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La entrevista | José Vicente González

"Yo estaré en la manifestación por la financiación y me gustaría que el PP también fuera"

El dirigente empresarial, que recibió el pasado 9 d´Ocubre una de las Distinciones que otorga cada año la Generalitat, hace balance de una trayectoria pública que él mismo ve ya en su ocaso. González se muestra muy crítico con el presidente de la alicantina Coepa, al que responsabiliza de la extinción de Cierval.

"Yo estaré en la manifestación por la financiación y me gustaría que el PP también fuera"

P Muchos escritores, con la boca pequeña, recelan de un premio a toda su trayectoria porque es como si ya les dieran por amortizados. ¿Qué pensó usted al recibir la Distinción al Mérito Empresarial y Social de la Generalitat?

R Lo primero que pensé es que me parecía oportuno que se diera un premio, no a mí, sino a la cantidad de empresarios que dedican una parte de sus trabajos a las organizaciones empresariales de forma gratuita. Son muchísimos y creo que es un reconocimiento a todos ellos. Son gente que se lo merece. Es verdad que también entre ellos hay alguna oveja negra y algún personaje peculiar, pero en qué profesión no los hay. Creo que esa era la intención del Consell y si además me lo dan a mí pues me pongo el doble de contento. El otro día me dieron un premio a la trayectoria en el Colegio de Ingenieros Técnicos. Cuando te dan dos premios seguidos así te preguntas si te están diciendo: «¿Por qué no te vas?». Pues a lo mejor. Creo que es hora de irse. Uno no puede pretender estar permanentemente en los sitios. entre otras cosas porque se carga a la generación siguiente. Y no son buenos los saltos generacionales. Los que estamos tenemos que colaborar de una forma activa en que esas transiciones se hagan de una forma natural.

P ¿Eso quiere decir que ya está en retirada en los dos cargos que tiene ahora, la vicepresidencia de CEOE y la presidencia de Feria València?

R En CEOE estuve desde el minuto cero con Rosell. Él se va a ir, porque se le agotan los dos mandatos a finales de 2018 y, si no me tira antes, me pienso ir también. Tendré más tiempo libre para hacer otras cosas.

P ¿Qué balance hace de su trayectoria pública?

R Eso lo tienen que decir los demás, pero yo no estoy avergonzado, cosa que ya es mucho. Algunos sí tendrían que sentirse avergonzados. ¿He acertado siempre? Pues claro que no. Me he equivocado en algunas ocasiones, pero estoy satisfecho, he hecho lo que he podido y sabido y, sobre todo, honestamente.

P Siempre ha tenido buenas relaciones con los diferentes gobiernos de la Generalitat con los que ha tenido que lidiar. A usted se le considera un empresario progresista. ¿Cree que un Consell del PP le habría premiado?

R No me gusta hacer elucubraciones. Es verdad que he tenido muy buenas relaciones con las adminstraciones del PP. Ayer mismo [por el lunes] abrazaba a Alberto Fabra y a Eduardo Zaplana, con el que prácticamente no tuve ningún trato, pero también a Joan Lerma. No sé qué hubiera pasado.

P En su trayectoria pública, sin duda alguna el mayor fracaso ha sido la extinción de Cierval, de la que fue presidente. ¿Se reprocha algo al respecto?

R No. Creo que hay gente que se tiene que reprochar mucho. Cuando hablaba de que en todas las profesiones hay personajes muy peculiares, en Cierval ha coincidido algún personaje muy peculiar. Son ellos los que se lo tienen que reprochar. Yo no tengo nada que reprocharme. No podía hacer más. Tenía tres socios de los que solamente uno [la CEV de València, ahora sucesora de Cierval] estaba en condiciones de ser accionista. Los demás [la Coepa alicantina y la CEC castellonense] querían ser accionistas sin comprar previamente acciones y sin tener ninguna responsabilidad. Eso no puede ser, a pesar de que algunos [el presidente de Coepa, Francisco Gómez] estén organizando lo que dicen que será una autonómica [para competir con la CEV por las ayudas públicas]... Pero vamos a ver, si usted no ha sido capaz de entenderse con los que había, ¿qué va a organizar?

P ¿Así que toda la responsabilidad recae en Alicante y Castelló?

R No. No son Alicante y Castelló, ni siquiera los empresarios de Alicante y Castelló, donde los hay de primera línea. Otra cosa son los dirigentes que han tenido en un momento determinado. Ellos son los responsables. Insisto, conozco muchos empresarios en Alicante que son de super primera fila. De algún dirigente de la misma provincia no tengo la misma opinión.

P ¿Qué opinión le merece el rumbo de la nueva autonómica y la respuesta de los sectores y empresas de Alicante y Castelló, tan a favor?

R En mi trayectoria pública y profesional hay dos cosas que nunca he hecho. No he criticado a mis antecesores y muchísimo menos les he dado consejo a mis sucesores. Cuando me voy de un sitio, me voy. Lo que no hago es estar detrás echándole el aliento en la nuca a nadie. No me parece decente. Estoy seguro de que la patronal autonómica que está haciendo la CEV va a salir adelante y va a funcionar, porque tiene todo el sentido del mundo. Lo que me parece rarito es lo que leía hoy [el martes] en los periódicos de una patronal en Alicante hecha por un par de personas [Gómez y el presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro] que antes no se podían ver, pero bueno, el señor Gómez... Seguramente pasado mañana habrá otra noticia... No digamos que es muy coherente en la toma de decisiones.

P ¿Por qué?

R Hombre, ha tenido una rivalidad importante con el de Cepyme, ahora parece que son socios... Veremos qué sucede pasado mañana. También vino aquí [Cierval], se comprometió a unas cosas, luego a los quince días no cumplió nada... En fin...

P ¿Ese desencuentro se debió a una falta de sintonía personal entre ustedes?

R Yo recuerdo que él hizo unas declaraciones en las que decía que conmigo no se entendía pero que se entendía muy bien con Salvador Navarro [presidente de la CEV]. Lea usted lo que dice ahora de Salvador Navarro y usted mismo saque la conclusión. Qué raro que no se entienda con nadie, ¿verdad?.

P ¿Deberían acudir los empresarios a la manifestación por la financiación autonómica convocada por los sindicatos?

R Yo no sé lo que van a hacer los demas. Yo estaré. Eso depende de cada cual. Me parece que deberíamos ir todos y me gustaría que también fuera el PP. Los gobiernos cambian y a lo mejor le toca gobernar después al PP y le vendría bien tener resuelto el problema de la financiación, porque cuando ha gobernado también tenía ese problema. Lo he hablado con ellos y también quieren que haya una mejor financiación. Si hay que hacer una manifestación, si hay que negociar...Creo que hay que hacerlo todo, porque también es verdad que hablando y negociando llevamos bastantes años y el resultado es el que es, es decir ninguno. Por tanto, no me parece mal un toque de atención. Lo último que hemos oído es que ahora parece que el año que viene. Parece que no llegamos nunca en el momento oportuno. Además, se ha hecho una gran labor de concienciación, porque hace unos años en Madrid negaban que existiera esa infrafinanciación y ahora hasta el señor Montoro lo admite. Me parece bien que lo diga, pero ahora ¿qué va a hacer?.

P ¿Qué pensó cuando se confirmó el traslado de CaixaBank y Sabadell a la Comunitat Valenciana? ¿Qué significado tiene ese cambio de sede?

R A mí me hubiese gustado que no se hubiesen producido los hechos que han obligado a CaixaBank y al Sabadell a trasladarse. O sea, que la situación en Cataluña fuera lo suficientemente tranquila para que eso no se hubiera producido. Una vez que se ha producido, eso no dependía de nosotros. La situación era alarmante y tenían que irse a alguna parte. Qué duda cabe que prefiero que se vengan a nuestra comunidad. Ya somos la sede de tres de los cinco mayores bancos de España. No está mal. Es una elección lógica. Hay cuestiones de proximidad física, de buen ambiente y algo que no debemos olvidar: somos tan buena gente que aquí las cosas están tranquilas. Por tanto, no creo que sea tan grave que de vez en cuando las agitemos un poquito con una manifestación. Van a estar a gusto, tanto el consejo del Sabadell como el de CaixaBank. Aquí se está a gusto.

P ¿Tiene alguna repercusión económica?

R Desde el punto de vista del empleo, lo importante son las sedes operativas. La sede corporativa no va a arrastrar a mucha gente a trabajar aquí. Es importante el efecto sede. Cuando el presidente del consejo de administración sale a la calle, no es lo mismo que se encuentre en València que en otra parte. Sin duda, los consejos tendrán la pulsión de preocuparse más por las cosas de la Comunitat Valenciana, porque están aquí. Es un intangible, pero es real. Otra cosa es que se trasladen las instalaciones industriales. Eso es mucho más complicado. Mover unas cuantas oficinas es relativamente sencillo, mover una planta industrial es otra historia. Pero, cuidado, que se empieza de una manera y no se sabe cómo se va a acabar. ¿Se volverán cuando se conjure el peligro de la independencia? Más de la mitad de las instituciones que se fueron de Quebec antes del referéndum no ha vuelto. Y fueron referendums en serio, no como lo de Cataluña.

P A ese respecto, Josep Borrell ya ha avisado que el BCE a lo mejor no se contenta con el traslado de sede social, que viene a ser como una dirección de correo, y obliga a esos bancos a cambiar también sus sedes operativas.

R Ya veremos qué pasa en el futuro. En cualquier caso, yo desearía que esto no siguiera, porque no es bueno para nadie.

P ¿Qué consecuencias puede tener albergar las sedes sociales de tres de los cinco mayores bancos españoles después de la «desfeta» del sistema valenciano durante la crisis?

R No va a tener una repercusión decisiva. No nos olvidemos que el Sabadell ya tenía una estructura fortísima en la Comunitat Valenciana con la red de la antigua CAM. Y Bankia con toda la red de Bancaja. Y CaixaBank, con la suya y la que sumó a través del Banco de València. Todo eso va a hacer que consideren todavía más prioritaria su presencia aquí.

P Visto lo sucedido en el parlamento catalán el pasado martes, ¿qué hacer?

R Vamos a esperar. El lunes próximo es una fecha fundamental y a partir de ahí veremos. Lo ideal es que Puigdemont dijera que no y entonces se abriera un proceso de diálogo que necesariamente también debería incluir el sistema de financiación de todas las comunidades autónomas. Y si se reafirmaran en la declaración unilateral de independencia no queda otra que actuar.

P ¿Por tanto intervención y detención de los responsables?

R Cataluña no ha roto nada. Son unos señores que tienen unas responsabilidades preeminentes en el gobierno de la autonomía que han tomado medidas ilegales sabiendo que eran ilegales y estando previamente advertidos de que lo eran. Eso no se puede consentir y no pueden salir indemnes de una actuación así. Eso no quiere decir que al minuto siguiente hay que buscar una solución al problema, porque tenemos un problema de encaje de Cataluña y un problema que se puede extender al resto de España.

P Una de las cosas más sorprendentes de la crisis catalana es que, al margen de las apelaciones al diálogo, nadie está poniendo encima de la mesa propuestas concretas para solucionarlo. ¿Cómo arreglar un problema si no hay ideas?

R ¿La solución es más centralización? No. La solución es más autonomía, probablemente hacia la federalización, pero en serio. Las comunidades autónomas, que se llamarán como se llamen en la supuesta federación, deberían ser responsables de recaudar una parte de aquello que gastan. Corresponsabilidad. En València estamos maltratados, pero tampoco se puede aceptar el discurso de que Madrid tiene la culpa de todo. El Estado debe garantizar que todos los ciudadanos tienen acceso en las mismas condiciones a la educación, la sanidad y la dependencia y tiene que asegurar una financiación equivalente y equitativa a todas las autonomías. A partir de ahí, hay muchas cosas que deberían depender de la voluntad de la autonomía. La que quiere favorecer el desarrollo agrícola y destinar más dinero a eso que al desarrollo industrial, pues que lo haga, pero tiene que recaudar dinero y dar la cara ante el contribuyente de que le pide dinero para hacer esto. Eso es un Estado federal. Lo nuestro es una solución que sirvió, que ha ido bien y que le pasa como a la Constitución, que necesita ajustes. Lo decía el presidente Puig, hay que hacer otros pactos de La Moncloa, otro consenso entre todos los españoles. Estamos en mejores condiciones que entonces, lo que no sé es si hay la misma voluntad.

P En Feria Valencia hubo un acuerdo político sobre el nuevo modelo, pero da la impresión que estamos en un «impasse». ¿Por qué?

R No estamos en un «impasse». La semana pasada hablé con las dos consellerias. Se ha retrasado un poco porque se pensó que se debía ampliar el decreto de asunción de deuda de la feria alicantina. Están discutiendo los detalles finales.

P ¿Sigue habiendo discrepancias entre Economía y Hacienda sobre si el modelo debe ser más o menos público?

R Las decisiones las toma el Consell y yo trabajo con sus decisiones. Nosotros podemos quedarnos como estamos si la Generalitat asume la deuda de la ampliación y deja el balance de Feria limpio. En este momento estamos creciendo a un ritmo razonable y pagando a todo el mundo puntualmente. Lo que no se puede es continuar con la indefinición de si somos públicos o privados, sobre todo en lo que afecta a la operativa. Creo que la operativa tiene que ser privada porque la feria se mueve en un entorno competitivo, a diferencia del sector público. Debemos tener las mismas bazas que los demás. Ahora, el accionariado se puede hacer de muchas maneras. Creo que para que la Feria pueda crecer más aprisa de lo que pudiéramos crecer con nuestros medios, lo ideal es hacerlo con socios que puedan aportar volumen de negocio.

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