Más de un millón de personas en España y 360 millones en el mundo tienen problemas de audición. La empresa valenciana Fusió d´Arts Technology ha desarrollado una solución para facilitarles la vida a través de la aplicación Visualfy. La startup valenciana ha inventado un sistema inteligente de reconocimiento de sonidos que funciona a través de micrófonos y que alerta de las personas sordas a través del móvil o el smartwach. El software reconoce cada vez más sonidos mediante aprendizaje automático. El invento ya ha despertado el interés de la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Madrid e Israel por su potencial. La startup va a instalar el dispositivo en el complejo administrativo Nou d´ Octubre y prepara el lanzamiento para el mercado doméstico por un precio de poco más de cuatrocientos euros.

Los fundadores de Visualfy son los valencianos Manel Alcaide y Ángel Albiach. Los dos realizaron con Fusió d´Arts (una web informática especializada en el desarrollo de webs) un cortometraje en lengua de signos para la comunidad sorda y descubrieron que tienen «un sinfín de necesidades por cubrir». Manel Alcaide explicó que lanzaron una aplicación que generaba alertas en el móvil con colores diferentes en función de si era una llamada, un mensaje o una notificación de Facebook y en cinco meses tuvieron 5.000 descargas en 122 países. «En ese momento nos paramos a reflexionar, estudiamos a la competencia y nos reunimos con la comunidad sorda para ver cuáles eran sus necesidades. Vimos que lo que más les preocupaba era mejorar la calidad de vida en su casa y la seguridad en el hogar. Nos dimos cuenta de que el móvil se quedaba corto para ese sistema y creamos un hardware adicional que llamamos Deaf Smart Space (espacio inteligente para sordos)».

Visualfy funciona con una máquina parecida a un router que está conectada a cuatro micrófonos que se instalan en las habitaciones de una vivienda. «El sistema recoge los sonidos, los procesa y envía la notificación a cualquier dispositivo móvil. Visualfy permite que según el sonido solo se avise al móvil o si es algo importante, como el llanto de un niño, la alerta llegue al teléfono, al smartwatch y a la smart tv. Incluso, si suena la alarma de incendios se pueden activar unas luces de color rojo en la casa y hacer que vibre una almohada».

Manel Alcaide avanzó que ahora trabajan en trasladar esta tecnología a edificios públicos como ayuntamientos, aeropuertos y hospitales. «Cuando el usuario entre en el edificio recibirá una notificación en su aplicación informándole de que está adaptado».

El responsable de la compañía indicó que varias familias de Valencia ya tienen instalado el sistema y «los resultados son muy buenos. Ahora estamos en la fase de desarrollo industrial para comercializar los dispositivos a principios del año que viene. Tenemos acuerdos con gobiernos y países para la distribución e instalación de los dispositivos en edificios públicos. Estamos firmando estos convenios y cartas de apoyo para generar tracción al proyecto».

Startup Nation de Tel Aviv

Manel Alcaide viajó hace tres semanas a Startup Nation de Tel Aviv en busca de acuerdos de distribución dentro de la primera «misión digital» española a Israel. Startup Nation es el Silicon Valley de Israel, uno de los puntos más innovadores del planeta junto a San Francisco y Londres.

Manel Alcaide apuntó que para su startup Israel supone una gran oportunidad de negocio porque el porcentaje de personas con problema de audición es muy alto. El Gobierno de Israel se ha marcado como objetivo que todos sus edificios públicos estén preparados para las personas con cualquier tipo de discapacidad en 2018.

La compañía ya ha recibido más de 150.000 euros entre premios y subvenciones, y ahora aspira a obtener ayudas europeas por valor de un millón de euros.

Transferencia tecnológica de la Universitat de València

Visualfy ha contado con el apoyo tecnológico del Signal Processing and Acoustic Group de la Universitat de València. Los investigadores han desarrollado un software inteligente que permite que la máquina cada vez distinga más sonidos. Manel Alcaide explicó que sus competidores ofrecen sistemas que cuestan siete veces más caros. Además, los usuarios se pueden acoger ayudas del Gobierno, que suponen entre el 50 y el 90% del coste.