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Moda íntima con treinta años de historia

Ysabel Mora, fabricante de ropa interior de Xàtiva, amplía su actividad con una línea para hombre y prevé facturar 30 millones. La fundadora ha cedido la gestión a sus hijos, pero a sus 66 años sigue en la empresa.

Isabel Mora.

De tricotar jerseys en casa a tener una empresa familiar de moda que factura 30 millones de euros, comercializa sus artículos en 3.000 puntos de venta y protagoniza sus primeras incursiones en el mercado internacional. Es la historia de Isabel Mora, nacida hace 66 años en l´Alcudia de Crespins, propietaria de Aimsa Grupo Textil, que fabrica moda íntima, ropa de baño, calcetería, pantys y medias e interiores térmicos con la marca Ysabel Mora.

La compañía, que celebra este año el treinta aniversario de su creación, diseña las colecciones en su sede central, situada en Xàtiva, y las fabrica fuera de España.

Las prendas de la empresa, que emplea a setenta trabajadores, se venden exclusivamente en tiendas de ropa multimarca, sin estar presente en grandes superficies. Esta decisión responde a una estrategia comercial definida, ya que los pequeños comercios ven a Ysabel Mora como una aliada frente a los gigantes de la distribución. En 2017, la compañía facturó 29 millones de euros y el 10 % de los ingresos procedieron del exterior, con Portugal, Italia, Francia y Rusia como principales mercados. Este año la previsión es alcanzar 30 millones de facturación.

Medias, calcetería, baño y moda íntima son las categorías que más peso tienen en la cifra de negocio, unos productos principalmente destinados a la mujer. Ahora, coincidiendo con el treinta aniversario, la empresa ha decidido lanzar la marca YM For Men, que agrupará una línea de moda íntima para caballero.

Isabel Mora, que cambió la inicial de su nombre a una Y griega para crear la marca de la compañía, no lo ha tenido fácil. Hija de un transportista, siempre quiso tener su propio negocio, al margen del de su marido, Ricardo Mollá, también transportista de profesión. «Empecé en mi casa tejiendo jerseys para terceros. Después, cosía para una empresa de ropa de bebés. Al nacer mis dos hijos, lo dejé todo. Pero en cuanto crecieron volví a los negocios. En l´Alcúdia de Crespins había varias empresas que se dedicaban a vender medias. Por casualidad di con una etiqueta de panties de una empresa italiana. Les llamé y me fui a verles a una zona cercana a Venecia», explica la empresaria.

La compañía italiana vendía sus excedentes textiles, el tejido en bruto sobrante que no utilizaban, a terceros. Mora los compraba y a partir de ellos elaboraba sus propias medias. «Había mucho exceso de produccion. No es como ahora que esta todo mucho mas limitado porque la materia prima está muy cara. Yo cosía mi propia producción, de origen italiano. Allí iban muy adelantados y lo que allí era nuevo tardaba dos años en llegar a España. Yo me adelanté al trabajar con ellos, el boca a boca hizo que se extendiera y los clientes empezaron a venir a comprarme. Ni siquiera necesitaba tener un representante. Todo lo que yo compraba lo vendía después de forma inmediata, primero a vendedores ambulantes y luego ya a cadenas de tiendas multimarca», relata.

La llegada de sus dos hijos a la empresa dio un gran vuelco a Ysabel Mora, que abandonó la compra de excedentes y se lanzó a realizar su propia producción textil, desde cero, en el año 2000. Mora ha cedido la gestión de la empresa a sus vástagos, pero ella continúa trabajando «y cotizando a la Seguridad Social. Me hace ilusion que mis hijos sigan con el negocio que yo creé. Pero para mí ahora es un sacrificio. Si no estuvieran ellos, yo ya me habría jubilado, porque estar en la empresa desgasta», indica la empresaria en la sede de su empresa, una nave con mucha luz donde se almacenan cajas marrones con las prendas listas para la expedición.

Los hijos de Mora mantienen la vocación de vender a precios competitivos y sólo a tiendas multimarca, un segmento que está sufriendo en los últimos tiempos por la presión de las grandes superficies y las franquicias de ropa interior de grupos como Inditex. Vender al consumidor final no está previsto, ni tampoco lanzarse a la comercialización por internet. Pero tampoco puede descartarse completamente. «Respetamos a nuestros clientes. Si llega un punto en que sus ventas decaen en exceso, ya buscaremos otra estrategia».

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