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Tecnología

Los «clones» de Silicon Valley

Silicon Valley se está convirtiendo en un modelo de éxito que se intenta reproducir en numerosas ciudades de todo el mundo. Tel Aviv, Londres, Berlín, Sao Paulo,.. son solo algunos de los ejemplos de ecosistemas emprendedores nacidos con el espíritu de la incubadora californiana.

Sede de Google en Silicon Valley. emv

Los «clones» de Silicon Valley se reproducen en todas las esquinas del planeta, según un nuevo informe que destaca que el espíritu emprendedor en el área tecnológica se ha convertido en un fenómeno «global». «Hace veinte años, casi todas las nuevas empresas tecnológicas se creaban en ecosistemas como Silicon Valley y Boston. Ahora, el emprendimiento tecnológico es un fenómeno global con ecosistemas similares a Silicon Valley surgiendo en todas las partes del mundo», señala un nuevo informe de la consultora Compass.

El estudio destaca que los negocios de la «Era de la Información» se han convertido en la principal fuente de crecimiento económico y han «automatizado de forma significativa o alterado muchos de los negocios industriales y de servicios de la era económica previa». Los autores insisten en que «dado el papel crítico de las nuevas empresas tecnológicas en la economía de la información, la importancia de los ecosistemas emprendedores saludables no hará más que aumentar en el futuro».

El estudio menciona que el mejor ecosistema empresarial tecnológico del mundo es Silicon Valley, seguido de Nueva York, Los Ángeles, Boston, Tel Aviv, Londres, Chicago, Seattle, Berlín y Singapur. La clasificación de Compass incluye 20 ciudades, entre las que figuran también Sao Paulo, Austin (EE.UU) y Bangalore (India) y no incorpora, por motivos lingüísticos y la incapacidad de recabar suficiente información, ciudades de China, Taiwán, Corea del Sur y Japón. Evidentemente, tampoco aparece ninguna ciudad española.

El índice se elaboró en función de cinco grandes criterios: el desempeño de las empresas, la financiación disponible, el talento, el acceso al mercado y la experiencia en la creación de nuevas compañías. El estudio destaca, entre los hallazgos más significativos, el hecho de que los ecosistemas empresariales en todo el mundo están más interconectados y los equipos son más internacionales.

El estudio menciona, en ese sentido, que un 37 % de todas las rondas de financiación en los 20 principales ecosistemas tienen al menos un inversor de otro ecosistema. Además, es común que empresas que se crearon en uno de los ecosistemas abra una segunda oficina o traslade incluso su sede principal a otra ciudad.

En líneas generales, se observa también una internacionalización de los equipos, que tienen de media un 29 % de empleados extranjeros en los 20 ecosistemas analizados. En Silicon Valley la cifra alcanza el 45 %. Entre los puntos destacados en el estudio figura también el repunte anual del 78 % entre 2012 y 2014 en el número de empresas emergentes («startups») que fueron adquiridas o salieron a bolsa.

En Silicon Valley el incremento en las adquisiciones o salidas a bolsa en el citado periodo fue del 47 %, mientras que en Londres se cuadriplicó y en Berlín se multiplicó por veinte, debido, fundamentalmente, a dos grandes Ofertas Públicas de Venta (OPV), la de las empresas Rocket Internet y Zalando. En lo que a capital riesgo se refiere, Berlín, Boston, Bangalore, Amsterdam y Seattle fueron las ciudades que vieron un mayor crecimiento.

La inyección de fondos en empresas tecnológicas nuevas en esas ciudades se multiplicó por doce, en el caso de Berlín y por dos en el de Amsterdam y Seattle, mientras que en Bangalore y Boston, se multiplicó por cuatro. En Silicon Valley aumentó un 93 %. Los ecosistemas que lograron avanzar más en la clasificación fueron Nueva York, Austin, Bangalore, Singapur y Chicago, mientras que Vancouver, Sidney y Seattle perdieron puestos en la lista.

El informe llama la atención también sobre la falta de igualdad de género en todos los ecosistemas analizados, donde predomina el liderazgo masculino: «Ninguno de los ecosistemas está cerca de tener un número igual de fundadores hombres y mujeres». Aun así, el estudio destaca que la cifra de mujeres emprendedoras ha aumentado un 80 % en los últimos tres años.

«En 2012, un 10 % de las nuevas empresas tenía una fundadora mujer, frente al 18 % de media global en las 20 principales ciudades en 2015», señala el informe, que apunta que Chicago, con un 30 % de mujeres fundadoras de empresas emergentes es la ciudad con mayor espíritu empresarial femenino.

Palo Alto: Un campamento para adolescentes emprendedores

Un campamento de verano en Silicon Valley enseña a adolescentes a convertirse en emprendedores en un curso intensivo de tres semanas en el que los participantes desarrollan prototipos que han logrado atraer la atención de los inversores de la zona. Steve Hsia, un emprendedor de origen taiwanés afincado en Silicon Valley, es el cofundador de Young Outliers, un campamento en el que participan algo más de 300 jóvenes, entre ellos unos 30 adolescentes de entre 14 y 17 años a los que los organizadores animan a lanzar su propia empresa. Hsia, que creó y vendió varias compañías de software, explicó que los motivos que lo llevaron a interesarse por el mundo de la educación son muy personales.

La localidad de Palo Alto, en el corazón de Silicon Valley, alberga algunas de las escuelas de secundaria más competitivas del país, donde se han sucedido varios suicidios de adolescentes provocados, al parecer, por la presión académica. Las hijas de Hsia asisten a uno de esos centros: «Tengo dos hijas que están en bachillerato y en el instituto al que van varios adolescentes se han suicidado. Me parece terrible y quería hacer algo para demostrarles a mis hijas que si la escuela no funciona tienen alternativas», explicó a Efe Hsia.

«Quería darles a mis hijas esa oportunidad, equiparlas con las herramientas para crear su propia empresa», añadió el cofundador de Young Outliers.

Para ello, él y su socia, Gigi Carunungan, una empresaria de origen filipino especializada en educación y teatro, diseñaron un programa en el que los jóvenes empiezan dejando a un lado sus ordenadores y utilizando sus manos para crear un prototipo, como por ejemplo, una mochila para adolescentes. Los organizadores animan a continuación a los participantes a pensar en una idea que les apasione y explorar si existe una necesidad en el mercado y quiénes son los competidores. «Combina tus ideas, tu imaginación y conocimiento con la tecnología para diseñar nuevos productos y servicios al tiempo que te diviertes», dicen los organizadores.

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