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Cemex mira al horizonte 2020

La cementera de Buñol, que acaba de cumplir cien años, ha recibido el premio Portada del Mes de Diciembre de Levante-EMV. Con el sector asediado por la caída de la obra pública y privada y problemas competitivos para exportar, la firma centra sus esfuerzos en frenar la nueva tasa de residuos del Consell

Cemex mira al horizonte 2020

Existen pocas empresas en la Comunitat Valenciana que puedan presumir de tantas canas en su partida de nacimiento. La antigua Valenciana de Cementos cumplió su primer siglo el pasado 2017. Además de un icono de la industrialización valenciana, la factoría adquirida en 1992 por el grupo mexicano Cemex ha sido un motor económico, demográfico y social de la comarca de la Hoya de Buñol y un proveedor inestimable para el crecimiento urbano de toda Valencia.

Por estos motivos, la empresa fundada por José Serratosa y Rafael Ridaura en el contexto inestable de 1917 ha sido reconocida con el premio Portada del Mes que entrega Levante-EMV, correspondiente al pasado diciembre. «De aquella debilidad exterior, en plena Primera Guerra Mundial, hubo quien sacó una fortaleza. Está demostrado que donde la industria florece, el progreso florece más aún. Queremos distinguir ese impulso que se produjo hace ahora cien años y que ha sabido conducirse hacia el espacio de la exportación y navegar en las aguas de esta tormenta perfecta que afecta al sector», resumió el director de Levante-EMV, Julio Monreal, para justificar el reconocimiento.

El premio fue entregado durante un desayuno celebrado el pasado martes en las instalaciones de Editorial Prensa Valenciana, al que asistieron el presidente de Cemex en España, Pedro Palomino; el director general de Relaciones Institucionales, Ángel Galán, y la responsable de comunicación, Teresa Busque.

Al acto asistieron también la secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín; la secretaria autonómica de Hacienda, María José Mira; Juan Antonio López Ruiz de Zuazo, consejero delegado de Prensa Ibérica para la C. Valenciana; Cruz Sierra, director general de Contenidos de Prensa Ibérica en València; Adrián Ivorra, director general de Televisión y Radio de Prensa Ibérica, y Gemma Martínez, redactora jefa de Economía.

«Recibir este premio es un orgullo. Pese a todas las tormentas que le afectan, el cemento sigue siendo un bien de difícil sustitución. Se asocia a calidad de vida en aquellos países donde no hay tanto. El cemento es una carretera, una escuela. Soy extremeño y sé lo que pasa donde no hay una fábrica. Es desarraigo. No sabemos qué hubiera pasado en la comarca de Buñol si no hubiera existido una fábrica», reflexionó el presidente de Cemex, Pedro Palomino, tras recoger el premio.

Durante el encuentro, el máximo ejecutivo del grupo mexicano expuso algunos de los retos -esa «tormenta perfecta»- a los que se enfrenta el sector.

Uno, obviamente, está ligado al hundimiento de la actividad de edificación. De los 55 millones de toneladas de cemento que se producían en España hace una década, hoy solo se hacen doce. España está en línea de países muy maduros en el uso del cemento, como Reino Unido, Francia o Alemania. «No podemos pretender que el país vuelva a aquello. Es imposible. Este era un país que recibía fondos estructurales, con obra pública. Eso ya está hecho. Hay que mantenerlo pero no volveremos a esos niveles, no podemos crear demanda, vendemos cuando alguien hace algo. Tenemos que adaptarnos a esta nueva etapa, que va a ser para muy largo plazo», resumió.

A la caída de la demanda interna, hoy más moderada, se une el cierre del mercado extranjero, tabla de salvación durante la crisis. La agresiva competencia de productores rivales como Turquía, con menores costes energéticos, o el problema de la caída del dólar, han estrechado la vía exterior del cemento valenciano. En dos años se ha pasado de exportar 2,5 millones de toneladas a las 800.000 previstas para este 2018.

2020: nuevo reparto de emisiones

Los responsables de Cemex abundaron en los retos que va a afrontar la industria del cemento a partir de 2020, sobre todo el ámbito medioambiental, ya que las empresas se tendrán que ajustar mucho más a los estándares exigidos por Europa de cara a un nuevo sistema de reparto de créditos de emisiones de CO2: «Es el momento de la verdad. Se verá quién ha hecho los deberes y ha bajado la huella de carbono».

En este contexto de cambios, el director general de Relaciones Institucionales de Cemex, Ángel Galán, alerta sobre el nuevo impuesto a los residuos que ha aprobado el Consell para castigar la incineración y el vertido en vertedero. Concretamente, preocupa la inclusión dentro del gravamen de la valorización, un proceso a partir del cual se reutilizan determinados residuos como combustibles.

La administración, para evitar la merma de competitividad en sectores como la cerámica o el cemento, está negociando ofrecer bonificaciones: «Creemos que no es la solución. Las bonificaciones tienen un ámbito temporal. Desde 2020 va a cambiar el escenario. ¿Qué empresa toma decisiones con esta incertidumbre»», señaló Galán ante las representantes de la administración.

Impacto del impuesto de residuos

«Tenemos la directriz clara del presidente de que el decreto ley tiene que salir adelante con el consenso del sector», respondió la secretaria autonómica de Economía, Blanca Marín. La número dos de la Conselleria de Economía, responsable de las políticas industriales, puso a Cemex como ejemplo que «refleja el carácter emprendedor valenciano: de una debilidad, obtener una fortaleza». «No hay país avanzado sin una industria importante. En 2016 la industria ya tiene un peso del 20% en el PIB autonómico», dijo. Marín reivindicó las cifras del sector y la apuesta autonómica, con el 50% de los nuevos empleos de la industria española en esta autonomía.

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