Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión | Tribuna libre

No es debilidad, es normalidad

Durante las últimas semanas, el foco de la atención mediática estuvo puesto en Grecia, donde Tsipras y Varoufakis por un lado, y la Troika por el otro, eran los principales protagonistas

Durante las últimas semanas, el foco de la atención mediática estuvo puesto en Grecia, donde Tsipras y Varoufakis por un lado, y la Troika por el otro, eran los principales protagonistas. Sin embargo, a pocos les interesaba lo que ocurría en China, cuyas consecuencias de una simple desaceleración en el crecimiento podrían llegar a ser más importantes que una hipotética salida del país heleno del euro. Una vez que se ha alcanzado un acuerdo entre los políticos griegos y los europeos, China ha pasado al primer plano convirtiéndose en una gran preocupación.

El crecimiento anual del PIB de China desde 1980 se ha movido en un intervalo del 8 % al 14 %, lo que ha llevado al gigante asiático a convertirse en la primera economía mundial, tras adelantar en octubre del año pasado a EE UU. No obstante, en la actualidad el incremento anual del PIB se encuentra por debajo del rango experimentado durante los últimos 35 años, actualmente en el 7 %, reflejando el agotamiento de un modelo de crecimiento basado en el sobreendeudamiento de la economía y en la sobrecapacidad industrial que ofrece como resultado una baja productividad.

Es decir, China se encuentra actualmente en pleno cambio de patrón de crecimiento, en el que alcanzar un modelo orientado al consumo y a los servicios es su principal objetivo. Dicho cambio es el justificante de que el PIB pase de unos crecimientos de media del 10 %, a unos del 4-6 %. Por lo tanto, el frenazo de la economía china no es cíclico, es estructural, y sus consecuencias ya se están dejando notar en distintos mercados como el bursátil o el de las materias primas.

Tras alcanzar una revalorización en 2015 del 60 % y del 150 % interanual, el índice de Shanghai ha sufrido una caída de más del 30 % en el último mes, lo que se traduce en una disminución de más de 3 billones de ? de capitalización bursátil. Con el fin de frenar tal corrección, las autoridades chinas han establecido una serie de medidas de urgencia sobre el mercado bursátil: suspensión del mercado, prohibición a los accionistas significativos a vender su posición durante 6 meses, limitación de OPV y endurecimiento de las condiciones para la operativa a crédito.

China es ya el primer socio comercial para 70 países y cualquier cambio en el modelo productivo tiene sus efectos fuera de sus fronteras. Los productores de materias primas se habían acostumbrado a una demanda china eternamente creciente y desde hace un tiempo se enfrentan a un exceso de suministro, lo que lleva a caídas de precios, a esto hay que añadir el efecto de almacenamiento, ya que una enorme cantidad de materias primas adquiridas por China no se consumen, solo se almacenan.

El cambio que está sufriendo China no es debilidad, es la normalización de una economía que tiene que llevar a cabo una transición de un modelo hiperendeudado y de baja productividad a uno orientado al valor añadido y al consumo.

Compartir el artículo

stats