos temporales. En concreto, más del noventa y dos por ciento de los contratos firmados en el mes de mayo fueron temporales. Son contratos con unos salarios muy ajustados.

Los sindicatos critican que la reforma laboral impulsada por el Partido Popular para crear empleo solo ha servido para destruirlo. ¿Qué ha pasado?

Lo que hizo la reforma laboral fue reducir los costes de despido de los trabajadores indefinidos. Si uno rebaja los costes de despido cuando hay una presión muy fuerte para reducir gastos empresariales la consecuencia es que se recortan las plantillas. Como contrapartida, ahora las empresas no se lo piensan tanto a la hora de crear empleo. Así funciona el sistema. Cuando los costes de despido son bajos lo que pasa es que se crea y se destruye empleo de forma rápida. Es como los pañuelos de papel. Son contratos de usar y tirar.

España tiene ahora una tasa de desempleo que ronda el veintidós por ciento. ¿Cómo puede el país levantar definitivamente la losa de paro?

No es la primera vez que tenemos una tasa de paro tan alta. Los que ya no somos tan jóvenes es la tercera vez que lo vemos. Estuvimos así a principios de los ochenta y en los noventa. En el año 1994 comenzó a recuperarse el trabajo y pasamos de una tasa de desempleo del veintidós por ciento a otra del diez por ciento. Volver a los niveles del ocho por ciento nos va a costar una década. Si tenemos en cuenta que la destrucción de puestos de trabajo comenzó en 2008 la consecuencia es que no volveremos a ver la luz en términos de empleo hasta el año 2018. Nada sustancial ha cambiado en el mercado de trabajo.

¿Por qué no se ha creado empleo a pesar de la reducción de salarios?

Porque hay una diferencia muy grande entre castas. Está la casta de los trabajadores que tienen contratos indefinidos y la casta de los que tienen contratos temporales. Todos los ajustes se han introducido por la vía de la cantidad. En aquellas empresas que tenían una tasa de contratos temporales más altas los salarios han subido más. La explicación está en que los sindicatos defendían los intereses de los indefinidos. Los trabajadores indefinidos eran conscientes de que si tenían subidas salarias muy altas y la empresa respondía a una crisis con despedidos no les iba a afectar a ellos. Sabían que los recortes iban a recaer sobre los temporales porque a las empresas no les costaba nada despedirlos. Esto crea todas estas disfunciones de los mercados laborales.

¿Por qué se ha producido en España esa disfunción en el mercado laboral en la que tienen más peso los contratos indefinidos sobre los temporales? ¿Ocurre lo mismo en el resto de Europa?

Es un fenómeno que se ha producido en los países del sur de Europa y que tiene una explicación histórica. Esos mercados duales con contratos indefinidos y temporales se dan sobre todo en países que han tenido dictaduras militares como España, Portugal, Italia y Grecia. Las dictaduras militares promovían ese sistema para garantizarse la paz social. Era un sistema de trabajo que garantizaba un empleo para siempre, aunque con un salario muy bajo.

¿Es peligroso ese sistema laboral?

Sí. Cuando llegaron las democracias los sindicatos exigieron subidas salariales, pero manteniendo la protección. Eso es una auténtica bomba de relojería. Al final, los Gobiernos han introducido flexibilidad por la puerta de atrás a través de contratos temporales y los empresarios pueden utilizarlos a su conveniencia.

¿Cuál sería la reforma ideal para garantizar la estabilidad laboral en España y que no se produzcan estas subidas y bajadas tan pronuncias de desempleo cíclicamente?

Es necesario hacer muchas cosas. La más importante es eliminar la dualidad de contratos. Ir a un contrato único con indemnizaciones que crezcan poco a poco. Con los dos tipos de contrato que hay ahora, si una empresa despide a los cinco años a un trabajador temporal le indemniza con diez días por año trabajado frente a los treinta y tres días que abona con los contratos indefinidos. La consecuencia es que los empresarios apuestan por los contratos temporales frente a los indefinidos.

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